Como tantos, en torno a los doce años, sucumbí al placer de la literatura fantástica y de ciencia ficción. Era natural que Dune: parte dos (disponible en Claro) me atrajera con la misma fascinación que, hacia el fin de la infancia, tuvo Muad'Dib sobre mí. La película de Villeneuve es igual de atractiva. Hace soñar. Entrega lo que promete y conduce adonde no esperábamos ir.
En cuanto a la novela, me encantó. Fue gracias a ella que comencé a leer crítica literaria. Aprendí que es un género en sí mismo. Que más que ofrecer juicios de valor, debe buscar el rigor de un investigador cuando ante un cuadro nos invita a mirar cierto brillo en el lienzo. Algo sabido, pero no pensado. Es necesario ir más allá de la sinopsis y los juicios, que para eso están los blogs y la IA. Preguntar cosas que no va a responder ChatGP3: ¿por qué Tolkien y Asimov odiaron la novela que dio origen a Dune?
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El director Denis Villeneuve resuelve muy bien la adaptación. Ha capturado el espíritu que en la novela fastidió tanto al creador de El señor de los anillos como al de Fundación. Y es que para Asimov la ciencia ficción estaba al servicio de crear a un ser humano mejor. Tolkien, por su lado, quería que su obra hiciera crecer la fe. Solo así, pensaban uno y otro, el mundo podía salvarse de una nueva Guerra Mundial. Lo interesante en el caso de las ideas de Tolkien y Asimov es que la adaptación fílmica de sus ficciones pasa por alto la fe en la ciencia o la fe en el sacrificio. Parece haber ganado Herbert, quien en los años de 1960 cuando estábamos, como ahora, al borde de un holocausto nuclear, plantea el camino de volver a la naturaleza mediante una introspección que no evade el uso de narcóticos.
Si uno lee la crítica literaria de la novela de Frank Herbert, hallará a quien dice que es la más grande recreación de un mundo ficticio, pero Asimov, a través de su editor en la revista Analog, destruye la obra, Dice que Frank Herbert creó un antihéroe en un mundo que necesita superhéroes. ¿En serio? ¿No fue El Capitán América quien nos condujo al borde del abismo? Tanto la fe en la ciencia de Asimov como la fe en el sacrificio de Tolkien fueron incapaces de crear un mundo nuevo. Tampoco Herbert, pero él no tenía semejante pretensión.
Cuando Tolkien recibió una copia de Dune respondió a quien se la había enviado algo más o menos así: la novela me disgustó mucho y esto, viniendo de un autor que trabaja en la misma línea que Dune exige, según creo, que no diga nada.
Tolkien se dio cuenta de que sus novelas no salvarían a nadie y Asimov, como se sabe, cuando percibió que la ciencia ficción en garras del cine era una estupidez (lo dice con respecto a Encuentros cercanos de Steven Spielberg) abandonó el género y se dedicó a la divulgación.
La película Dune: parte dos no ofrece a un héroe. Paul se mueve por los instintos. Es, incluso, un traidor. Así lo escribieron Herbert y su esposa Beverly Ann Stuart. Además, él fue el único de todos ellos que vivió la guerra. La originalidad de Dune: parte dos estriba pues, en que Denis Villeneuve consigue retomar las ideas de Frank Herbert y, lejos de dar lecciones de cómo salvar al mundo, señala hacia una cultura (la nuestra) que mediante prácticas mercenarias está destruyendo al planeta.
Lo que piensa Villeneuve está ya en Sicario, Blade Runner 2049 y su obra maestra, Incendios. Que alguien se resista a moralizar en torno a un arte civilizador es lo que conmocionó tanto a Tolkien como a Isaac Asimov.
Dune: parte dos
Denis Villeneuve. Canadá, 2024
AQ