La reunión ocurrió de madrugada, como indica el hábito de Andrés Manuel López Obrador. Antes de su inexcusable encuentro matutino con la prensa, el Presidente de México se había reunido con algunos miembros de su gabinete. Gilberto Guevara Niebla, por entonces subsecretario de Educación Básica de la SEP, asistió aquella mañana.
Cuando el mandatario propuso ante el cónclave un nombramiento para coordinar una campaña contra las drogas dirigida a jóvenes, Guevara Niebla pidió la palabra. Sugirió, porque le parecía razonable, que ese nombramiento se concediera a un educador.
—¡Balandronadas! —espetó el Presidente casi al instante.
Guevara Niebla optó por el silencio el resto de la asamblea. Pocos meses después, renunciaría al cargo. No a causa de este episodio, sino por un “fuerte desacuerdo” con Esteban Moctezuma, quien en aquel momento fungía como secretario de Educación.
La anécdota ilustra una de las preocupaciones más hondas de quien fuera dirigente estudiantil en el Movimiento del 68: la inexistencia del diálogo entre López Obrador y su equipo de trabajo. “En las reuniones en las que me tocó participar, el Presidente hablaba y punto; no había ninguna observación por parte del gabinete”, narra en entrevista para Laberinto a propósito de la publicación de La regresión educativa (Grijalbo, 2021), un libro que, bajo su coordinación, disecciona con 14 ensayos el estatus actual de la educación en México.
El diagnóstico no es alentador. En la presentación del libro, Guevara Niebla advierte que el gobierno lopezobradorista ha puesto en práctica políticas “que en varios aspectos repercuten negativamente sobre la oferta educativa y sobre los aprendizajes”. Para defender su tesis, el ex subsecretario de Educación Básica invoca dos argumentos: “el vacío de políticas públicas en materia educativa” y “el estreñimiento financiero que está sufriendo el sector a partir de las políticas de austeridad y los programas de becas”.
Sobre ese último asunto, reflexiona: “Los programas de becas desviaron los recursos de los temas propiamente educativos, de tal manera que tuvieron un efecto negativo para la formación de profesores, para las Escuelas Normales, los cursos de actualización de maestros y la compra de equipo para escuelas y docentes”.
Después de las movilizaciones estudiantiles de 1968, Gilberto Guevara Niebla fue perseguido y encarcelado durante tres años, antes de exiliarse en Sudamérica. Por eso, cuando se incorporó al gobierno federal en diciembre de 2018, se sintió atraído por la promesa de una sociedad justa y democrática, y una gestión cuya prioridad sería poner fin a la pobreza. “Ese fue el imán, lo más atractivo del discurso del Presidente. Una vez dentro, me di cuenta de que eso no ocurría”, lamenta.
Sostiene Guevara que el país carece de una política educativa encauzada a la ciudadanía. “El desarrollo nacional no se puede concebir sin tomar en cuenta al recurso humano. Los mexicanos son el recurso más poderoso que el país tiene para promover su propio desarrollo. Cuando hablamos de desarrollo hay que pensar en desarrollo humano, en darle a la población herramientas intelectuales, morales y cívicas para que empuje el desarrollo nacional. Pero esto no ocurre en el actual gobierno. La educación ha sido abandonada”.
¿En qué áreas la intervención es apremiante? Son numerosas, explica el autor, pero se detiene en una: “El factor que más pesa en el proceso educativo es el docente, por eso hay que invertir en las Escuelas Normales que están sufriendo una estrechez totalmente injustificada de recursos; hay que hacer de cada una de ellas una auténtica universidad. Por ejemplo, en este momento la SEP debería estar empeñada en crear habilidades digitales en todos los profesores”.
No obstante, Guevara Niebla no arroga toda la responsabilidad de esta situación crítica a las autoridades. “La educación es un problema de todos. Gran parte del desastre educativo que vive México, de esta regresión educativa, también se explica por la apatía y la desinformación que privan en la sociedad sobre el tema educativo. Sobre todo la indiferencia, la falta de compromiso y de preocupación. No discutimos la educación como debe discutirse, ojalá que este libro dé pie a una buena discusión pública”.
Gilberto Guevara Niebla es autor, entre otros libros, de El saber y el poder (1978), La educación socialista (1984), La catástrofe silenciosa (1992) y Clásicos del pensamiento pedagógico mexicano. Antología histórica (2011).
ÁSS