El genio de Gabriel Figueroa

Libros

Un libro reúne fotogramas y fotografías de películas que definieron la estética de uno de los más aclamados artistas de la lente que ha dado nuestro país.

Gabriel Figueroa, uno de los más grandes cinefotógrafos del cine nacional. (Archivo)
Andrea Serdio
Ciudad de México /

Bajo el cielo de México. Gabriel Figueroa arte y cine es el título del libro que redescubre las influencias y los alcances del fotógrafo que exploró como nadie los recursos de los grandes pintores de México para crear imágenes perdurables.

Publicado por Fundación Televisa, Bajo el cielo de México es un amplio recorrido por la carrera de Figueroa, desde sus inicios en un estudio fotográfico, donde lo mismo hacía retratos que carteles publicitarios, hasta sus películas más aclamadas.

Gabriel Figueroa nació en la Ciudad de México el 24 de abril de 1907. En el cine se inició haciendo fotos fijas en la película Revolución, de Miguel Contreras Torres. A ésta siguieron, entre otras, La mujer del puerto, Almas encontradas y Chucho el Roto.

Figueroa viajó a Hollywood en 1935 para aprender los secretos del séptimo arte. Un año después debutó como camarógrafo en la película de Fernando de Fuentes Allá en el Rancho Grande, que marcaría la internacionalización del cine mexicano.

El estilo de Figueroa se definió casi desde el principio. Las composiciones extremadamente cuidadas, los encuadres, los contrastes de luces y sombras, le dieron no sólo identidad a él sino a la cinematografía nacional con películas como Enamorada, dirigida en 1946 por Emilio El Indio Fernández.

Con El Indio formó la mancuerna más aclamada de la época de oro del cine nacional. Filmaron Flor Silvestre, María Candelaria, La malquerida, Salón México y muchos otros éxitos de crítica y taquilla. En todas ellas es patente el nacionalismo que a través de las imágenes exalta el cielo, las montañas, el campo y los pueblos de México.

La estética de Figueroa deslumbró al mundo, pero no a Luis Buñuel, con quien filmó películas como El ángel exterminador, Nazarín y Los olvidados. Sobre todo para esta última cinta, Buñuel no estaba de acuerdo con el preciosismo que Figueroa imprimía a sus tomas; él quería algo más austero, más auténtico. El resultado es igualmente asombroso.

El prestigio de Figueroa lo llevó a trabajar con algunos de los mejores directores del mundo. Con John Ford filmó El fugitivo y con John Huston La noche de la iguana, por la que fue nominado al Oscar en 1965.

Bajo el cielo de México reproduce fotogramas y fotografías de películas de Figueroa. En ellas están aquellas que se volvieron clásicas y los actores que se erigieron estrellas de un cine que en los cincuenta del siglo XX brillaba como pocos.

ÁSS

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