Los últimos días han sido una extraña combinación de La Peste y alguna de las muchas novelas o historietas distópicas cuyo inicio de la crisis comienza con una pandemia. Lamentablemente la realidad siempre supera la ficción y el panorama actual devela algunos hechos que en condiciones normales resultan sencillos para camuflar: la profunda desigualdad económica desde la que se enfrenta una crisis pone sobre la mesa distintas categorías sociales vulnerables, más allá de la sensibilidad médica. Los ancianos, las mujeres, trabajadores informales y, por supuesto, los artistas, han puesto en evidencia la integralidad de una emergencia cuyo nodo central es médico, pero que irradia a casi la totalidad de los aspectos de la vida social e individual.
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Europa nos lleva algunos días de delantera respecto de la emergencia. La totalidad de los eventos escénicos han sido cancelados. Ante esta situación, las redes sociales se han ido saturando de mensajes de artistas que ofertan asesorías o trabajos a distancia debido a que todo método de sustento les ha sido cancelado.
“A medida que las instituciones de artes están cerradas y los eventos culturales cancelados, artistas escénicos y otros creativos hemos sido golpeados muy duro. Para nosotros es una situación muy complicada, ya que normalmente nos enfrentamos a buscar empleo mensualmente y ahora nos hemos vuelto muy vulnerables”, dice la bailarina Candela Murillo, quien se desempeña como ejecutante en la compañía holandesa Dadodans-Gaia Gonelli.
Muchas de las compañías financiadas o con mayor solidez han podido ofrecer plataformas para poder ver transmisiones en línea de manera gratuita; sin embrago, no todos los artistas pueden ofrecer esta posibilidad, menos aún en los países de América Latina. Para el caso de México, la emergencia sanitaria viene a dar un tiro de gracia a una situación previamente denunciada, es decir, los retrasos de pagos a la mayoría de los creativos, la falta de seguridad social y la precarización profunda a la que se enfrentan cotidianamente. A partir de esta semana, y durante por lo menos un mes, las clases y funciones han sido canceladas sin ninguna opción de contingencia para sobrellevar dicho escenario. Los espacios sin subsidio económico también tendrán que sortear esta crisis.
"Para nosotros es una situación muy complicada; normalmente nos enfrentamos a buscar empleo mensualmente y ahora nos hemos vuelto muy vulnerables”
Algunos maestros han puesto a disposición sus respectivas clases en línea. Esto ha significado también un debate sobre hacerlo o no de manera gratuita o cuáles son las condiciones que permiten hacerlo o no. El maestro y bailarín neoyorquino Julius Brewster considera que como todo producto del trabajo, las clases deben valorarse y, frente a una situación como la actual, no regalarse. Lo que es un hecho es que esta realidad ha obligado a los artistas a pensar y analizar la naturaleza de su arte; así como las condiciones desde las que se realiza.
Finalmente, la presente emergencia ha propuesto una reflexión y cambio sobre las difusión y creación en las artes escénicas.
La Opera Metropolitana de Nueva York tiene transmisiones gratis cada noche, y la Filarmónica de Berlín también abrió gratuitamente su plataforma durante un mes. En México la compañía Quatora Monorriel ofrece algunos de sus programas coreográficos completos. Basta enviar un mensaje a su página y solicitar el programa que se desea para recibir el enlace correspondiente.
La compañía Cuerpo mutable, en colaboración con el Centro de Investigación del Movimiento Casa Xitla ofrecerá, a partir del lunes 23 de marzo, una barra de entrenamiento para bailarines y público en general impartida por integrantes de la compañía.
Estos son tiempos para replantear nuestra forma de habitar el mundo y el cuerpo.
También son tiempos de perspectiva colectiva y de solidaridad con la comunidad artística, quienes no han dudado en compartir la generosidad de su arte.
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