Después de Rojo y naranja sobre rojo y Dile que pienso en ella, Nedda G. de Anhalt publica Cubanos (Editorial Ariadna, 2022). Los tres son libros de entrevistas con escritores del exilio cubano. En el primero aparecen personajes como Guillermo Cabrera Infante, Severo Sarduy, Reinaldo Arenas y Heberto Padilla; en el segundo, Gastón Baquero, Leví Marrero y María Elena Cruz Varela, y en el tercero Tere Vales, Miriam Gómez, Ángel Cuadra y Zoé Valdés.
Cubanos contiene en total diecisiete entrevistas inéditas que permiten avizorar el drama que viven dentro y fuera de la isla las comunidades y familias rotas por la emigración constante en busca de bienestar económico, pero sobre todo de libertad.
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En el prólogo, la autora, nacida en La Habana en 1934 y desde 1967 ciudadana mexicana, hace un recorrido por la historia y la cultura de Cuba. Habla del exilio ocasionado por la revolución encabezada por Fidel Castro, pero también del “inxilio”, esa especie de destierro interior que padecieron, entre otros, José Lezama Lima y Virgilio Piñeira, atrapados sin remedio en su país, sin posibilidad de ir a ninguna parte, aterrorizados cotidianamente.
Nedda G. de Anhalt, al reflexionar sobre el significado de “ser cubano en el exilio”, cita las palabras que, Derek Walcott, Nobel de Literatura 1992, le dedicó a Cabrera Infante en su ensayo El gran exiliado: “Ser cubano es ser nacido en Cuba. Ser cubano es ir con Cuba a todas partes. Ser cubano es llevar a Cuba dentro como una música inaudita, como una visión insólita que nos sabemos de memoria”.
De eso se trata y lo confirma este libro: todos sus protagonistas llevan a Cuba en el alma. El poeta Ángel Cuadra (1931-2021), preso durante 15 años por sus críticas y textos en contra de la dictadura, desde Miami se refiere a su país y a sus verdugos, a quienes decía no odiar porque creía en el mañana, en un futuro mejor: “y eso no me lo había quitado el rencor de las rejas, la maldad del carcelero, la crueldad de un sistema político que para suerte del mundo tiene que pasar”.
Y Zoé Valdés, entrevistada con Miriam Gómez, viuda de Cabrera Infante, habla de la música de su infancia, de las carencias de su familia, de la represión, de la vida en el exilio, a donde, salió para gritar, como Reinaldo Arenas, lo que pasa en Cuba. “Y por eso nadie me puede hacer un cuento. Nadie me puede venir a decir a mí, en un lugar, ‘no porque la revolución, porque la salud, porque esto y lo otro’. Yo estuve ahí, nadie me lo contó”, responde la autora de La hija del embajador.
Cubanos es una oportunidad de acercarse al pensamiento de algunos de los más importantes escritores de una isla a la que miran y sobre la que reflexionan desde otros países.
AQ