Convencido de que cada individuo posee algún talento para construir un mundo mejor, Isaac Hernández (Guadalajara, 1990) no ha dudado en utilizar el suyo: bailar. Desde muy niño, guiado por su padre, el ex bailarín Héctor Hernández, encontró en el ballet “una belleza que solo existe a través de las artes” y en cada intento por capturar esa belleza se descubrió “libre y feliz”.
El 6 de junio, el artista mexicano fue distinguido en el Teatro Bolshoi de Moscú con el premio Benois de la Danse, otorgado por la International Dance Association para reconocer al mejor bailarín del mundo. Luego de agradecer a quienes han creído en él y lo han impulsado “a ser mejor como persona y como profesional”, Isaac Hernández señaló que el premio “es muestra de que todo se puede alcanzar si perseveramos en nuestros sueños”.
Si alguien sabe de perseverancia es Isaac Hernández. No se amedrentó ante la falta de recursos económicos. Tampoco cuando a los 13 años tuvo que dejar familia y país para realizar sus estudios profesionales de ballet. Ni siquiera cuando, a los 16 años, luego de sufrir una lesión en un disco lumbar, los médicos diagnosticaron que no podría seguir bailando. “No significó una limitación real a mi voluntad. Algo dentro de mí me daba la certeza de que iba a volver a bailar”, escribió. Y así fue. Después de un año de aquella valoración médica y de un difícil proceso de recuperación, regresó a los escenarios para demostrar que no hay sentencias definitivas.
Paciencia, voluntad, fortaleza, son algunas de las virtudes que enumera al explicar cómo ha superado los escollos a lo largo de su trayectoria. Actualmente es el bailarín principal del English National Ballet, compañía a la cual se integró en 2015. Antes ya había sido miembro de prestigiosas agrupaciones como el American Ballet Theater, el San Francisco Ballet y el Dutch National Ballet.
A sus 28 años, el artista es además fundador, junto con su hermano Esteban, solista del San Francisco Ballet, de la casa productora Soul Arts, que cada año realiza Despertares, un espectáculo que reúne a las figuras principales de catorce destacadas compañías, entre ellas Marie–Agnes Gillot, bailarina principal de la Ópera de París; Isabella Boylston, del American Ballet Theatre; Tiler Peck, del New York City Ballet; y Tamara Rojo, directora artística del English National Ballet. Asimismo, este año se presentarán el célebre bailarín de tap Jared Grimes y Light Balance, agrupación ucraniana que combina danza con tecnología e iluminación. La gala dancística tendrá lugar el 25 de agosto, en el Auditorio Nacional.
Además, a través de conferencias, clases magistrales y talleres coreográficos, Soul Arts Productions presentará, del 21 al 25 de agosto, Despertares Impulsa—Industrias Creativas en México, una plataforma que, además de buscar talentos nacionales, pretende incentivar el interés por las artes escénicas y generar proyectos culturales con beneficios económicos para México.
Isaac Hernández ha sido testigo del éxito de las “industrias creativas” en el Reino Unido, donde reside desde hace más de tres años. En diferentes ocasiones, ha ofrecido este dato: “las industrias creativas generan más de 92 mil millones de libras esterlinas en la economía del Reino Unido”.
A sus 28 años, el ejecutante mexicano se ha consolidado como uno de los máximos exponentes del ballet mundial, pero su historia no termina ahí. En lo que resta de este año se presentará en diez países diferentes y tiene en puerta dos proyectos de cine: uno de ellos es un musical dirigido por Carlos Saura, y del otro prefiere no dar detalles por el momento.
¿Qué sigue para ti después de haber obtenido el premio Benois de la Danse?
Un año muy activo con funciones en Roma, Argentina, Luxemburgo, Rusia, Chicago, Lituania, Londres, Japón y, ¡dos películas por filmar!
Cada vez con mayor frecuencia se habla de los bailarines como personajes influyentes no solo en el ámbito cultural, sino en el social y en el político. ¿Está la danza viviendo una nueva época dorada?
