Johan Falkman: “Encontré mi verdadera voz como artista entre los muralistas mexicanos”

El trabajo creativo del artista Johan Falkman se explica, en gran medida, por su encuentro y enamoramiento con el arte mexicano, razón por la cual es que inicia su gira en este país con la exposición Desde la esfera de vacío. Carta de reyes y sus antagonistas en el reino de los sueños, con poemas de Jennifer Clement, y lo hace en el Museo de la Cancillería.

El artista visual, músico y literato, que trabajó para este proyecto con fotógrafos, cineastas, investigadores y poetas, dijo que cuando vino por primera vez a Ciudad de México, hace casi 12 años: “Encontré mi verdadera voz como artista entre los muralistas mexicanos. Había visto las pinturas de Orozco sobre Cortés en un libro en la biblioteca de mi amiga Cristina Fernández. Y me enamoré de la manera en que Orozco representaba a este hombre, ese retrato poseía un poder extremo una combinación entre la personalidad de un conquistador y la complejidad de su personalidad, es una pintura de mucha fuerza que combina dos cosas esenciales: la voluntad de conquistar de persuadir, y esa parte, en la que sabes que hay una pérdida y un fracaso”.

Frente a la pieza central de la exposición que consiste en un tablero de ajedrez con los bustos de los personajes históricos, bíblicos, que conjuga con los rostros de los modelos de la comunidad en la que trabajó en Sudáfrica, habló de cada uno y de los motivos por los cuales fueron colocados en ese lugar.

“Desde la esfera de la nada se levantan los reyes, las reinas, las madres, los padres, los hijos, las hijas, las brujas, los poetas, los amantes y los asesinos. Esta obra es el corazón de la exposición”, explicó Falkman, y al final del recorrido mostró cómo realizó la producción de ese mismo tablero, solo que a escala humana, que recibe al público en un espacio al aire libre.

“Desde la esfera del vacío, basada en los cimientos de hombres y mujeres, sigue siendo la Biblia y la mayoría de las historias del Antiguo Testamento las que explican nuestros orígenes a través de los símbolos. Por eso trabajo con el tema de reyes y reinas, que como Moctezuma y Cortés, son una combinación de lo trágico y lo glorioso. Los indígenas negros de Sudáfrica le dieron un nuevo significado a mi vida, pude ser solamente artista; sin embargo, me convertí en un proveedor y en un padre para mis modelos, que fueron ellos un espejo de mí mismo, de mi vida, de mis propios problemas, alegrías y luchas. Y sucedió algo muy interesante, cuando apliqué las historias bíblicas a sus vidas entendí de qué trata la Biblia, no trabajo esta como un libro religioso, sino como un símbolo de nuestras vidas y mis modelos”, detalló el creador.

El curador de la exposición, Álvaro Gómez, detalló que fueron cinco años de dicha iniciativa: “Estamos arrancando un tour internacional que implicará la visita a más de 10 países en poco más de cuatro años, tanto en Latinoamérica como en Europa y Sudáfrica. Es doble celebración porque primero estamos inaugurando en México la cuna creativa hecha por el artista.

El filántropo sueco, Dan Olofsson, expuso que ha financiado y sostenido este proyecto con la intención de que tenga una vocación y un motivo humanista para dar a conocer la labor, el esfuerzo y los retos que la humanidad enfrenta en diferentes partes del mundo. Explicó que es una manera de contribuir con su fundación con la finalidad de cambiarle la vida a jóvenes y a niños, brindándoles oportunidades.

En su intervención, la poeta Jennifer Clement apuntó que cuando Johan Falkman empezó a concebir tal exhibición, la invitó a escribir algo al respecto; ella realizó 21 cantos que están basados en una conversación con los 21 sueños que están en la Biblia, “ya que una parte de la obra de Johan se inspiró en los grabados de Gustav Doré, y cuando llegó a Sudáfrica representó esas imágenes bíblicas en el paisaje de aquella región”.

La exposición, de la que se publicó un libro espectacular de mil 176 páginas, se podrá visitar hasta el 25 de febrero de 2023 en el Museo de la Cancillería, en la calle República de El Salvador 47, en el Centro Histórico.

hc