Un principio filosófico establece que hay cosas que no se pueden demostrar por la experiencia, pero eso no significa que no existan; en la ciencia, por su parte, se establece que lo que puede ser concebido teóricamente pudiera existir. Eso es lo que se ha propuesto demostrar el físico mexicano Gerardo Herrera Corral en su nuevo libro Dimensión desconocida. El hiperespacio y la física moderna (Taurus, 2023). Sin dejar de lado los tecnicismos, el investigador que forma parte del equipo del Gran Colisionador de Hadrones se muestra didáctico y explica la concepción de las diferentes dimensiones (las tres de rigor que se conocían antes y que ahora se han vuelto cuatro) hasta llegar a las diez de la teoría de las cuerdas; y se da tiempo de hablar de sus repercusiones en el arte y otras zonas. De estos y otros asuntos conversamos con Herrera Corral.
¿Por qué comenzar tu libro haciendo referencia a la filosofía maya y azteca?
Comenzamos con unas reflexiones sobre la manera en cómo se ve el tiempo en diferentes culturas. Abundamos en el pensamiento maya, pero la reflexión va en el sentido de cómo hemos incorporado la palabra al cuerpo creando un lenguaje gestual. Nos referimos siempre al cuerpo para expresar el tiempo, al tiempo como algo que viene de frente y al pasado como algo que quedó detrás. Entonces, como que era interesante comenzar el libro haciendo una reflexión de la manera en cómo nosotros percibimos el tiempo y de esa manera introducir al lector de lo que será una reflexión un poco más científica de lo que significan él y el espacio.
Algo importante que tocas es precisamente cómo se han visto el espacio y el tiempo a lo largo de la historia; en un momento se vieron separados y ya con la teoría de la relatividad y otros autores se toman como una unidad.
Una de las cosas interesantes de la física moderna, y en particular de la teoría de la relatividad, es que relaciona de manera estrecha al espacio y al tiempo. En la teoría general de la relatividad se habla siempre del espacio-tiempo como un solo concepto. Y es curioso cómo León-Portilla, que se interesó mucho por la concepción cosmogónica de las culturas precolombinas, en particular de los mayas, notó que en sus representaciones gráficas dejan ver que de alguna manera estaban relacionados. Es una observación que hacemos como una curiosidad de las visiones que han tenido diferentes culturas en este tema y que de alguna manera nosotros regresamos con la física moderna.
También haces algunas precisiones sobre la manera en como la física y la matemática conciben algunos asuntos. Por ejemplo, al hablar del punto especificas que en matemáticas es una abstracción y en física algo real.
Es cierto. La mayoría de las concepciones matemáticas son abstractas, no necesariamente tienen una representación en la realidad y la física resuelve la contradicción que existe entre un concepto abstracto y la realidad. En la física seguimos conservando el lenguaje matemático y las concepciones. Una de ellas es la idea del punto, que como objeto matemático no tiene extensión y como objeto físico es una realidad porque, de acuerdo con la física de partículas elementales, como los quarks, y en general las partículas elementales de la que se constituye todo lo que observamos a nuestro alrededor, teóricamente son partículas puntuales. En la física y en el laboratorio tratamos de medir su extensión y conseguimos llegar hasta un cierto límite; en términos de la resolución que nos ofrecen los aparatos, podemos decir que un quark es puntual a diez a la menos 18 metros.
Otro aspecto importante para el desarrollo de la exposición es el paso que se hace de la tercera dimensión a la cuarta, cuando la teoría de la relatividad vuelve al tiempo una cuarta dimensión y que abre la posibilidad a las demás.
Tratamos también de comentar muy brevemente cómo se ha visto este asunto desde la pintura, desde la literatura, desde la filosofía e incluso desde la cultura pop y lo esotérico. El mundo de la literatura es muy rico en ese sentido y desde la ciencia ficción es muy obvio. Pero también hay otros autores que no lo han hecho desde este campo.
También caben el espiritismo, interés en el que coincides con José Gordon, quien aparece en la bibliografía, y las cuestiones psicológicas. Pero hablando de la posibilidad de la existencia de que haya más de cuatro dimensiones, expones un argumento que establece que si algo puede ser concebido teóricamente puede existir en la realidad.
