Cuando una reportera le preguntó a Christian McBride si había sido un niño prodigio, el contrabajista le respondió: "Una historia revisionista diría que sí, pero crecí con un verdadero niño prodigio llamado Joey DeFrancesco. Joey hacía ya giras profesionales a los nueve años. Yo siempre fui el Robin del Batman Joey".
La anécdota se incluye en el artículo “¿Qué significa ser un niño prodigio en el jazz?”, sin autor acreditado, en la página electrónica de la Radio Pública de Estados Unidos (NPR). Aunque el texto sostiene que los niños prodigio se dan más en el terreno de la música clásica, pues ser un intérprete sólido de jazz requiere de cierta interacción con otros músicos que no se puede dar cuando son tan pequeños, acaba citando a DeFrancesco, McBride, Wynton Marsalis y, un caso más reciente, Joey Alexander.
Niños prodigio del jazz
Permítaseme parodiar el título de la película de Werner Herzog También los enanos empezaron desde pequeños, pues igualmente los intérpretes de jazz –y en algunos casos compositores– fueron niños. Muchos de ellos eran verdaderos prodigios que después desarrollaron carreras impresionantes, algunas de las cuales cambiaron el rumbo del jazz. En ocasión de celebrarse el Día Internacional del Jazz, que coincide con el Día del Niño y de la Niña, el 30 de abril, veamos algunos casos significativos.
Sidney Bechet (1897-1959). Considerado uno de los primeros grandes solistas en la historia del jazz, este virtuoso del clarinete y el saxofón soprano, poseedor de un sonido jubiloso, desde los 10 años se ganaba la vida como músico. Al hablar sobre su tono cálido y abrasivo, el poeta Philip Larkin escribió: “Sobre mí tu voz cae como dicen que debería ser el amor/ como un enorme sí”.
Bix Beiderbecke (1903-1931). Cuando tenía seis años ya se escribían artículos sobre este cornetista a quien algún crítico llamó el Novalis del Jazz, quien lamentablemente falleció muy joven a los 28 años.
Terri Lyne Carrington (1965). Debutó a los 10 años con el trompetista Clark Terry y un año después ganó una beca completa para estudiar en la Berklee School of Music. Es la primera mujer ganadora de un Grammy en la categoría de mejor álbum de jazz instrumental.
Cyrus Chestnut (1963). A los nueve años ya estudiaba piano en el Peabody Institute de la Universidad John Hopkins, de gran rigor académico. Revive con tal convicción la tradición de los grandes pianistas del pasado, que se ha dicho sobre él: "Es uno de los anacronismos más convincentes".
Roy Eldridge (1911-1989). El trompetista, conocido como Little Jazz, inició su carrera profesional a los seis años en la banda de su hermano y con su estilo exuberante se convirtió en uno de los grandes solistas y directores de orquesta.
Herbie Hancock (1940). Antes de volverse una estrella del jazz y un innovador del teclado, debutó como niño prodigio de la música clásica con la Sinfónica de Chicago a los 11 años.
Keith Jarrett (1945). El maestro de los conciertos de piano solo –y muchas otras maravillas–, empezó a estudiar el piano antes de los tres años y a los siete dio su primer recital que, además de piezas clásicas, incluyó dos de sus primeras composiciones.
Biréli Lagrène (1966). Maestro del jazz gitano, que también ha abrazado la fusión, a los cuatro años ya tocaba la guitarra, debutaba a los ocho y a los 13 andaba en los grandes festivales.
Thelonious Monk (1917-1982). Con un estilo único de tocar el piano, aprendió el instrumento desde los seis años y pasó su adolescencia tocando en lo mismo en fiestas caseras que en la iglesia bautista. Tras dos años de andar de gira con predicadores, regresó para tomar su lugar como uno de los grandes innovadores del jazz.
Bud Powell (1924-1966). Pianista prodigioso, su padre recuerda que a los diez años ya tocaba todo lo que escuchaba de Fats Waller y Art Tatum, además de Chopin, Debussy, Mozart, Schumann y Bach.
Buddy Rich (1917-1987). A los 18 meses ya tocaba la batería y a los 11 dirigía una orquesta. Músico prodigioso, llevó su música del swing al bop y hasta una suerte de coqueteo con el rock y el soul.
Sugar Chile Robinson (1938). Curioso caso de este pequeño gran pianista que a los tres años dio su primer recital público, se volvió famoso (fue el primer afroamericano invitado a la Casa Blanca) y se retiró a los 13 porque quería estudiar una carrera “normal”.
Mary Lou Williams (1910-198). A los tres años empezó a aprender el piano por su cuenta, a los seis ya tocaba en fiestas y a los siete en lugares públicos. Conocida como la pequeña del piano, fue arreglista y mentora de grandes músicos de la era del swing y el bebop.
Tony Williams (1945-1997). Profesional desde los 13 años, el baterista debutó con el grupo de Jackie McLean, luego propulsó el llamado gran quinteto de Miles Davis y después fue uno de los representantes del estilo fusión (herencia de Miles).
vmb