Sherlock Holmes, el célebre detective creado por Arthur Conan Doyle en 1887, protagonista de cuatro novelas y 56 relatos, “publicados en su mayoría por The Strand Magazine” —como precisa Wikipedia— regresa en la nueva novela de Arturo Pérez-Reverte: El problema final (Alfaguara, 2023), en la que el espíritu del héroe de Estudio en escarlata y el de su inseparable compañero el Dr. Watson deambulan por la isla griega de Utakos encarnados en un viejo actor y un mediocre escritor de novelas policiacas, ambos expertos en el llamado “canon holmesiano” y en la novela policial y de misterio en su conjunto.
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La historia transcurre en junio de 1960, cuando una tormenta deja atrapadas en el único hotel de la isla a nueve personas: un productor italiano, su amante —una hermosa actriz en el inicio de su declive—, dos inglesas, un matrimonio alemán, un médico, el novelista español y el actor británico Hopalong Basil, guiño y homenaje a Basil Rathbone, el más famoso de los intérpretes de Holmes en la época dorada de Hollywood.
Entre referencias a la obra más popular de Conan Doyle, a sus versiones cinematográficas, a personajes y anécdotas del star system hollywoodense, la novela transcurre en ese paraíso griego en el que una noche, en el vestidor de la playa, aparece muerta una de las inglesas. Aparte de los huéspedes, la dueña y sus tres empleados, no hay nadie más; la tormenta impide la entrada y salida por cualquier medio y la policía, enterada por radio de la tragedia, les pide esperar a que amaine el temporal para que puedan enviar a unos investigadores.
La muerte, ocurrida en un cuarto cerrado, sin posibilidad de ser abierto desde el exterior, parece suicidio, sin embargo el español propone a Basil, dada su experiencia como intérprete de Holmes, para que la investigue mientras llega la policía, la propuesta, que parece una broma, es aceptada por los demás y así, aun sin quererlo, el viejo actor se echa a cuestas la tarea en la que pide ser auxiliado por el escritor de novelas policiacas, a quien llamará Watson mientras el se convertirá en Holmes.
Ocurren otras muertes, todas en circunstancias extrañas, enigmáticas, calcadas de las novelas de Sherlock Holmes, son a la vez una broma macabra y un desafío que pone a prueba los conocimientos y capacidad de observación de Basil y su amigo, pero también la pericia de Pérez-Reverte en esta incursión en la novela de género, en donde todas las piezas deben embonar a la perfección para hacer creíble la historia.
En la contraportada se lee que El juego final, título también de uno de los relatos cortos de Conan Doyle en el que Holmes se enfrenta al temible profesor James Moriarty, “es una fascinante novela-problema donde la literatura policial se mezcla de modo asombroso con la vida”. Es asimismo una nueva demostración de la maestría de Pérez-Reverte como narrador.
AQ