Los primeros trazos cargados de fuerza, con espíritu revolucionario y reclamo de justicia social, que son testimonio del proceso creativo de José Clemente Orozco, forman parte de la exposición que conmemora el 140 aniversario del natalicio del muralista mexicano, en el Palacio de Bellas Artes.
Algunos de esos trazos se ven con marcas del tiempo, anotaciones y manchas de pintura.
- Te recomendamos En Suecia, presentarán fotos sobre la vida cotidiana de Frida Kahlo Cultura
El artista estuvo rodeado de historias, viajes y censuras, como la que enfrentó al pintar sus murales en la Escuela Nacional Preparatoria, donde un grupo de estudiantes y damas de la sociedad rayaron y agredieron su obra, al igual que la de los otros muralistas. Esta fue la razón por la que tuvo que dejar su trabajo incluso en 1923, pero lo concluyó en 1926.
La situación derivó en la renuncia de José Vasconcelos como secretario de Educación Pública, explicó Víctor Palacios, curador de la exposición Apoderarse de todos los muros. Anteproyectos de José Clemente Orozco, inaugurada este miércoles en el Palacio de Bellas Artes.
Agregó que un caso similar le sucedió a Orozco con su mural de la Suprema Corte, donde al sentirse vulnerados y exhibidos, le dieron las gracias, dejando su impronta en una obra donde presenta a la justicia tirada en un sillón mientras los políticos hacen de la suyas envueltos en la corrupción. Para no provocar un escándalo, le dieron entonces la tarea de pintar el Hospital de Jesús, una de sus últimas obras.
Riqueza técnica
En el máximo recinto cultural del país se despliegan más de 180 bocetos en diversidad de formatos, soportes y técnicas, entre ellas el gouache, el temple, la tinta, el dibujo a lápiz y el carbón, en una línea cronológica, como testigos y documentos del diseño de los más importantes murales que realizó el artista tanto en México como en Estados Unidos.
Sobre el título de la exhibición, el curador explicó que hace referencia al momento en el que, al terminar el mural del Paraninfo de la Universidad de Guadalajara, alguien le preguntó qué le restaba por hacer después de haber pintado este portento de obra, a lo que Orozco respondió que le restaba “apoderarse de todos los muros”.
“Orozco utilizó mucho el término anteproyectos en lugar de bocetos para relacionarlos más con aspectos arquitectónicos”, comentó el curador, quien al hablar con los representantes de los medios de información, en más de una ocasión fue interrumpido por el equipo de comunicación social y de curaduría del Museo del Palacio de Bellas Artes.
Apoderarse de todos los muros, que viene de exhibirse en el Museo Cabañas, tiene básicamente un carácter didáctico, una lectura curatorial muy directa. Bocetos de 13 murales están desplegados de manera cronológica.
“Estamos hablando de 13 obras que representan prácticamente el 90 por ciento de la producción muralística de José Clemente Orozco, y cada uno cuenta con un texto didáctico en donde se ofrece un contexto social y político del momento en que fueron generados”.
Esas obras monumentales las pintó Orozco en la Escuela Nacional Preparatoria. En la casa de Los Azulejos pintó el mural Omnisciencia, en tanto que en Orizaba, el titulado Revolución social. Después vino su etapa en Estados Unidos, donde hizo un mural en News School for Social Research en Manhattan, y uno más en el Dartmouth College.
Regresó a México para pintar Katharsis en el Palacio de Bellas Artes y después vino su ciclo muy importante conformado por los tres murales que hizo en Jalisco: el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara, el Palacio de Gobierno y al final el Hospicio Cabañas. Luego viajó a Michoacán para realizar un mural en la Biblioteca Gabino Ortiz y se trasladó a Ciudad de México, donde empezó su nueva etapa muralística en la Escuela Nacional de Maestros, la Suprema Corte de Justicia y el Hospital de Jesús.
“Los bocetos son importantes por la riqueza técnica que Orozco plasmó en ellos. El rango cronológico que abarca la exposición es de 1923, con la Escuela Nacional Preparatoria, hasta la Escuela Nacional de Maestros, en 1947. Es un lapso de 25 años que abarca prácticamente la totalidad de su producción muralística”.
Se indicó que por esta razón, la exposición representa una oportunidad única para ver una de las colecciones más importantes del INBAL, que fue dada en comodato al Museo Cabañas desde su fundación, y que no se había exhibido de manera conjunta desde hace 40 años.
hc