En Oaxaca, lugar lastimado por la desatención oficial, Francisco Toledo es integrante central de una comunidad artística actuante en lo político. Su actividad lo hace ejemplo ético, local y nacional, indispensable. Su creación artística no se desliga de su conciencia ciudadana ni de su compromiso con las personas y la naturaleza. Y el suyo es un compromiso de hace 50 años. De ahí que su obra deba comprenderse desde su visión integradora del arte y la literatura universal, de la edición de libros, de la preservación de las lenguas oaxaqueñas y el activismo social.
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Al respecto, en estos días, además de advertir sobre los peligros de construir el Tren Maya sin el consenso de quienes viven en esas tierras, Toledo vio inaugurar la exposición de su obra reciente en la Galería y Bodega Quetzalli de Oaxaca. Bajo el título Retrato del artista como un joven macaco, las obras exhibidas son registro de los asuntos del mundo, incluida su pasión bibliófila y lectora. Fechadas la mayoría de las piezas en 2019, el título de la muestra contiene la vocación del artista por el juego y la ironía.
La afición por autores como Kafka, Paul Valéry, J. G. Frazer, Benjamin Péret o Roger Caillois relucen en los relatos de estas pinturas, que religan lo insólito con lo ordinario; narraciones de su vida y experiencias de infancia conviven con historias de lugares donde pasea en la imaginación. Hay una reinvención muy personal de animales en otro tiempo sagrados, como el oso, y trato con objetos de uso cotidiano como peines, zapatos, pieles, que adquieren nuevos significados bajo su cuestionamiento. Como dice el escritor Guillermo Santos en el texto de sala, Toledo busca una síntesis original, y consigue darle a los objetos no solo novedad sino colocarlos en un terreno mítico.
En su faceta de editor, añeja y destacable, bajo la coordinación de Toledo se presentaron en enero las Fábulas de Esopo en ixcateco (la lengua oaxaqueña en más riesgo de desaparición), libro con el cual se busca que en la población de Santa María Ixcatlán, donde quedan unos pocos hablantes, se preserve este tesoro verbal de México.