Varias generaciones en Hermosillo, Sonora, han visto la muy particular “Casa de los Patos”, una vivienda ubicada en la colonia Las Fuentes, cuya propietaria mantiene decenas de figuras, que provocan el encanto de quienes pasan por allí.
La señora Ma. Guadalupe Gutiérrez, llegó de Poncitlán, Jalisco junto con su esposo en los años sesentas. Al iniciar una nueva vida lejos de su pueblo, comenzó con su enorme colección, que le recordaba su infancia.
“Desde que yo me acuerdo, en mi casa como tenían mucho patio, a mi mamá le gustaban mucho, tanto las gallinas como los patos, guajolotes, todo eso, y yo creo que de ahí viene”.
La mayoría de las figuras las obtuvo en Tonalá y San Pedro, Jalisco. Pero también ha recibido obsequios de personas que admiran su colección de patos. Ya lleva más de 200 figuras.
“Todo eso de allá es, empezamos a traer cosas y los empezamos a poner”.
Desde hace décadas, los vecinos de la colonia Las Fuentes reconocen a la Casa de los Patos como un signo de identidad.
“Pues yo desde que me acuerdo, tienen la costumbre de dar señas y todo, ‘no pues que ahí en la casa de los patos’, lo ponen de señal”.
Desde estudiantes, trabajadores, visitantes… muchas personas se detienen a observar.
“No te sé decir cuántas han venido, o si no nada más pasan y ya se ponen”.
Pero no solo es la vista humana quien aprecia ese lugar, pues muchas aves llegan desde temprano a alimentarse y beber de una fuente que se colocó para ellas.
“Entonces lo que hago yo, en la primera rueda les pongo comida a los pájaros y ya acá abajo el agua. Entonces vienen durante el día, toman agua, se bañan y se van”.
A sus 82 años, Ma. Concepción disfruta de regar el césped, recorrer su jardín y admirar su colección.
AV