Gastón Melo nació en Ciudad Juárez, Chihuahua. Estudió Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Filosofía en la Universidad de Montreal y Arte Dramático en La Sorbona de París. Ha publicado poemas y actualmente pertenece al elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro.
En La Celestina de Fernando de Rojas, que finalizó temporada en el teatro Julio Castillo, hizo el papel de Pleberio y fungió como asesor de español antiguo. Al término de una función, jugó ping-pong con Laberinto.
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—¿Qué es la poesía?
Lo que queda cuando quitas todos los significados.
—La clave para leer poesía en voz alta.
Dejarte llevar por el ritmo del poema.
—Recomiéndeme un libro suyo de poemas.
Poblado de pequeñas bestias.
—¿El mar o la mar?
El mar. La mar es más de España.
—Tres poetisas imprescindibles.
Sor Juana Inés de la Cruz, Safo y Luisa Josefina Hernández.
—Una obra teatral de Luisa Josefina.
Toda la saga de Los grandes muertos.
—¿“Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón…” fue el primer poema feminista en México?
Para mí, sí. Tal vez haya anteriores, pero no los conozco.
—¿Las y los poetas viven en un mundo raro?
Los que viven en un mundo raro son quienes creen que la realidad es el dinero.
—Una directora de teatro.
Ruby Tagle.
—Su novela favorita escrita por una mexicana.
Los recuerdos del porvenir.
—Dos pintoras.
Carmen Parra y Joy Laville.
—La mujer más interesante que haya conocido.
Rosario Castellanos.
—La mejor actriz viva de México.
Julieta Egurrola.
—¿Quién es la mujer que más lo ha influido desde el punto de vista artístico?
Ofelia Guilmáin.
—Defínala en tres palabras.
La gran trágica.
—¿Con qué se compara el hecho de estar en un escenario teatral?
Con la eternidad, porque estás en el aquí y ahora.
—Un trabajo actoral por el que le gustaría ser recordado.
El último que haga.
—Su película mexicana favorita.
El apando.
—¿Qué castigo le daría a un violador?
No existe castigo suficiente para algo tan vil.
—Su cantante favorita de ópera.
María Callas.
—¿Auditorio Justo Sierra o Che Guevara?
Justo Sierra. Detesto que le cambien los nombres a los teatros o auditorios.
—¿De niño y adolescente sufrió bullying por su apellido?
Muchísimo. Juntaban Gastón y Melo, y decían: “Gástamelo”.
—Gurrola o Seki Sano.
Seki Sano.
—Un epitafio para su tumba.
No quiero tumba. Que me incineren y me tiren donde quieran.
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