Abro mi cráneo en dos, trato de recordar y apenas veo
Pues bajo el sol que hierve no hay salida,
Condenado por fin, entre las sábanas me río a carcajadas
Pongo mi oreja en el reloj y escucho cómo cae la arena en los embudos.
¿Es que ya nunca, nunca volveremos al patio
De la infancia? ¿Hasta el ojo más dulce es solo brasa
Que nos quema por dentro? ¿No habrá piel,
No habrá mano que se abra en la caída? ¿Por qué los gatos
Tendrán que devorar esas plumas que cantan en la nieve?
Quizá solo yo cambio de pieles
Y llagas cada día. Quizá no pueda despertar
Ya nunca en la caja de tierra y de vinagre,
Quizá la tempestad bajo los párpados
Es tan solo impotencia o es fastidio.
ÁSS