Definitivamente, se está viviendo otra época dorada. Como en muchos ámbitos, internet ha tenido gran responsabilidad. Solo espero que los bailarines acepten esta oportunidad con responsabilidad e inteligencia para que nuestra profesión sea parte del futuro.
¿Qué sacrificios has tenido que hacer para llegar al lugar donde estás?
Creo que no se puede sacrificar lo que no se conoce. He tomado decisiones. Unas más difíciles que otras pero que me han llevado a vivir experiencias, algunas difíciles y otras extraordinarias. Todas han forjado mi carácter y mi persona. No considero como un sacrificio hacer lo que te gusta y lo que te hace feliz.
¿Qué opinas de ese adolescente que dejó su hogar y su país a los 13 años para cumplir su sueño?
¡Qué valor! Esas decisiones se toman con la inocencia y arrogancia de la niñez, pensando y sintiendo que lo puedes hacer todo. Después la vida te da palazos y te haces un poco más cobarde. Sí creo que ese sentimiento de confianza está en nosotros como instinto para llevarnos a vivir y a explorar, solo que ahora hemos infantilizado de más a la juventud, por eso aprecio el valor y el respaldo de mi familia para permitirme seguir ese sueño que parecía imposible y confiarme las decisiones de la vida.
Eres un amante de la literatura y del teatro. ¿Quienes son tus autores preferidos? ¿Has podido asistir al teatro recientemente?
Me encanta Gabriel García Márquez, lo leo cuando quiero desaparecer; pero las biografías son inspiración pura. La última que leí fue la que Winston Churchill escribió sobre sus primeros 27 años de vida. ¡Un gran escritor! Ahora estoy leyendo sobre los templarios. La historia muchas veces tiene la respuesta sobre el futuro.
En cuanto a directores de teatro, me encantan Nicholas Hytner y Sam Mendes. Justo la semana pasada vi The Lehman Trilogy, de Mendes, en el National Theatre; y en el Bridge Theatre, Hallelujah, de Alan Bennet, dirigida por Hytner.
Hablando de tu faceta como productor de proyectos tan ambiciosos como Despertares, ¿cómo logras reunir a tantos virtuosos de la danza?
Es una gran suma de esfuerzos. La carrera que he hecho hasta ahora me ha llevado a trabajar con las mejores compañías del mundo, así que siempre he tenido acceso y amistad con directores y bailarines. Empecé Despertares cuando estaba en el San Francisco Ballet y desde entonces el director me respaldó para contar con un repertorio exclusivo y con bailarines. Los bailarines siempre han estado emocionados por conocer México y ser parte de este sueño. Lo más complicado de estos proyectos es lograr la suma de esfuerzos necesaria para hacerlo realidad.
Has elogiado los logros de la Federación de las Industrias Creativas en el Reino Unido. ¿Qué haría falta para aplicar un programa así en México?
Por ahora, me parece importante dimensionar el potencial de desarrollo y de actividad económica que las industrias creativas pueden significar para la economía mexicana. Después, invertir en ellas para que puedan avanzar al mismo tiempo que en el resto del mundo. Dar oportunidad y acceso a los jóvenes para que sean parte de la educación que reciban. Los trabajos del futuro son creativos. Eso ya no se puede ignorar.
¿Qué le pedirías al presidente electo para impulsar el talento artístico en México?
Pediría que el arte y la cultura se pusieran en un primer plano, como parte integral y fundamental de la educación de todos los mexicanos; que el acceso a ellos no dependa de tus posibilidades económicas; que las artes sean el agente de cambio para nuestra sociedad, que se vean como una herramienta para impulsar la movilidad social y la rehabilitación del tejido social. Como sociedad, hemos tenido a las artes y a la cultura en un segundo plano y esto nos ha llevado a conclusiones que a pocos nos gustan. Por qué no cambiar eso y ver a dónde nos lleva sensibilizar y ofrecer ese refugio creativo y emocional a los jóvenes. Le conviene a todos los mexicanos.