En los primeros meses de este año, a partir del análisis que se desprendía de los datos del Inegi, un grupo de trabajo del Senado de la República del grupo parlamentario de Morena descubrió que los artistas y trabajadores de la cultura estábamos “en extrema vulnerabilidad”. Solamente pudo ser sorpresa para ellos dado que para quienes producen la cultura en este país se fue haciendo obvio desde el mismo comienzo del sexenio que fenece. Los organismos encargados de producir bienes artísticos y culturales pasaron a ser simples programadores de su infraestructura, cargando el peso de subvencionar los mismos a quienes los generan.
El caso del Inbal, y en específico de la Coordinación Nacional de Teatro, es profundamente preocupante. Una agrupación artística que se va a taquilla en cualquiera de sus recintos teatrales termina pagando porque la alquilen. Con tratos de taquilla, los actores y creativos después de una minitemporada de ocho o 12 funciones posiblemente no recuperen ni lo que gastaron durante los ensayos de la obra en transportarse y comer, ya no digamos pagar la renta, alimentos, vestido y, de vez en cuando, comerse una manzana. Sólo por poner un ejemplo.
Enormes retos enfrentará la próxima titular de Cultura federal, Claudia Curiel de Icaza, para dar una vuelta al timón del barco que llevó a los arrecifes Alejandra Frausto. Lo que los gremios artísticos demandan es trabajo y bien remunerado. No es un secreto que, por seguir ejemplificando, los pagos para ser jurados de becas o premios, así como por dar cursos o talleres, se redujeron drásticamente o regresaron a los tabuladores de 2005 pero con la inflación que se produjo en este sexenio. Es decir, no alcanza para vivir y es muy duro no lograrlo. La presidenta
entrante, Claudia Sheinbaum, anunció cambios en las políticas sobre ciencia y cultura. Esperamos ansiosos, amparados en el historial de Curiel de Icaza, otra sensibilidad y que se recuperen programas esenciales para la vida cultural no sólo de los artistas sino de la sociedad mexicana.
Traspunte
En aguas profundas
El barco insignia de la Cultura Comunitaria se hundió en las aguas profundas de la ignorancia de quienes lo operaron, Teatro Escolar fue la gran mentira del titular de la Coordinación Nacional de Teatro y el etcétera podría continuar. La Transformación, si no es cultural, no será.