La vida de Cristina Pacheco ha vagado entre la pluma y el micrófono: la pluma como metáfora de una labor literaria que ha preferido mantener acotada ante el micrófono o la grabadora, desde donde se ha dado a la tarea de contar historias, de recuperarlas de un mar inmenso en el que se ha encontrado con todo y con todos.
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La escritora Bárbara Jacobs confiesa que no tiene mucha experiencia en cuanto a entrevistas se trata, pero las veces que ha platicado con Cristina Pacheco las define como excepcionales: “Le puedo asegurar que admiro la manera en que se dirige al entrevistado, lo hace conociéndolo muy bien”.
“Me parece una persona de primera y amiga de primera. Además, me parece una escritora-periodista indispensable. Otra cualidad que destacaría en Cristina es que es tan seria, tan responsable en su oficio, que orilla al pobre entrevistado a decirle lo que ella anda buscando. Yo, por ejemplo, soy discreta, no soy muy parlanchina, y Cristina hace unas preguntas con el peso de su prestigio y de su responsabilidad, pues le tengo que contestar”.
Sin embargo, hay una relación mucho más íntima que define la relación que han sostenido a lo largo de décadas: “puedo decir que la quiero y la admiro muchísimo”.
La importancia de escuchar
Para Juan Villoro, Cristina ha sido una de las entrevistadoras más generosas de México y menciona la palabra generosidad convencido de que no se puede hacer una entrevista sin interés por el otro, lo que ella ha logrado con una especial empatía, al dialogar con grandes celebridades del mundo de la cultura y de la política, pero también con la gente más humilde, la más desconocida, “buscando sus historias, su razón de ser”.
“Y este interés por el otro depende más del oído que de la palabra. Ha sido alguien capaz de registrar la memoria y las historias de los demás y el que sabe oír es, necesariamente, alguien generoso: vivimos en una época en la que casi todos prefieren hablar, pronunciarse —ya sea en Twitter o en la vida real— y Cristina Pacheco nos recuerda que es muy importante oír a los otros”.
Más allá de los múltiples puntos que lo conectan con Cristina, Juan Villoro no deja de mencionar que su trabajo ha sido producto de una larguísima persistencia: esto es muy importante, porque hay quienes practican durante muchos años el periodismo o entrevista a los demás por curiosidad, “pero Cristina no se ha cansado nunca de escuchar a los otros”.
“La única vez que la vi nerviosa fue en una ocasión que llegó a La Jornada y me dijo ‘no puedo recuperar lo que grabé en una entrevista’. Estaba completamente desesperada: la única vez en que la he visto perder su sonrisa, perder la calma, fue en el momento en que estuvo a punto de que se le borraran las palabras ajenas y eso habla de quién es: ella piensa en los demás antes que en sí misma. Si se pone nerviosa es porque perdió voces ajenas. Ahí tenemos una lección no sólo de una gran periodista, sino de la ética del oficio”.
Emblema del periodismo cultural
Compañeros del mismo espacio y del mismo oficio durante más de tres décadas, el periodista Miguel de la Cruz reconoce a Cristina Pacheco no solo como un referente antes de su estancia en Canal Once, sino para todos los jóvenes que estudian periodismo en el país: “el contar con un personaje emblemático como periodista y como escritora en una televisora pública, resulta muy significativo, porque se ha ganado la admiración de todo mundo.
“Si hacemos el recuento de los personajes que ha logrado invitar a su programa, lo mismo encontramos a un artesano que obtuvo el Premio Nacional de Artes, que a Alejandro González Iñarritu, Paquita la del Barrio, un luchador o un cómico que, al parecer sólo tendría cabida en una televisora comercial”.
Desde su perspectiva, su gran enseñanza ha sido que, en el sentido más amplio, es una periodista cultural. Tiene algunos libros sobre pintores y se concentró mucho en personajes de las artes visuales, pero siempre se ha interesado por aplicar el género de la entrevista a lo más variado.
“Si buscamos qué periodista se ha mantenido en la misma tónica, tal vez costaría trabajo encontrarlo. Podríamos considerarla una periodista que, a su manera, con su lenguaje y su forma de hacer, de decir y de escribir, ha hecho posible que los representantes de muchas formas de expresión artística digan lo que el público quiere conocer”.
También escritor y durante muchos años periodista cultural, Ignacio Solares recuerda que tiene el privilegio de conocer a Cristina Pacheco desde hace, cuando menos, medio siglo, y durante todo ese tiempo le ha dado voz a una gran cantidad de personas, “que la convierten en la periodista más exitosa que hay en la televisión mexicana”.
“Por lo pronto es la mejor entrevistadora que ha tenido la televisión mexicana a lo largo de su historia. Nos ha permitido conocernos mejor, como mexicanos, sobre todo nuestra cultura y nuestro entorno, aparte de que es una magnífica escritora. Me gusta mucho lo que hace”, asegura Nacho Solares.
Apenas unas cuantas miradas para reconocer una vida y una obra, como la de Cristina Pacheco, quien se ha dedicado a darle voz a los otros a través de su escritura.
ÁSS