Evelyn Moreno: “La poesía permite a los niños abrir el mundo”

Entrevista

Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2020 con Gato ¿estás ahí?, en entrevista la autora habla de este libro que enseña a sus lectores a aceptar la desaparición o muerte de sus seres queridos.

Evelyn Moreno, escritora y poeta mexicana. (Cortesía)
Ciudad de México /

Evelyn Moreno (Ciudad de México, 1979) ganó el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2020 con un libro que enseña a sus lectores a aceptar la partida de seres queridos.

Gato ¿estás ahí?, publicado por el Fondo de Cultura Económica con ilustraciones del catalán Joan Negrescolor, puede ser solo la historia de una niña que busca a su mascota; o quizás algo más, porque la poesía permite a los niños abrir las palabras, el lenguaje, renombrar, afirma Moreno en entrevista.

En el México de las decenas de miles de desaparecidos y desapariciones, los animales, las mascotas también desaparecen, sobre todo los gatos, aunque no desaparecen como el más famoso, el Gato de Cheshire, que se le desaparecía a Alicia y volvía con una sonrisa de oreja a oreja ante la niña de Lewis Carroll.

Se busca gato

Ojos azules por la mañana / grises al mediodía / rojos de tarde / negros de noche fría. / Si sueña, es tigre / Si descansa, esfinge. / Mi gato camina / al ritmo de cuatro patas. / Uno, dos, tres: / su bigote / el pentagrama. / Cuatro, cinco, seis: / la nariz / una clave de sol. / Siete, ocho, nueve: / su cola / batuta para la dirección.

“En mi poemario planteo una búsqueda y una interrogante: ¿dónde está el gato? La voz lírica de esta niña está buscando a su gato, y lo que trato de hacer en los diferentes poemas es dibujar la personalidad del gato, que es muy diferente a la de los perros; los gatos son independientes, solitarios, observadores, curiosos. Con estas características de su personalidad, trato de dibujar a la vez estos poemas, siempre partiendo de que el gato está perdido en diferentes escenarios, y hay una niña ahí buscándolo.

“Cierro el hilo de los poemas con la pérdida definitiva del gato, que no vuelve ante el llamado de esta niña. Quise aquí reflejar la pérdida de las mascotas, hacerlo de una manera muy natural, no edulcorar este momento, que puede ser difícil cuando perdemos a un ser querido o a una mascota que llega a ser parte de nuestra familia y con la que creamos vínculos muy fuertes”, explica Moreno en entrevista.

Diálogo entre Gato y niña.

—¿Qué hace el aire con tu maullido?

—Lo pone a girar y lo convierte en trueno.

—¿Qué hace la noche con la luz de tus ojos?

—Una bruja mira el libro de sus hechizos

—¿Qué hacen los astronautas en la luna

—Buscan nuevos conejos.

—¿Gato, dónde estás?

–…

—¿Estás muerto?

—Hay agua dulce a la orilla del cielo.

—¿Gato, estás ahí?

–....

Moreno aprendió el arte de atrapar niños con libros cuando trabajaba en la biblioteca José Vasconcelos después de estudiar Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía de la UNAM.

“Descubrí la literatura infantil mientras laboraba en la biblioteca; leí libros para niños y me maravillé por el grado de complejidad que requería el trabajo con el lenguaje, que a veces no lo tienen libros para adultos. La mirada es totalmente diferente. Y seducida por ellos, decidí que yo también quería hablarles a los niños, escribir para ellos”, dice la poeta, premiada con 200 mil pesos y la publicación, por un jurado integrado por María Baranda, ganadora en 2019, Roxana Elvridge-Thomas y Monique Zepeda.

Incursionó primero en narrativa, escribió cuentos. Quiso afinar su voz narrativa y recurrió a la poesía.

“Empecé a leer poesía para niños y para adultos. Me maravillé. Y me dije que también, a través de la poesía, podía contar ligeramente una historia, un viaje, con el tema que ya traía en la cabeza (sobre la pérdida). Así fue como llegué a la poesía y me quedé en ella, ya no seguí con la narrativa, que sí me gusta, pero decidí que Gato ¿estás ahí? tenía que ser a través de la poesía, para poder auxiliarme del sonido, del ritmo y de la imagen. Pensé que sería más rico si tomaba elementos de la poesía”, relata.

“En las ramas del árbol / hay dos gatos viejos: / uno blanco / y el otro negro. / ¿Dónde está mi gato? / Está en tus sueños / dice el negro. / O en tus ojos / dice el blanco. / Si lo quieres encontrar / lo debes conjurar: / toma la manta del minino / junta cinco pelos / guárdalos bajo tu almohada”.

