Carlos Martín Briceño: “Es más difícil escribir un buen libro de cuentos que una novela”

Entrevista

En los relatos de 'El reino de la desesperanza', el autor yucateco nos adentra en tiempos y espacios caóticos donde sus personajes sortean los reveces, pero ninguno sale ileso.

Carlos Martín Briceño, escritor. (Foto: Patricia Martín Briceño)
Aída López Sosa
Ciudad de México /

Carlos Martín Briceño (Mérida, Yucatán, 1966) nos adentra en El reino de la desesperanza (Lectorum, 2024) en un universo difícil. Tiempos y espacios caóticos donde sus personajes sortean los reveses, pero ninguno sale ileso. Es una colección de cuentos de un escritor cuyas historias —como lo ha demostrado en Al final de la vigilia, Los mártires del Freeway y otras historias y Caída libre— son consistentes y contundentes. Quienes conocemos de los filos y las filias literarias de Martín Briceño, en sus historias nos encontraremos en el interior de una caballeriza, de una camioneta, de un pasillo, de una cárcel, donde a los ojos de los demás no sucede nada, pero ahí está el escritor para revelarnos que la aparente calma no la garantiza, porque el ser humano tiene oscuridades que sin remedio nos arrojan a la desesperanza. Acerca de este nuevo libro platicamos con el autor.

Tu más reciente libro tiene un título fuerte: El reino de la desesperanza. ¿Por qué ese título tan desolador?

Siempre he pensado que la mejor literatura es la que describe situaciones duras, difíciles. Y el cuento, por su brevedad y contundencia, es el género narrativo idóneo para contar estas historias. ¿Te imaginas, por ejemplo, que Chéjov, Quiroga, Rulfo o Fonseca hubieran colocado a sus personajes en circunstancias felices? Probablemente hoy pocos los recordarían.

En los años ochenta José Donoso se retiró a una isla para escribir La desesperanza. Ahí vivió situaciones que él mismo reconoció que influyeron en su novela. En tu caso, ¿viviste durante tu proceso creativo alguna situación como la de Donoso que marcó el tono o el abordaje de tus dieciséis cuentos?

La mayor parte de estos cuentos los escribí durante la pandemia. Fue una época difícil en la que me refugié en la literatura para no deprimirme. No había caído en la cuenta, pero ahora que me lo preguntas, todos estos relatos están signados por esta trágica circunstancia.

A principios de este mismo año publicaste un libro de crónicas con recetario de comida yucateca (Ficticia 2024) ¿Por qué no otra novela después de La muerte del ruiseñor (Ediciones B 2017)?

Aunque sé bien que no es el género preferido de las editoriales —y tristemente tampoco el de los lectores—, me resulta imposible abandonarlo. Empecé como cuentista y disfruto mucho escribirlos. Como dice Agustín Monsreal, cuando uno ama tanto el cuento, resulta difícil serle infiel con la novela.

Adolescentes en busca de su sexualidad, parejas acomodadas que se destruyen pero que insisten en seguir juntas, ancianos que resultan un estorbo… ¿De dónde surgen tus historias?

Mis cuentos surgen de instantes, del momento en que descubro en las acciones de otros una historia oculta digna de ser narrada. Así nacieron los relatos incluidos en El reino de la desesperanza. Todos tienen que ver con algo que observé de lejos, viví de cerca o escuché en confidencia. Eso sí, al escribirlos, acostumbro aderezarlos con una buena dosis de ficción.

En El reino de la desesperanza todas las historias son fuertes, crueles, provocadoras, dejan al lector impotente al volverlo cómplice sin poder hacer nada, ¿tuviste esa misma sensación cuando las escribiste o tomaste distancia?

No te puedo mentir. Me resulta complejo abandonar a mis personajes una vez que termino un cuento. Soy de esos escritores que deben dejar pasar un tiempo razonable para retomar la escritura después de haberle puesto punto final a un relato. Si en este libro he sido capaz de contagiar esa sensación al lector, creo que he cumplido mi cometido.

¿Qué sigue para tus personajes después de lo que plasmas en tus relatos? ¿Alguno puede cambiar su destino en una novela? ¿Has considerado la idea de escribir ensayos?

Siempre he creído que es más difícil escribir un buen libro de cuentos que una novela. Y que no todos los novelistas son capaces de escribir un buen libro de cuentos, pero que en cuanto un cuentista se lo propone, es capaz de escribir una gran novela… En cuanto el ensayo, no obstante su complejidad, es uno de los géneros que más se han puesto de moda en nuestros días, por lo que no descarto la idea de publicar de nuevo una compilación de los que he publicado últimamente en revistas y suplementos culturales.

Me llama la atención que las historias las divides en libros, no en capítulos ni en partes, ¿por qué decidiste estructurarlas de esta manera?

Los capítulos son divisiones que no distancian los temas unos de otros, únicamente facilitan la lectura. En cambio, cuando lees un volumen dividido en libros, te preparas psicológicamente para cerrar ciclos y continuar “limpio” con las lecturas siguientes.

Has comentado en entrevistas y entre colegas que es complicado para ti escribir cuentos cortos, ¿por qué?

Creo que tiene que ver con la edad. Cuando inicié con esta carrera me costaba trabajo alargar las historias. Hoy me sucede lo contrario, trato de darle al lector elementos suficientes para conocer a profundidad la naturaleza emocional de mis personajes y en ese sentido, la extensión del texto juega un papel importante.

¿Podrías compartirnos algo de tus rituales para escribir?

Suelo escribir temprano por las mañanas, un par de horas antes de partir para mi trabajo “alimentario”. Me gusta hacerlo escuchando jazz, cuando no hay nadie en casa. A veces acudo a cafés pequeños, silenciosos, esos donde te sirven un buen capuchino y nadie se mete contigo. En cuanto al tiempo que me lleva hacer un libro, soy bastante exigente conmigo mismo. Para que te des una idea, algunos cuentos de El reino de la desesperanza los comencé a escribir desde el año 2017.

Después de El reino de la desesperanza sabemos que está en puerta otro libro de cuentos, ¿acerca de qué van las temáticas de esta nueva colección?

¿Qué te puedo decir? Me encantaría decirte que tratarán de la violencia que parece no tener fin en nuestro país, pero me sigue seduciendo escribir de lo difícil que resulta vivir en pareja, del egoísmo, de la traición, del temor a la muerte, de la vejez, de los celos, de los temas universales que han ocupado a los grandes escritores a lo largo de la historia.

AQ

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