Con Billie Holiday. Una biografía coral es una obra de Julia Blackburn imaginada por otra autora: Linda Kuehl, quien durante años recopiló testimonios sobre la cantante. Nunca consiguió concluir el libro y terminó suicidándose en 1978 después de asistir a un concierto de Count Basie. Pero su contribución al conocimiento de Billie es invaluable.
Billie Holiday nació el 7 de abril de 1915 en el Hospital General de Filadelfia y fue registrada como Eleanor Fagan. En el libro de Blackburn y Kuehl la recuerdan sus amigos y amigas de infancia, sus vecinos, sus amantes, sus compañeros en la juerga y en el jazz.
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Publicado por Global Rhythm, el libro escarba en la intimidad de Billie. Los testimonios la dibujan generosa, tímida, marcada por una violación en su niñez y por meses de reclusión en un orfanatorio; hablan de su pasión por la música y, desde luego, de su voz maravillosa y de su gusto —desde pequeña— por las canciones tristes, de amores desafortunados.
“Cantaba con la bravura de una leona, y sin embargo parecía temerosa como una niña”, escribe Blackburn. Algunos de sus conocidos la recuerdan desde adolescente adicta a la marihuana y al alcohol y hablan de su llegada a Harlem en 1929, donde se alojó con su madre en un burdel y fue apresada en una redada contra prostitutas.
En Nueva York comenzó a cantar en los clubes de jazz, de ahí saltó a las grabaciones, a las giras, al vértigo de la fama, al infierno de la heroína, a las decepciones amorosas. Pero antes de llegar a las drogas duras, pasó momentos felices, sobre todo cuando actuaba con Lester Young. “Estaban hechos el uno para el otro”, dice uno de los entrevistados. Tal vez Billie lo amaba, pero para él sólo era una cantante maravillosa y una amiga extraordinaria.
En estos días, cuando se encienden las robustas hogueras de la intolerancia y el odio racial no solo en Estados Unidos sino en muchos otros países, tal vez sea conveniente rememorar uno de sus mayores éxitos: “Strange Fruit”, su protesta contra los linchamientos de negros en el Sur de su país, un himno contra el racismo.
En el cine, Billie participó en varias películas, entre ellas New Orleans, dirigida por Arthur Lubin en 1947, en la que alternó con Louis Armstrong y el mexicano Arturo de Córdova. En 1972, Sidney J. Furie dirigió la biopic Lady Sings the Blues, en la que Billie es interpretada por Diana Ross, y en 1990 Matthew Seig dirigió para la televisión el documental Lady Day: The Many Faces of Billie Holiday.
Billie Holiday, Lady Day, la dama del jazz, murió de cirrosis hepática el 17 de julio de 1959. Tenía 44 años y era una estrella entre las grandes estrellas de su tiempo. Este libro nos permite acercarnos a ella y disfrutar como nunca su voz incomparable.
ÁSS