Juego de niños

Música

‘Animalezas Sonoras’ es un taller donde los niños hacen de la música un ejercicio lúdico y creativo.

El espectáculo, dirigido a los niños, termina por involucrar a los padres. (Especial)
Ciudad de México /

A partir de la convivencia con su hijo en espectáculos infantiles, la guitarrista y compositora Nur Slim armó Animalezas Sonoras, laboratorio de creación musical apoyado por el Fonca que se presenta hasta el 26 de mayo en el Centro Cultural La Titería de Marionetas en la Esquina, sábados y domingos.

Animalezas Sonoras es un taller donde los niños hacen de la música un ejercicio lúdico y creativo. Nur creó una serie de musicogramas (dibujos que ayudan a entender la música), con imágenes de animales reales e imaginarios, que pueden ser leídos como música contemporánea y que se combinan entre sí.

Slim refiere que “los niños se preguntan, por ejemplo, cómo suena un musicograma de un lobo-perro, y a través de los gráficos les vamos enseñando cosas básicas: sonidos cortos, sonidos largos y luego a improvisar con esos elementos (mientras que en las escuelas de música te enseñan que una cosa es leer y otra improvisar)”.

Slim va hilando historias en las que los niños participan con los musicogramas y la personalidad sonora que le van dando a cada animal. “Hice 40 tipos de partituras de cada instrumento y se trata de que todos los niños participen y estén interactuando para darle vida a la historia. Por ejemplo, le digo a uno que si se para en la serpiente debe tocar un cascabel o si lo hace en el saltamontes usa una maraca, etcétera”.

Actualmente el proyecto involucra a Juan Duarte, quien toca el arpa y la flauta. Nur comenta que “la primera vez se hizo con todos los instrumentos de la orquesta, pero al ver a tanto adulto los niños se sintieron un tanto cohibidos, por lo que ha decidido reducir el proyecto a este dueto, que resulta más efectivo”.

Los niños, agrega, inventan sus “paisajes sonoros y los efectos especiales de la canción. Por ejemplo, una de las partituras es un cuento de animales, donde ellos van haciendo los sonidos respectivos. Además hago que el cuente gire en torno a todos los que están ahí, así que siempre se sienten parte del concierto”.

El espectáculo, dirigido a los niños, termina por involucrar a los padres, refiere Duarte. “A veces el papá se permite jugar con los niños porque, finalmente, se trata de un espectáculo que toca las emociones”.

CODA

DIRECCIÓN: ENTRE MÁS CAÓTICO, ES MEJOR

Juan Duarte afirma que en el espectáculo hay un momento en que “los niños dirigen y todos tienen que seguir la intención de sus manos. Normalmente, mientras más caótico se vuelve el ejercicio, más se divierten los niños”.


  • Xavier Quirarte
  • xavierquirartenuevo@gmail.com
  • Es autor de Ensayos de jazz y literatura (Editorial Doble A), es coautor de Por amor al sax y John Coltrane. Periodista especializado en jazz, rock y música contemporánea, sus textos han aparecido en los periódicos El Nacional, La Crónica y Milenio, y en revistas como Casa del Tiempo, Rock y Pop, Sólo Jazz & Blues, Círculo Mixup, La Mosca en la Pared, Cine Premier, Dos Filos, Sacbé y otras

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