Efectivamente, es un cambio de mentalidad que viene del Renacimiento un poco cuando nos dimos cuenta de que la Tierra no era el centro del universo, sino que orbitaba alrededor del Sol; después descubrimos que solo éramos parte de una galaxia y de había miles de millones de galaxias. También hay un cambio en la manera de concebir la naturaleza; nos hicimos a la idea de que había que imaginar. Antes veíamos al Sol dar vuelta porque pensábamos que éramos el centro del universo, pero después, con el cambio de Copérnico, nos enteramos de que nunca jamás íbamos a poder ser capaces de ver a la Tierra girando alrededor del Sol, eso nos lo teníamos que imaginar; es un cambio muy importante en la manera de pensar.
Si no hay un principio fundamental que descarte la posibilidad de que existan cinco, seis o más dimensiones pues también acaso no podamos verlas, pero tenemos que encontrar trucos para imaginarlas.
Para cerrar la parte de la física, expones que en la física cuántica —lo infinitamente pequeño— no tiene sentido hablar de pasado y futuro porque el tiempo ahí no tiene una direccionalidad, mientras que en la teoría de la relatividad —lo infinitamente grande— por convenciones el tiempo siempre va hacia delante. De ahí se deriva también la existencia de otras dimensiones.
El tiempo es una categoría difícil y misteriosa. De hecho, el origen del libro parte de la inquietud que tenemos sobre él. Cuando se quiere escribir sobre la manera como lo ve la física, sobre la manera como hemos ido cambiando nuestra concepción de él, se termina hablando del espacio. Entonces, termina uno hablando del espacio y de la posibilidad de que haya un hiperespacio, de que haya una extensión del espacio y el tiempo.
El tiempo es una categoría difícil de entender porque las leyes fundamentales de la física nos lo presentan igual que el espacio. Nosotros podemos subir la calle cuesta arriba y luego recorrerla cuesta abajo, pero no podemos hacer lo mismo con el tiempo. El tiempo parece fluir en una misma dirección, del pasado al futuro y nosotros siempre recordamos el pasado. Es la memoria la que nos da la certeza de que son distintos el pasado y el futuro, es la única certeza que tenemos. Las leyes físicas no impiden que uno vaya hacia adelante y hacia atrás. Sin embargo, en el tiempo observamos la naturaleza y parece que siempre todo parece fluir en una misma dirección. Hemos tratado de encontrar maneras de explicar por qué eso ocurre, pero todavía no tenemos una manera muy fundamental de hacerlo. De manera tal que el tiempo sí se trata de una dimensión más, pero, por otro, hablamos de un número de coordenadas espaciales más uno. Hablamos de tres coordenadas espaciales y una temporal, decimos 3+1, por ejemplo, para expresar la cuarta dimensión.
Para mí, el libro sobre todo tiene que ver con una cuestión de percepción, porque podemos clasificar la mentalidad humana a partir de las dimensiones. Citas un pasaje de Dostoievski en el que un personaje se asume de tres dimensiones, que son las dimensiones de la gente “normal”. Pero hay gente que quiere superar eso.
Sí, desde luego hay una aspiración a entender quizá todo lo que vemos como una particularidad de algo más general. De alguna manera los físicos operamos así: de una situación particular tratamos de encontrar el marco general que la genera y que quizá nos permita ver más. Es el caso de las dimensiones, introducir más dimensiones en nuestra descripción de la naturaleza tiene grandes ventajas. No es una apuesta gratuita, no se trata solamente de que podamos manejar matemáticas con más dimensiones. No, la motivación real de los físicos para pensar en una quinta dimensión es que eso nos ofrece la posibilidad de unificar fuerzas, por ejemplo. Nos permite entender a la gravitación y al electromagnetismo y probablemente nos permita entenderlos como si fueran una misma cosa. Nos permite explicar fenómenos que vemos en el mundo y nos permitiría explicarlos con una quinta dimensión. Es el caso de la teoría de cuerdas que necesita diez dimensiones espaciales y una temporal para poder unificar a todas las interacciones y para explicarnos muchos de los fenómenos que observamos. De manera tal que hay una motivación de los físicos para introducir más dimensiones espaciales.
AQ