El arte del asesinato según Hitchcock

Personajes

El crítico Peter Conrad analiza las influencias, los recursos y las transgresiones que aterrorizan al espectador en las películas del maestro del suspenso.

Hitchcock es considerado no sólo como uno de los mejores directores de su género, sino de todo el siglo XX. (Ilustración: Shutterstock)
Andrea Serdio
Ciudad de México /

Alfred Hitchcock penetró como pocos los escondrijos de la mente humana para llevar a los espectadores a territorios inexplorados del suspenso y el miedo.

El libro Los asesinatos de Hitchcock es el ojo de la cerradura por el cual nos asomamos a los dominios privados de un creador que —como expresó François Truffaut— “infectaba el mundo entero con su neurosis”. El autor, Peter Conrad, analiza el legado de Hitchcock con notable erudición, descubriendo, por ejemplo, que el mago del suspenso, en Psicosis fue el primero en utilizar un anodino cuarto de baño para aterrorizar a los espectadores.

Publicado por Turner y el Fondo de Cultura Económica, Los asesinatos de Hitchcock es un libro divertido en el que Conrad liga su propia vida con su conocimiento y análisis de las películas del cineasta británico. Habla de sus transgresiones, entre ellas el parricidio, como sucede en Extraños en un tren, en donde Robert Walker convence a Farley Granger para que asesine a su padre, prometiéndole por su parte matar a la esposa de este.

Conrad divide su libro en tres partes: “El arte del asesinato”, “La técnica del asesinato” y “La religión del asesinato”. En ellas, sin seguir un orden cronológico, muestra cómo en sus películas Hitchcock desafía reglas morales y legales, dotando a sus criminales de una misión, como sucede con el asesino serial interpretado por Joseph Cotten en La sombra de una duda, quien desea “librar al mundo de las parasitarias y autoindulgentes viudas”.

Conrad contextualiza las anécdotas desplegadas por Hitchcock en sus películas, alude a referencias teóricas y literarias y nos lleva a comprender los motivos de sus personajes para hacer del asesinato una de las bellas artes y del mundo un mejor lugar. En La soga, por ejemplo, un par de dandis “asesinan a su mejor amigo porque no es lo suficientemente culto” y le dedican un funeral sacrílego al que invitan a los padres del joven asesinado.

“Mientras filmaba sus películas —escribe Conrad—, a Hitchcock le gustaba imaginarse a la gente gritando durante la proyección de las mismas”. Era “un experto conocedor de los traumas ajenos” y en sus películas desplegaba toda su erudición para conducir a los espectadores a los territorios del deseo, el desencanto y la desesperación, muchas veces a través de la metamorfosis de sus personajes como sucede con Kim Novak en Vértigo.

Los actores y las actrices fetiche, los animales, la música, las escaleras, las casas, todos los recursos de Alfred Hitchcock son descubiertos en este libro que repasa detalladamente su filmografía y nos habla de su profundo sentido del humor. Por ejemplo, cuando en Pánico en la escena, mientras se prueba un vestido de luto, Marlene Dietrich le ordena al modisto que le haga uno menos triste, un disfraz —el de la tristeza— que no desea llevar.

Los asesinatos de Hitchcock es un paseo por los argumentos, y la técnica para contarlos, del cineasta británico para provocar las más intensas emociones.

AQ | ÁSS

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