La celebración lo amerita, son 135 años de relaciones entre México y Japón, y la manera idónea de festejarlo es con una exposición en el Museo de Arte Popular en la que las tradiciones de ambos países se encuentran y dialogan.
La exposición Japón/ México. Dos países, una técnica es el puente para establecer una interlocución en la que cada nación llega con métodos ancestrales.
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Japón lo hace con la presentación de la milenaria laca urushi, y México con las lacas o maque, considerada una de las técnicas más laboriosas de nuestro arte popular.
Walther Boelsterly, director del MAP, dice en entrevista con MILENIO que el lacado es valorado como una de las artesanías ancestrales de Japón porque hacen piezas únicas que pueden ser platos, tazas u objetos decorativos.
En México el uso del laqueado data de la época prehispánica. Arqueólogos han localizado pintura de este tipo aplicada a diversos objetos. Hoy día se aprecian distintos diseños que son resultado de la unión de propuestas europeas y orientales. De limitarse a la aplicación de jícaras se abrió su panorama y ahora se hacen piezas de valor estético y decorativo.
Procedimiento ancestral
“La intención con la exposición es generar esa conversación entre dos países que están celebrando los 135 años de relación, y por otro lado entre dos naciones que tienen una misma técnica y que coinciden; precisamente se cierra el periplo aquí en México y en América”.
Quien vea las piezas de la muestra, advierte el director del MAP, se dará cuenta de que son muy parecidas, no sólo en la técnica de la laca sino del color y en la aplicación, y eso va generando una coyuntura que habla de un mestizaje cultural.
“La exhibición quedó muy bien porque en muchos aspectos hay una conformación de un protocolo que es diferente en cada prefectura donde se tiene la producción de los árboles de los que se toma la madera que utilizan los japoneses.
"Para usarlos, ellos tienen que pedir un permiso a la municipalidad, que le pregunta a la sociedad civil, esta es la que determina si se puede o no hacer uso de ese recurso natural, entonces les dicen qué árbol y cuántas ramas pueden usar, lo que genera un equilibrio entre la producción de la materia prima con el producto artístico”.
En México no se tiene ese procedimiento pero afortunadamente, en el caso de los guajes, el material con el que se elaboran no están en peligro de extinción.
Piezas únicas
En la muestra se explica que la laca mexicana es el maque, esmalte o barniz, una técnica artesanal utilizada en Michoacán y Guerrero que consiste en aplicar y bruñir capas alternadas de grasa, polvos calcáreos y pigmentos sobre una superficie lijada, utilizando jícaras, calabazas o maderas conocidas como fondeo.
En Japón la laca es conocida como urushi, savia extraída del árbol de barniz japonés (toxicodendron vernicifluum) y se utiliza desde hace miles de años en ese país con el fin de elaborar revestimientos y piezas de ornamentación.
Boelsterly refiere: “En un foro sobre renovables y biodiversidad, desarrollado en Dubái a principios de diciembre, se alertó de que de 150 mil especies que hay ,una quinta parte, es decir más de 45 mil, están en riesgo de extinción entonces son de estas cosas de las que hay que estar siempre conscientes”.
Entre otras piezas, la exhibición presenta un costurero de un autor desconocido de Pátzcuaro. Se trata de un bule decorado al pincel, con hoja de oro y pintura industrial.
También se pueden apreciar tazas de sake, del japonés Takayuki Harika, en ellas se utilizaron tres variantes de maki-e plano (imagen salpicada) y radem (incrustación de nácar).
La exposición Japón/ México. Dos países, una técnica, se podrá visitar hasta el 28 de enero de 2024, en Revillagigedo, esquina Independencia, en el Centro Histórico.
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BSMM