Aunque su obra más conocida es el mural Representación histórica de la cultura, que adorna la fachada de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan O’Gorman fue una artista multifacético, pues además del muralismo se desarrolló con eficacia en la pintura y la arquitectura.
Ejemplo de su asombroso trabajo arquitectónico es la Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, ubicada en la alcaldía Álvaro Obregón, aunque su obra cumbre fue su propio hogar: una casa-cueva ubicada en el Pedregal de San Ángel, en la Ciudad de México.
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Tristemente de este sitio solo quedan el recuerdo y algunas fotos, pues "en 1969, por cuestiones económicas, Juan O’Gorman decidió poner en venta su emblemático hogar y éste fue adquirido por la artista plástica Helen Escobedo", detalla la Secretaría de Cultura en su página web.
"O’Gorman aseguró que los compradores de la casa se habían comprometido a no demolerla, sin embargo, en palabras del propio arquitecto, la casa fue destruida y con ello se eliminó la obra arquitectónica".
Foto: Secretaría de Cultura
Luego de esta infame acción, O’Gorman publicó el texto La venta de mi casa de San Jerónimo No. 162 a la señora Helen Escobedo y la destrucción de la misma por ignorancia, donde señaló que “con la pretensión de realizar obras maestras, resultará una casa común y corriente y temo que será algo vulgar, sin el menor interés arquitectónico. Perduran, solamente, las fotografías a colores, que muestran los mosaicos en los muros interiores como exteriores”.
“Me parece extraño que un artista como la señora Helen Escobedo haya hecho un acto de destrucción semejante. Quizá sea muy importante la influencia de su amigo el arquitecto, o bien el deseo de figurar con mayor importancia de la que tiene tal vez la haya impulsado a cometer ese acto de destrucción innecesario”, añadió.
Foto: Secretaría de Cultura
¿Cómo era la casa-cueva de Juan O’Gorman?
O'Gorman comenzó a construir su casa en 1948, influenciado por los arquitectos Frank Lloyd Wright, Antonio Gaudí y Ferdinand Cheval. Destaca que el hogar del artista realmente estaba constituido por una cueva que se formó tras la erupción del volcán Xitle.
La Secretaría de Cultura describe que "los muros de la casa incluían a los dioses Quetzalcóatl y Tláloc, así como soles, lunas, caracoles, mariposas, jaguares y un águila, entre otras figuras. Asimismo, la entrada principal de la casa, cuya forma recuerda al denominado Arco Maya, estaba flanqueada por dos Judas o guardianes, mientras que la fachada estaba decorada con murales de piedras de colores naturales provenientes de diferentes regiones del país".
"Contaba con una planta baja, un primer piso y diez módulos en total; en ella se encontraba una estancia, un cuarto de servicio, una cocina, dos recámaras y una terraza en la planta alta".
Foto: Secretaría de Cultura.
En la casa-cueva, O'Gorman vivió con su esposa, la artista y botánica Helen Fowler, y su hija, María Elena.
“Como un ensayo de arquitectura orgánica, también, como una protesta en contra de la civilización y, quizás, fue vivida por el artista como una gran catarsis al derivar, no necesariamente, de la arquitectura como orden sino de la arquitectura como orientación frente a lo indómito, lo agreste y lo desconocido”, indica la historiadora de arte Adriana Sandoval sobre cómo fue pensada esta propiedad.
hc