En febrero dará inicio la temporada 2020 del Ballet de la Ciudad de México con una versión de La fille mal gardée (La niña malcriada) a cargo de la coreógrafa y docente Isabel Ávalos.
La compañía capitalina se ha distinguido, además de por la calidad técnica de sus integrantes, por su interés por mantener vínculos con la comunidad, en particular con el público infantil. Cuenta entre su repertorio con versiones de Hansel y Grettel, Cascanueces y Pedro y el Lobo con las que, sin perder la esencia de la trama ni la riqueza musical de cada ballet, construyen una narrativa más simple que mantiene con mayor facilidad la atención de los espectadores.
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La maestra Isabel Ávalos ha sido una tenaz difusora de la danza en todas sus vertientes. Día con día podemos encontrarla en su salón de clase compartiendo su pasión por el arte, generosa con su docencia cuya paciencia no se contrapone con la disciplina, repitiendo una y otra vez las múltiples precisiones que exige la danza clásica: la mano, la cabeza, el pie apuntado, la rotación externa de las piernas, la precisión rítmica; y, por supuesto, la gracia que exige el ejercicio.
La maestra Chabe, como se le conoce cariñosamente en el gremio dancístico, ha vivido la danza desde edad muy temprana; fue una de las ejecutantes más reconocidas en la historia de la danza clásica nacional. Su paso por la Compañía Nacional de Danza dejó una huella de la que hoy en día aún se habla y que constituye una leyenda viva. Su contacto con el Ballet Nacional de Cuba ha hecho que su férrea disciplina como docente contribuya a la formación de bailarines técnicamente sólidos.
También enfrenta los nuevos tiempos en los que ya no se mira con buenos ojos el cotidiano sacrificio que el arte exige de sus ejecutantes, y las jóvenes entienden distinto el esfuerzo que la danza clásica exige.
Sin embargo, la pasión por la danza la lleva a insistir sin abandonar su salón de ensayos, ya sea como maestra o como coreógrafa. Nada le resta entusiasmo. El Ballet de la Ciudad de México es una compañía que constituye un lugar en el que los egresados de las escuelas profesionales de danza pueden encontrar una oportunidad de desarrollo profesional, más allá de las compañías nacionales en las que los sitios disponibles son muy pocos.
Este 2020 la compañía tiene lista su versión del ballet La fille mal gardée. Considerado uno de los ballets más antiguos del repertorio clásico mundial, el se compuso bajo la partitura de Peter Ludwig Hertel, y fue creado en 1789 en Burdeos, en plena Revolución francesa, por el coreógrafo Jean Dauberval, inspirado en una pintura de Pierre-Antoine Baudouins.
La trama cuenta una cándida historia de amor en la que Lizet, única hija de la viuda Simone, propietaria de una próspera hacienda, se enamora de Colás, un joven granjero. Pero su madre tiene planes más ambiciosos para ella. Esto desencadena una serie de enredos y artimañas para la consumación de la relación.
El triunfo final de la pareja traza una nota peculiar y un toque revolucionario en el plano de las costumbres sociales de la época, pues en este ballet no existen dioses, hadas, reyes o reinas: fue creado a partir de la imagen de la gente “común”. Esto constituye un parteaguas en la historia de la danza clásica al dirigir su mirada a referentes distintos a los de la aristocracia y el panteón clásico grecolatino; con ello el ballet abandonó el plano de lo etéreo para acercarse a temas de interés más popular.
La compañía se presentará los domingos 9 y 16 de febrero, a las 11:30 y 13:30 horas en el Teatro del Parque Interlomas. Después tendrá una temporada en el Teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes del 22 de febrero al 8 de marzo; los sábados a las 19:00 horas y los domingos a las 13:30 horas.
ÁSS