‘El caballero verde’ cuestiona el significado del honor en el siglo XXI

Cine

El realizador David Lowery nos adentra en una fantasía medieval inhóspita donde, sin embargo, la mayor batalla es contra uno mismo.

Dev Patel como Sir Gawain en 'El caballero verde'. (Foto: Eric Zachanowich | Cortesía: A24)
Fernando Zamora
Ciudad de México /

El ciclo artúrico no ha corrido con mucha suerte en el cine. Si bien La espada en la piedra de los estudios Disney popularizó la historia en 1963, también la banalizó. No fue hasta 1981 que John Boorman utilizó la materia de Bretaña con efectividad. Y si bien Excalibur hace hincapié en el chauvinismo inglés, el director consigue mezclar, en torno al texto original (La muerte de Arturo, de Malory) todo este universo que, en efecto, nació en Inglaterra, pero llegó a su esplendor en la corte provenzal.

Desde Excalibur no aparecía en el cine una obra capaz de atrapar el espíritu de estos personajes creados con fe e imaginación; héroes que narran, en clave mítica, el proceso de cristianización de la Europa Occidental. El caballero verde (disponible en Amazon Prime) es un tapiz de historias legendarias que el director, David Lowery, ha tejido en modo soberbio en torno a una novela relativamente menor del ciclo artúrico. Si bien se dice que Sir Gawain y el Caballero Verde (el texto en el que se basó Lowery) fue la inspiración auténtica de la trilogía de El Señor de los Anillos, Tolkien se interesó en esta novela más por una cuestión de lenguaje. La lucha del bien contra el mal que la aparición del cristianismo trajo a Europa sirvió al escritor, más bien, para narrar en clave simbólica la pugna de la OTAN contra el comunismo. Mordor era la URSS.

El caballero verde no evade tampoco una lectura de este conflicto tan actual, pero hay en ella menos confianza en los gobiernos occidentales. Por eso Lowery contradice abiertamente a la novela original que describe a los reyes Arturo y Ginebra como hermosos y justos. Aquí se les interpreta decadentes, aún malévolos. “He querido narrar esta historia como si fuese una película de horror”, ha dicho el director. Y en efecto, lo consigue. No por los golpes de teatro o el susto que consigue aumentar el ritmo cardiaco. El tono está al servicio de un espíritu que, a pesar de los cambios (o justamente por ellos) coincide con la energía original del ciclo artúrico. Y es que las gestas de los caballeros de la mesa redonda son, ante todo, una batalla interior. Eso es exactamente lo que sucede aquí. Y así hay que leer la película, abiertos a la posibilidad que ofrece el arte de David Lowery: indagar en el corazón humano que como el de Gawain se ha acostumbrado demasiado a la comodidad y la desidia.

Así que poco importa que el director y guionista haya tirado por la borda la historia original quedándose tan solo con la premisa. Lo que realmente tenemos que apreciar aquí es la capacidad de David Lowery para hacernos pensar, en estos tiempos, en el significado de una palabra de sabor anticuado: honor.

Apoltronados como Gawain en placeres banales, los ciudadanos de los países que antaño fueron cristianos nos hemos acostumbrado a pensar que la honra, esto es, el actuar rectamente y alineados con valores de arriba y no con apetitos de abajo, es algo frívolo. “¿Acaso no basta con ser buenos?”, pregunta la novia a Gawain cuando está a punto de salir a enfrentar al Caballero Verde. No. David Lowery, y el autor de la novela original, saben que no. No es suficiente con ser buenos, hay que aspirar a algo mayor. Aspirar, por ejemplo, a una trascendencia que no está (como lo muestra el clímax de la película) en honores humanos, en la corona de Arturo. En su trono. Está en hacer lo correcto.

El caballero verde es una de las películas más hermosas del 2021. Todo interesado en el arte la debería ver.

El caballero verde

David Lowery | Irlanda, Canadá, Estados Unidos | 2021


AQ

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