El ultrasonido en las frecuencias que se usan para obtener imágenes médicas podría dañar al virus SARS-CoV-2 ocasionando que la cápside o cubierta del virus, así como sus espigas colapsen. De esa manera se rompería la estructura molecular, inactivando al virus.
Los primeros estudios parecen mostrar que la aplicación de ondas de sonido por fracciones de milisegundo a virus que se encuentran en aire o agua en densidades similares a la del cuerpo humano, pueden dañar su estructura mecánica y eventualmente su ARN. Las investigaciones continúan, pero los especialistas ya se imaginan dispositivos modulares colocados en los teléfonos celulares que puedan generar y aplicar ultrasonido de manera local. Así se podría eliminar el virus en forma parecida a como lo hace el alcohol, aunque el ultrasonido tiene mayor penetración y probablemente más efectividad que los químicos que estamos usando para desinfectar.
Una esperanza contra el cáncer
La formación de metástasis o propagación del cáncer está presente en el noventa por ciento de los pacientes que mueren por esta enfermedad. Hoy se sabe que las células cancerígenas se ablandan al momento de producir metástasis. El descubrimiento permite imaginar que los medicamentos que previenen el reblandecimiento celular podrían impedir la capacidad de propagación de los tumores.
Cuando las células se diseminan de una parte del cuerpo a otra viajan por el torrente sanguíneo para asentarse y formar tumores secundarios en otras partes del cuerpo. En ese proceso, las células deben escurrirse por la pared de los vasos sanguíneos, cosa que las células cancerígenas logran reblandeciéndose.
Este gran hallazgo fue publicado recientemente por investigadores norteamericanos. Las células se ablandan dos o tres horas después de comenzar a migrar y continúan así veinticuatro horas después.
Esto abre muchas posibilidades de combate a la dispersión del cáncer en el organismo, pues además del uso de fármacos que eviten el reblandecimiento celular para evitar que estas células prosperen, se piensa estudiar a nivel molecular lo que hace la célula en su interior para cambiar la resistencia de sus tejidos. Eso arrojará más y nuevas maneras de atacar al cáncer.
Un mosquito de diseño contra el dengue
El primer mosquito genéticamente modificado ha sido liberado en Florida. El experimento hace que el mosquito transgénico Aedes Aegypti sea una mala opción al momento de aparearse con mosquitos hembra, pues reducirá la población de este insecto que propaga el dengue y el zika. El mosquito de nuevo diseño producirá larvas de mosquitos hembra incapaces de sobrevivir hasta la adultez. En cambio, los mosquitos macho del padre modificado pueden reproducirse para dar nuevas generaciones que engañaran a más mosquito hembra incapaces de ver que su decisión de apareo es equivocada. De manera que la estrategia es: hijos-vivos/hijas-muertas. Con esto se pone en juego una tecnología de control de plagas que evitan el uso de insecticidas y otros contaminantes con una técnica mejor para el control de plagas.
Un dinosaurio mexicano
Una nueva especie de dinosaurio es identificada en México por paleontólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). La nueva especie ha sido llamada Tlatolophus galorum y debió existir 72 millones de años atrás en el estado de Coahuila. El hallazgo fue publicado en la revista Cretaceous Research.
El nombre que se le asigna se deriva del Tlatolli, que en náhuatl significa “palabra”. Esto porque se considera que el animal tenía la capacidad de emitir sonidos para comunicarse con otros de su especie.
¿Sin colesterol no hay covid?
El SARS-CoV-2 necesita del colesterol para invadir las células. Sin este conocido compuesto, tristemente célebre por su capacidad para bloquear arterias, el virus no podría colarse al interior de las células. Eso es lo que parece indicar la investigación que se reporta recientemente. Entender a detalle cómo es que el mecanismo molecular funciona puede ayudar a diseñar nuevas terapias. Es muy posible que fármacos reductores de colesterol ayuden en el tratamiento o prevención, pero es necesario continuar las investigaciones a profundidad.
Estrellas al fondo del océano
La revista Science reporta el descubrimiento de pequeñas trazas de plutonio 244 junto con hierro 60 en el fondo de los océanos. Estos dos isótopos son evidencia de eventos cósmicos violentos en la vecindad de nuestro planeta hace millones de años. Sabemos que muchos de los elementos pesados de la tabla periódica son producidos en la explosión de estrellas y que los elementos más pesados podrían ser el resultado de la fusión de dos estrellas de neutrones. Hay razones para pensar que el plutonio 244 y el hierro 60 que existía después de la formación de nuestro planeta desaparecieron con el tiempo por desintegración natural, es decir: radiactividad. De manera que las trazas encontradas de estos elementos deben tener un origen más reciente. Es posible que una supernova haya explotado cerca de la Tierra en fechas relativamente recientes.
AQ