Andrea Marcolongo: “El griego antiguo es el idioma más moderno”

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Hablamos con la experta en griego antiguo cuyo primer libro, La lengua de los dioses, se ha convertido en un inesperado éxito.

Andrea Marcolongo define su libro, La lengua de los dioses, como una síntesis del alma a través de una lengua antiquísima (Foto. Esteban Vega)
Silvia Herrera
Ciudad de México /

Andrea Marcolongo (Milán, 1987) se considera una persona rara por su gusto por el griego antiguo, al que considera “el amor más largo de mi vida”. Ha escrito La lengua de los dioses (Taurus, 2018), su primer libro, un volumen que se aleja de lo académico y al cual, en entrevista, define como “una síntesis del alma a través de una lengua antiquísima como la griega que, sin embargo, no ha sido nunca tan moderna”.

—Tu libro pide un cambio de perspectiva mental y emocional para acercarse al griego.

No es un libro fácil; estoy de acuerdo con eso. Es un libro retador. Es como un viaje al pasado, pero dentro de nosotros en nuestra manera de concebir el mundo, comparando esto con el pasado. Este libro no habla del pasado del pueblo griego, sino de lo contemporáneo.

—¿Tu pretensión sería que se enseñara el griego antiguo desde la infancia?

No. Mi libro no pretende que se enseñe el griego a los niños, sino a los estudiantes universitarios. El libro habla de mi amor y mi pasión por el griego antiguo. Estoy de acuerdo con Virginia Woolf, quien dijo hace cien años que el mundo era difícil de comprender así que regresamos al griego antiguo para encontrar respuestas. Así, no trata de la importancia de estudiar griego sino de la importancia de comparar nuestra mente con la de los antiguos griegos.

—En tu libro, una parte se refiere a la enseñanza.

Hablo de mis aventuras como estudiante y luego como maestra. No se trata de confrontar lo antiguo con lo moderno. Su objetivo es crear humanos que piensen, que es la base para la conciencia del ciudadano, y aquí no se trata solo de expertos de griego antiguo.

—Señalas que el griego antiguo es una lengua del “cómo” y las lenguas modernas son del “cuándo” y para ti esto es una degradación. ¿Podrías ampliar este punto?

El idioma cambia cuando los humanos cambian; esto es natural y normal. En realidad, amo el griego antiguo porque era el idioma de la libertad. Hoy día no podemos expresarnos sin considerar los tiempos pasado, presente y futuro. Tenemos los géneros, pero antes había más. Todas las particularidades que menciono en el libro son más importantes hoy. Por supuesto, pensamos de otra manera, pero estas cosas ayudan para buscar libertad. A veces, cuando tenemos libertad, no sabemos qué hacer con ella y por eso buscamos la regla, pero eso es como una cárcel.

—¿Cuál es tu meta final con los alumnos al traducir? ¿Que se queden en la corrección académica o los impulsas a hacer algo más personal?

Ahora solo soy escritora, pero cuando era maestra era muy importante tener una traducción con algo individual. Del griego antiguo puedes encontrar cuatro traducciones diferentes, pero eso también ocurre con idiomas vivos. Mi libro está traducido a una veintena de lenguas y con cada traductor tenía que trabajar de manera diferente. Lo que en francés o en italiano suena bien, en español tiene otras soluciones.

—En el caso de los colores, como escribes, los griegos no manejaban un color específico sino matices. Me parece que en esta parte el sentido poético bien puede ser impulsado.

Trabajo como traductora del griego antiguo para Alessandro Baricco; hemos trabajado en varias obras y siempre que regreso al griego quiero ser libre. En el caso del color, creo que no se trata de una interpretación. Lo que amo al traducir, es entrar en la manera de pensar; de Homero, por ejemplo.

—En cuanto a la complejidad, qué te resulta más difícil de traducir: ¿filosofía o literatura?

Son muy diferentes, pero es como en los idiomas modernos. No creo que haya traductores universales que puedan traducir todo. Para mí es muy difícil trabajar con poesía, pero es bello. No puedo traducir filosofía porque no la he estudiado.

—Poetas como Kavafis y Seferis en el siglo XX están cerca del espíritu griego antiguo. ¿Crees que salvaguardan el idioma?

Ésa es la historia mágica del griego antiguo. No conozco ningún poeta moderno que regrese al pasado porque sí. El griego antiguo es ahora el idioma más moderno.

—¿Ves a tu libro como un libro de texto o solo como una puerta de entrada?

Tal vez, por qué no. Pero este libro no es una gramática, no es un manual. Tal vez para muchos lectores es una puerta abierta a la poesía moderna; para otros es mera curiosidad; otros comenzarán a estudiar el griego antiguo. No sé... Un libro de literatura es diferente a un manual.

—Ahora las humanidades están relegadas. ¿Crees en un resurgimiento de ellas?

Creo que perder el griego antiguo no es perder una puerta al pasado, sino una puerta al futuro porque mi libro habla de la importancia para pensar conscientemente. Necesitamos un nuevo Renacimiento para ser ciudadanos conscientes y no pasivos.

—¿Eso lo tenías en mente cuando comenzaste a escribir tu libro?

Siempre he creído eso. Creo que vivimos en una época muy cínica. Todo se basa en si es útil o genera dinero. Tal vez esta pasión no deja dinero, pero quiere ser algo revolucionario.

LVC​

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