Perdida en un mundo de adultos, una adolescente descubre el amor sexual y el filial

Cine

Premiada en la Berlinale, Diario de una chica adolescente es la historia de una joven mujer (Bel Powley) que, a pesar del machismo, llega a ser quien es.

Bel Powley en 'Diario de una adolescente'. (Sony Pictures Classics)
Fernando Zamora
Ciudad de México /

Conmovidos por la presencia escénica de Anya Taylor-Joy en Gambito de dama, pocos advirtieron la existencia de Marielle Heller quien hace de la madre adoptiva y agente de la estrella de ajedrez. Heller no sólo es una magnífica actriz, es además la directora de Diario de una chica adolescente, ganadora del premio Generation 14plus en el prestigiado Festival Internacional de Cine de Berlín.

Diario de una chica adolescente no se limita a ser una magnífica película para jóvenes; es una pieza poética que gira en torno a lo que significa el amor en dos planos: el sexual y el filial. Además, Diario de una chica adolescente se inscribe en la tradición de El guardián entre el centeno, una de las novelas más influyentes de la literatura estadunidense. “Acabo de tener sexo”, con esta frase inicia la película. La cámara muestra a una adolescente que recorre, feliz, un parque. Es de mañana y su cara transmite el estupor de haber descubierto el amor erótico. Hombres y mujeres revelan a Minnie que el sexo está en todas partes y parece señorear el mundo. Minnie es interpretada por Bel Powley, actriz que produce efectivamente los matices de la edad y todo lo que significa meterse a los 15 con un adulto. El affaire es contado desde el punto de vista de la niña. Nos parece así inconsciente y hasta un poco inocente.

Uno pensaría que Minnie está inspirada en la Lolita de Nabokov. Pero no. Poco a poco nos vamos dando cuenta de que ella está, más bien, como el protagonista de El guardián entre el centeno, perdida en un mundo de adultos. Y en él tiene que encontrar su propio lugar. Por eso resulta tan importante el giro en que Minnie se pierde en la ciudad. Como Holden Caulfield en la novela de Salinger. Aquí Minnie se encuentra con un universo de drogas, sexo sin amor y prostitución que el autor de El guardián entre el centeno apenas pudo insinuar. Es en este universo donde tiene lugar el giro, la transformación causada por el encuentro de la protagonista con lo que realmente desea.

Basada en la novela gráfica de Phoebe Gloeckner, Diario de una chica adolescente tiene el encanto transgresor del cómic underground. Para conseguirlo, la directora ha echado mano del arte de la animación. Así vemos a la protagonista cuando es devorada por el papel y la tinta de sus propios dibujos. En ellos, Minnie vaga por una ciudad asfixiante que pronto va a conocer en carne viva. Porque es en esta ciudad donde Minnie se dará cuenta de que su inocencia ha sido falsa, que la relación con el novio de mamá es un clavo ardiente y que lo que ella en realidad estaba buscando no era el amor sexual sino el amor filial. Es justamente entonces que entendemos por qué Diario de una chica adolescente es una película que vale tanto la pena ver. Su importancia va más allá de la idealización de la sexualidad adolescente, del retrato de una época que, con sus flores coloridas y sus consignas de amor, resulta tan discretamente perversa como Minnie al iniciar la película.

“Mi mamá necesita de un hombre para ser feliz, yo no”, concluye la heroína hacia el final. En esta frase está contenida su metamorfosis. Minnie se ha transformado ya en una artista. Tiene sus dibujos, se tiene a sí misma y, lo más importante, tiene un amor propio que le ha dado su madre con un simple “te extrañé”. Diario de una chica adolescente es, como Gambito de dama, la historia de una joven mujer que, a pesar del machismo, llega a ser quien es.


Diario de una chica adolescente está disponible en Amazon Prime.

AQ

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