Rocío Caballero (México, 1964) habla en entrevista con MILENIO de su más reciente exhibición, La alquimia del poder, en Aldama Fine Art. Está conformada por 25 pinturas y ocho grabados como parte de su proyecto del Sistema Nacional de Creadores, que este año concluye.
La muestra reúne obras de varias de sus creaciones realizadas a lo largo de dos décadas y convergen todas sus series, que hablan de los hombres de poder.
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“Me refiero al crecimiento del reino de los yuppies, por eso se llama Yuppieland. También está Anecdotario de los duendes grises, Código gris, Crímenes y castigo, así como mi serie Yuppitos desde chiquitos. Tenemos también Los indolentes. Mi intención es mostrar el secreto y los hechizos en los que ellos incurren para poder manipular a las mentes de los individuos de su reino, que es paralelo al mundo real, que he construido envuelto en un mundo muy infantil y de ensueño, es decir, son los elementos alquímicos que construyen este gran reino”.
Precisa que los yuppies que aparecen en sus pinturas desde 2003 son los hombres de poder, hombres de negocios y de la política a los que desde hace 10 años les puso máscaras para subrayar su personalidad.
“Está el gran cerdo que dirige a todos, basado este universo pictórico en la novela Rebelión de la granja de George Orwel. Hay personajes que van desfilando con distintas máscaras y distintas actitudes. Aparecen en mi obra las máscaras también de conejo, zorro y perro que acompañan al cerdo”.
Arte y política
A la artista de la Colección MILENIO Arte le gusta manejar temas con una segunda lectura para que el espectador, al ver los cuadros más detenidamente, descubra los aspectos encriptados que están diciendo algo más.
“No me gusta que mi arte sea panfletario o de denuncia, pero sí me gusta manejar la ironía y subrayar lo que me ocupa”.
Por eso es relevante conocer qué opinión le mereció el debate de los candidatos presidenciales este domingo 28 de abril. A ella le parece que las propuestas son absurdas en tanto que llegando al poder pocas de ellas se cumplirán simplemente porque son especulativas, “muchas de ellas son propuestas inviables por lo que no se concretan y si se realizan implicarían grandes costos tanto económicos como políticos.
“Me sigue nutriendo la fantasía que ellos viven, esas que se refieren a que desde que nacemos nos van a regalar dinero. ¡Los tres nos dijeron lo mismo! Nos vamos morir con la manos llenas de todas esa prebendas que nos van a dar y los beneficios. La cuestión es que no los vemos reflejados en la realidad, me sigue pareciendo un ejercicio de gimnasia mental que nutrirá mi creatividad para seguir elucubrando imágenes.
“Me preocupa lo que sucede, quisiera poder cambiar las cosas, pero lo único que tengo es la herramienta de la pintura para poder hablar visualmente de los mundos de poder y tal vez con un dejo infantil porque estos personajes así aparecieron por primera vez en el Anecdotario de los duendes grises, estaban como en la ensoñación de la infancia”.
Este momento coyuntural de las elecciones federales y locales, reconoce Caballero, le vino “como anillo al dedo, como dice el clásico” porque todas esa frases que dicen los políticos la motivan y propician la creación de ideas.
“Me divierto con la política debido a que me da herramientas para poder crear mis obras. No me divierte lo que pasa, pero sí río de sus dichos y de sus ideas un tanto absurdas, y en mi obra se ve lo absurdo del poder”.
Caballero explica que el poder se ejerce cuando alguien se quiere apoderar de la libertad, de los sueños, de las aspiraciones y de los deseos de los otros. Esa gente de poder siempre está tratando de manipular, de especular, pero más allá de robar, lo que busca es tener el verdadero contenido de las almas y desarmar a la gente de sus ilusiones.
Su caballete en el MAP
La artista es soñadora, analítica y crítica de la realidad. Disfruta de compartir la esencia de su arte, por ello no dudó en prestar su caballete para enriquecer el discurso museográfico de la muestra El árbol, testigo permanente/ testimonio viviente, a través de la que se busca ilustrar la importancia de los árboles en el planeta, en el Museo de Arte Popular (MAP).
Prácticamente se quedó sin uno de sus más esenciales instrumentos de trabajo, a cambio le dieron otro caballete para que no detuviera su creación.
La artista, que de manera individual ha presentado cerca de 25 exposiciones, dice estar sorprendida de que su caballete, que la ha acompañado en su quehacer artístico, forme parte de ese diálogo tan enriquecedor en el MAP.
Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas nacionales e internacionales, como la del National Museum of Mexican Art, en Chicago, y el Acervo Patrimonial del Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Por lo pronto su exposición La alquimia del poder estará abierta hasta el 28 de junio en la galería Aldama Fine Art, ubicada en Palacio de Versalles 100 L-B, en las Lomas de Reforma.
PCL