La danza del dibujo

Artes Visuales

Biosignos es un archivo, un sistema creado por González de León que remarca la posibilidad de contar otra historia

El concepto de archivo como “la ley de lo que puede ser dicho” es el eje
Miriam Mabel Martínez
Guanajuato capital, México /

Al transitar por la exposición Biosignos. Una historia no tan natural, de Juan González de León, que se presenta en la Universidad Autónoma de Guanajuato (UAG) en el marco del Festival Internacional Cervantino, el espectador experimenta el proceso del dibujo. Lo que contempla no solo son piezas acabadas, sino instalaciones narrativas. Se trata de pequeños rompecabezas plásticos en los que dialogan ideas, trazos y memorias mientras van armando unidades semánticas y plásticas que, a su vez, conforman la muestra como una totalidad. 

Las más de 50 obras (pintura, escultura, dibujo, gráfica) que integran esta exhibición se complementan con objetos encontrados que dan ciertos guiños al recorrido del trazo sobre el papel. El espectador se enfrenta, entonces, al dibujo deconstruido, contempla el motivo que lo genera y recorre la transformación del boceto en la pieza final. La museografía es clave; los muebles que arropan a estos modelos armables también son parte del todo. No hay curador porque el despliegue de la obra es la obra. 

Esta exposición fue ideada para ocupar el espacio y también para conversar con el Museo de Historia Natural Alfredo Dugés (albergado en la UAG) a través de piezas taxidérmicas que se mezclan con las creadas por el artista, sugiriendo que cada una tiene memoria. Al conjuntarlas en gabinetes —que emulan las narrativas de los museos de historia natural decimonónicos—, inventa un archivo singular en la línea de Foucault. 

Así, el concepto de archivo como “la ley de lo que puede ser dicho” es el eje. No hay cédulas —para qué—, más que la información técnica. La intención es que el visitante asuma —a través de la vista— las piezas como enunciados que van (des)escribiendo y dibujando el proceso. Algunos de estos enunciados se concentran en gabinetes; otros —más escultóricos— descansan sobre el piso (como las placas de metal que celebran el intaglio) o se exhiben como bitácoras que penden de las paredes conformando un álbum personal alrededor de la presencia de la “naturaleza” fuera de la naturaleza. 

Estos enunciados reúnen el detritus callejero, personal y artístico que el artista ha recolectado y recuperado en un diario visual, con el objetivo de generar una experiencia procesual (una especie de coreografía del dibujo). 

Biosignos es un archivo, un sistema creado por González de León que remarca la posibilidad de contar otra historia. Y esa otra historia, una procesual, es por la que deambula el espectador. 


LAS MÁS VISTAS