El reconocido coreógrafo, bailarín, performer y compositor argentino radicado en Barcelona, Sebastián García Ferro toma como premisa los usos, abusos y desusos de nuestra materialidad para elaborar Upper Vol. II, secuencia de la muy bien recibida coreografía Upper Vol. I. Se trata de una obra que busca provocar la reflexión sobre la relación entre la humanidad y su verticalidad, entre el cuerpo y su gravedad, entre el espacio y la vivencia; un pensamiento sobre que tanto nos ha elevado la acción de estar en pie. Conversamos con Sebastián sobre esta obra dinámica y provocativa:
— Háblanos de lo que ha sido el proyecto Upper.
El proyecto se concibió como una obra bicéfala con la misma reflexión: Upper I es una obra de calle, participativa; es muy extrovertida y muy banal, va de una clase de fitness a una coreografía y de una coreografía a una fiesta electrónica; son tres bailarinas y un Dj. Upper II es la versión introvertida, el negativo; digamos que el final de la obra es el principio de la primera. Con ambas se entiende un panorama distinto y eso es algo muy enriquecedor.
— ¿Que sean solo bailarinas responde a algo feminista?
No, la verticalidad pertenece a todos los seres humanos. Son cuerpos femeninos porque considero que la vida comienza y termina con la mujer. La historia merecía ser contada desde esa mirada; aparte, hoy la mirada de la mujer está en un lugar distinto, por suerte. La individualidad de cada bailarina —seis en este caso— está muy reflejada en la obra.
— En cuanto a la música, ¿seguirá predominando lo electrónico?
La música es original y hay como tres líneas: la parte de música electrónica, porque tiene que ver con Upper I; hay una parte más disruptiva, mucho ritmo cinético y el final es un tema de metal que tiene una polirritmia muy difícil de seguir porque estos levantamientos y caídas son arrítmicas; también hay una parte ambiental. Con esto busco extender los límites de la pieza, que pueda ingresar en diversos contextos y que se entienda como una especie de viaje del héroe.
AMS