La sustancia más cara del mundo, para llevar

Ciencia

El Centro Europeo de Investigaciones Nucleares prepara depósitos de antimateria.

El físico Jack Devlin ajusta la sensibilidad del monitor del haz de antiprotones del experimento BASE. (Foto: Maximilien Brice | CERN)
Gerardo Herrera Corral
Ciudad de México /

El chocolate To'ak es considerado una reliquia de las vainas de cacao nacional ecuatoriano cuyo origen puede ser trazado más de cinco mil años en el pasado (lo que se verifica con análisis de ADN de la planta) y puede costar hasta cinco dólares por gramo. Las trufas blancas del norte de Italia son caras por el hecho de ser raras, pero además difíciles de encontrar y muy laboriosas de cosechar. Su precio de entre siete y ocho dólares por gramo es casi tan alto como el del azafrán que se usa para dar color a la comida. Se dice que el té Da Hong Pao que crece en las montañas Wuyi al norte de China tiene una fragancia a orquídeas sin igual y un sabor dulce perdurable. Se debe preparar con agua purificada y todos los cuidados. El costo de éste, el más preciado de los tés, ronda en los mil quinientos dólares por gramo.

No obstante, ante la pregunta sobre cuál es la sustancia más cara del mundo uno piensa de inmediato en metales o minerales. El platino, ese metal resistente a la corrosión que se emplea en la joyería o en materiales de laboratorio, puede llegar a costar sólo treinta dólares por gramo. El iridio es más costoso, siendo un metal aún más resistente a la corrosión que el platino, incluso a muy altas temperaturas; un gramo puede llegar a valer más de cincuenta dólares, casi tanto como el oro del que no es necesario decir mucho. El plutonio del que hemos escuchado por su uso en bombas atómicas es de producción controlada y su costo estimado sería del orden de seis mil dólares por gramo.

También hay piedras muy caras y aunque el diamante es famoso no es el más costoso. La taaffeíta, la benitoíta o la serendibita lo superan con mucho en precio. Un diamante puede llegar a costar ciento cincuenta mil dólares por gramo, pero la painita, que sólo se ha encontrado en Birmania, costaría el doble o más.

Si ante la pregunta sobre cuál es la sustancia más cara del mundo usted considera la posibilidad de que se trate de una sustancia fabricada artificialmente como los elementos químicos más pesados que se producen en cantidades muy pequeñas, entonces ya estamos en la línea correcta. El meitnerio, darmstadtio o el oganesón son de los elementos químicos producidos en el laboratorio con la ayuda de grandes inversiones, pero son extremadamente inestables. Viven milésimas de segundo cuando mucho. El californio que contiene noventa y ocho protones en su núcleo es también de origen sintético y se emplea como productor de neutrones para activar como fuente inicial algunos reactores nucleares. También se usa el californio en medicina para irradiar tumores cerebrales o el cáncer cervical. Este elemento tiene muchas aplicaciones, pero un gramo puede llegar a costar veinticinco millones de dólares.

Así podemos seguir listando materiales de alto valor, sin embargo, entre todos ellos, lo más costoso es una sustancia antimaterial. La producción de antimateria ha sido el objeto de una inversión sin precedentes que eleva el costo de manera considerable. Por las dificultades que es necesario superar para producirla, la antimateria es hoy la sustancia más cara del mundo. Unos mil millonésimos de gramo de antimateria en la forma de antihidrógeno costarían algunos cientos de millones de dólares.

El proceso de producción de antimateria es tan ineficiente que para hacer 1 gramo de antimateria se requieren 25 billones de kilowatts hora de energía y un costo de más de 10 billones de dólares.

El Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN) no sólo fabrica antiátomos de hidrógeno para estudiar las propiedades de la antimateria, también busca la manera de acumular antiprotones para luego transportarlos en valija. El proyecto BASE (Baryon Antibaryon Symmetry Experiment, por sus siglas en inglés) se ha propuesto producir antimateria para llevar.

Ya se ha logrado conservar un poco de la sustancia en una botella magnética aun cuando la antimateria se desvanece casi instantáneamente al encontrarse con materia. En el recipiente se debe evitar que la sustancia toque las paredes porque al hacerlo se encuentra con átomos que representan el final de su breve existencia. Es por eso por lo que se utilizan campos eléctricos y magnéticos que la mantienen suspendida y alejada de las paredes.

Uno de los proyectos tecnológicos que están siendo desarrollados en la Fábrica de Antimateria del CERN es la posibilidad de conservarla por más tiempo y trasportarla en una botella especial. Se trabaja en el diseño de un contenedor donde se puedan atrapar mil millones de antiprotones para conservarlos por varias semanas. Para esto se necesita un recipiente a -270 grados Celsius y un alto vacío. Luego se quiere llevar estos antiprotones en flete a varios metros de distancia para ser usados en investigaciones científicas en un laboratorio aledaño.

El desarrollo de la trampa portable tomará tiempo. Se espera que para el año 2022 se consiga hacer los primeros ensayos con experimentos que harán uso de la “antimateria para llevar”.

AQ

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