Kent Nagano vivió de niño en una granja de Morro Bay, California, en Estados Unidos, para él, el lugar más aburrido del mundo, porque en propias palabras del ahora director de orquesta, no tenían un cine, ni un centro comercial y mucho menos televisión.
Así que su manera de escapar de este tedio, consistía en concentrarse en la música, cuenta que cada vez que se sentaba en el piano sentía que viajaba y se trasladaba a Viena, París, Alemania o Inglaterra.
“Esa fue mi manera de salir de Morro Bay, y como no tenía dinero, y tocar música era gratis, pues ahí me refugiaba. Más tarde desarrollé una habilidad para unir a las personas, creando algo mucho más grande que estar en una habitación solo”.
Actualmente, es uno de los directores de orquesta más reconocidos en el mundo y se encuentra en México, en la ciudad de Guanajuato para dirigir la Orquesta Sinfónica de Montreal, en el 47 Festival Internacional Cervantino; y lo hace como parte de su gira de despedida por Europa y Sudamérica, ya que dejará el próximo año a la agrupación que dirigió desde el 2006.
Llegó a la capital cervantina después de 20 horas de vuelo, para presentarse en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas.
Acudió solo unos minutos a la Casa de Canadá, donde habló del programa de esta noche y del trabajo que ha realizado con la orquesta para contribuir a la inclusión de las comunidades originarias, que por siglos fueron segregadas.
Se dijo listo para descubrir la magia de Guanajuato, apenas salga al escenario, este viernes a las 20:00 horas, a interpretar dos obras de la historia de la música: el concierto de Mozart para violín y orquesta en Sol mayor, así como la 5a. Sinfonía de Gustav Mahler.
“Mozart escribió sus obras con un lenguaje universal y en este concierto hay que admitir que rompe varias reglas de las forma tradicional que siempre se base en la interacción con la orquesta y el solista, pero en el concierto uno empieza a dudar cuál es la orquesta y cuál es el solista, se vuelve una especie de diálogo de música de cámara dentro de la misma orquesta”.
La segunda obra que interpretarán es la 5a. Sinfonía de Gustav Mahler, una pieza revolucionaria que también rompió las puertas hacia el siglo XX, aunque está basada en un lenguaje romántico del siglo XIX.
La función de la música
En su paso por Guanajuato, expresó que la música tiene varias funciones en la vida, se puede usar para cosas muy ligeras o para cosas más serias, como un funeral, pero también para las fiestas y para muchas cosas más.
Nagano, quien también es director honorario de la Orquesta Sinfónica de Alemania, y director de música de la Ópera Estatal de Hamburgo, se refirió al compromiso social de la música, por eso la justificación del documental que realizó en algunas comunidades indígenas de Quebec.
Explicó que es el resultado de dos viajes que emprendió con la Orquesta, el primero fue únicamente de intercambio cultural, para conocerse.
“Este viajes nos dio pauta para reflexionar que habíamos estado de gira por Roma, por Francia, por todo el mundo, pero no habíamos tenido la oportunidad de viajar y tocar para nuestros vecinos”.
El segundo viaje fue más específico, acudieron ya con la intención de hacer grabaciones, aunque tuvieron que enfrentar controversias y conflictos.
“La intención era permanecer humildes, ya que somos músicos y no políticos, hicimos el esfuerzo de tocar nuestra mejor música para compartirla y se nos ocurrió que la mejor forma era la ópera, el teatro musical, y que en vez de usar un libreto en inglés o francés que son las lenguas de Canadá, decidimos que se escribiría una obra en la lengua indígena Innu. Un escritor profesional hizo el libreto de la obra Chaakapesh. Nos dimos cuenta que esta obra podía curar con risas el conflicto, además de que los solistas eran cantantes de ópera profesionales de la comunidad indígena”.
La orquesta, describió, además de ser un conjunto de músicos, es un concepto que nació hace casi 300 años, en la época de la ilustración.
“La orquesta moderna de hoy, es una metáfora de una comunidad que trabaja de forma ideal. En nuestra orquesta, por ejemplo, hay 17 nacionalidades, culturas diferentes, edades, estatus sociales y económicos diferentes, distintos niveles de educación, intereses, sexos, es un mosaico de identidades y de orígenes, pero todos estamos de acuerdo en trabajar juntos, eso no lo puede hacer una persona de manera individual. Es una metáfora muy poderosa”.
Por último, reconoció que no hay secretos ni recetas para dirigir bien una orquesta, de ahí que no siempre una orquesta logra interpretaciones exitosas.
“A veces tenemos el privilegio de dirigir bien, pero no siempre es el caso, porque somos humanos. Esto se siente entre el público, cuando uno es honesto o no, eso se sabe, así que no hay secretos para dirigir una orquesta”.
amt