Fue inaugurada la exposición “Mamá, Luz y Sombra”, una crónica visual de 22 obras entre pinturas y esculturas, donde la artista Celeste Bejarano muestra la etapa de gestación de una mujer pero no desde el concepto romantizado de la maternidad en México, si no desde una etapa llena de desafíos mentales, emocionales y sociales.
Es decir, la artista plástica le impregnó a sus piezas el que se reconociera que el agotamiento, hartazgo y hasta una sensación de privación de la libertad son emociones válidas en la maternidad.
"Me considero una artista visual que se utiliza a sí misma como un objeto de estudio. Como voy viviendo algunas experiencias de la vida me voy utilizando como ese objeto de estudio. Cuando me convertí en madre esa esperiencia no fue la excepción, me quedé explorando e investigando toda esta experiencia de la maternidad y me di cuenta que socialmente está algo romantizada, es decir, que de alguna forma se habla de las mamás sobre la maternidad únicamente del lado rosa, del lado bonito, del lado placentero pero cuando una mujer quiere hablar del otro lado de la maternidad, que es, tal vez, alguna experiencia de fatiga o incluso de algunas mujeres que se ven en la necesidad de abandonarse a sí misma para estar con sus hijos son juzgadas de malas madres (sic). Entonces este proyecto también busca darle un equilibrio social a como vemos la maternidad".
Para poder cumplir con su propuesta, la nacida en Ciudad de México realizó una investigación previa sobre los procesos de transformación espiritual y humana, así como el misterio de la feminidad entendido como cambio, sensibilidad, poder, contención e impulso.
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Explicó que la génesis de su proyecto fue porque tras su embarazo se sintió señalada socialmente porque de alguna forma, "mi misión de cómo criar a mi hijo y las selecciones que quería tomar, por ejemplo, seguir con mi carrera profesional o querer ver a mis amigas son acciones que parecieran muy simples sí sentía el juicio social y eso me llevó a crear esta colección".
Añadió que esa presión social la sintió de parte de ambos géneros. "Creo que desafortunadamente las creencias nos llegan a todos. Entonces hay mujeres que creen que para ser una buena mamá hay que estar cien por ciento abandonadas a sus hijos y hay hombres que incluso también tienen estas creencias. Lo recibí de igual forma, por hombres y por mujeres".
Contó que en sus creaciones representa a las nuevas generaciones de mujeres que se reconocen imperfectas como seres humanos y madres ante la gran posibilidad de perder tanto su esencia como sus sueños una vez que ha nacido su hijo.
Detalló que las otras facetas, como ser hija, amiga, artista, no debieran abandonarse solo por ser mamá.
"Cuando estoy viviendo el proceso del puerperio, que es proceso postparto, empiezó a sentir este aislamiento social. Antes de convertirme en mamá me la pasaba en exposiciones, en aviones, haciendo maletas de un lado para otro, saliendo con amigos, en realidad tenía una vida muy movida y con mucho contacto social. A la hora en que empiezo a vivir el puerperio empiezo a extrañar eso".
Entre la crónica visual del proceso de gestación que se exhibirá en Puebla hasta el próximo 28 de agosto, destaca “El silencio de la maternidad”, una pieza colectiva que reúne más de 100 historias de otras madres de diferentes edades con las que la artista tuvo contacto a través del grupo de Facebook Carpa Roja, un espacio de desahogo donde reflexionaban de diversidad de temas.
Pero informó que a esta práctica se sumaron más de mil mujeres, quienes estaban interesadas en contar su testimonio.
El silencio de la maternidad está compuesto por tres esculturas del vientre materno donde con ayuda del video mapping de Carlos Hill y la participación del productor musical Alejando Camps, se proyectan audio, video e imágenes de dichos testimonios.
Durante la inauguración se realizó un recorrido guiado. La sede de la exposición es en la 8 Oriente 404, del Centro Histórico de Puebla.
AFM