El camaleón David Bowie

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Bowie encontró en la actuación otra manera de transformarse, de cambiar de piel.

David Bowie murió el 10 de enero de 2016. (Reuters)
Andrea Serdio
Ciudad de México /

David Bowie. Starman. La biografía definitiva es una amplia y documentada investigación de Paul Trynka, publicada por la editorial española Alba. En ella se descubren las claves del éxito del artista nacido el 8 de enero de 1947 en el londinense barrio de Brixton, y muerto el 10 de enero de 2016 en Nueva York.

David Robert Jones, verdadero nombre de Bowie, desplegó desde niño sus extraordinarias dotes de seductor para conseguir todo lo que deseaba. No fue un chico genial, y sin embargo destacó siempre por su carácter intrépido y su ambición para lograr sus objetivos.

En 1962, a los quince años, su amigo George Underwood le provocó una lesión en el ojo durante una pelea. Desde entonces, Bowie dio la impresión de tener los ojos de colores distintos, esa fue otra de las particularidades de un artista que a través de los años experimentó los más radicales cambios no sólo de imagen sino también de personalidad.

El triunfo no llegó pronto a la vida del ambicioso londinense. Después de un comienzo incierto en 1966, cuando tenía 19 años, en 1969 publicó el álbum Space Oddity, que lo encaminó hacia el deseado reconocimiento que continuó con The Man Who Sold the World, con el que sorprendió en los Estados Unidos en 1971, en donde le llamaron la atención Iggy Pop y Lou Reed, quienes fueron la inspiración para su memorable y exitoso Ziggy Stardust.

En 2013, convertido en icono de la música contemporánea, David Bowie lanzó The Next Day, su disco número 24, y el día de su cumpleaños 69, el 8 de enero de 2016, dio a conocer Blackstar. Murió dos días después.

Bowie es un genio de la música contemporánea, pero también un destacado personaje en el cine, en el que incursionó por primera vez en 1976 con la película El hombre que cayó a la Tierra, de Nicolas Roeg, en la que interpreta a un extraterrestre.

Camaleónico, Bowie encontró en la actuación otra manera de transformarse, de cambiar de piel, como lo hizo en 1978 con Gigoló, de David Hemmings, cinta ambientada en el Berlín de la República de Weimar en la que se prostituye en un cabaret. También participó en El ansia, de Tony Scott; Laberinto, de Jim Henson, una película fantástica en la interpreta Jareth, el rey de los duendes; La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese, en la que aparece como Poncio Pilatos; Twin Peaks, de David Lynch; Basquiat, de Julian Schnabel, en la que interpreta a Andy Warhol en los años delirantes de The Factory; El gran truco, de Christopher Nolan, en la que da vida al genial inventor Nikola Tesla, cuyo prestigio aumenta cada vez más. Estas son algunas de las películas en la que Bowie demostró sus grandes dotes para la actuación, su admirable capacidad para mimetizarse en cualquier personaje.

ÁSS


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