—Su tema era la desaparición del gato, pero también la muerte. ¿Por qué quiso vincular ambos?

En realidad, fue un poco azaroso este tema, no era mi objetivo en un principio. En un momento dado, simplemente quería hablar de un gato que se pierde y que una niña lo está buscando. Y tenía la idea de que ese gato iba a volver, como muchos que salen y vuelven. Pero llegó un punto en donde me pregunté si realmente tenía que volver o no. Decidí que no. Yo también tenía esta necesidad de hablar, a partir de mis experiencias de perritos que había perdido en mi niñez, que se habían ido o desaparecido. La poesía me fue llevando hasta ese punto sin haberlo planeado que sucediera así. Y, si ya iba a tratar ese tema de la pérdida, pues también quise hacerlo de una forma muy natural, y con la misma simpleza y naturalidad con la que esta niña pregunta ‘Gato, ¿estás ahí?’, que preguntara ‘Gato, ¿estás muerto?’

Tampoco quería cambiar el sentido que estaba emprendiendo el poemario. Quería que los niños tomaran con la misma naturalidad cómo empieza el poema y cómo termina. Por lo menos para mí, el último poema puede ser un poquito fuerte, en el sentido de las preguntas que hace esta niña. El gato ya le contesta desde otro lugar, otro lugar que ya no es precisamente la Tierra. Me encontré con ese tema (el de la muerte) y quise dejarlo en el poemario lo más natural posible, tanto para mí como para los niños lectores. A veces como adultos tratamos de no enfrentarlos a las pérdidas, no les explicamos o hablamos de las pérdidas o dónde están estas personas o animales que se van. Y el libro plantea que es algo muy natural (la pérdida), que es parte de la vida, y que así como buscamos algo, así también podemos preguntarnos dónde está ese ser querido y ya no obtener respuesta, así está en el libro.

Portada de 'Gato ¿estás ahí?', de Evelyn Moreno. (FCE)

Moreno cuenta que leyó todos los libros ganadores del Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños, creado en 2004 por la Fundación para las Letras Mexicanas y el FCE, y cuya más reciente ganadora fue la cubana Elizabeth Reinosa Aliaga, en 2021, con su libro Raíz de nido. Entre sus autores predilectos están María Baranda, la chilena María José Ferrada, Monique Zepeda y Adolfo Córdova.

“Pero también leí mucha poesía para adultos. Por el sonido y el ritmo que necesitaba mi libro, me ayudó mucho leer a Octavio Paz, a Rosario Castellanos, Federico García Lorca, Gabriela Mistral”.

—La poesía ha estado muy presente en los libros de texto gratuitos, que son el primer acercamiento de los niños mexicanos al arte y a la literatura, y en la mayoría de los casos el único a lo largo de toda su vida. Recuerdo en ellos que había poemas de Neruda, Mistral, Machado o Borges, incluso ¿Por qué cree que la poesía sea necesaria en libros escolares?

Es, de hecho, muy importante. La poesía permite a los niños abrir el mundo, abrir las palabras. Es decir, vivimos en un mundo donde nombramos lo ordinario, lo cotidiano; pero la poesía nos permite abrir el lenguaje, renombrar con metáforas. Eso es algo que permite al niño complejizar al mundo, su propio lenguaje. Incluso la poesía permite a niños y adultos hacerse preguntas filosóficas y metafísicas. Yo crecí con esos libros y con la poesía que sigue estando presente en ellos.

Y también es importante la gran nobleza que tiene la poesía, que no necesita estar escrita para ellos, para que el niño pueda sentirse seducido y atraído. Seguro muchos de los poemas de Gabriela Mistral o Pablo Neruda no estaban dirigidos a los niños, pero tenían el sonido, el ritmo, la repetición que los atrapa. He visto que a los niños les gusta mucho repetir el poema, escuchar la sonoridad. Eso es lo maravilloso: que los niños no necesitan que la poesía esté en un libro dirigido a ellos; también se les puede acercar otro tipo de poemas, y con ellos se entregan al juego, porque otra nobleza de la poesía es que no pide ser explicada, no necesita que se le haga un análisis crítico, simplemente basta con entregarse al juego. A diferencia de los cuentos, en los que si uno no hila bien la historia, se perdió, la poesía no nos exige nada, más que entregarse al sonido y a la cadencia que nos está pidiendo.

AQ

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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