‘Güeros’ o la maestría de Alonso Ruizpalacios

Cine

Un breve repaso por la trayectoria del realizador mexicano, cuya cinta más reciente, Una película de policías, fue premiada en la Berlinale.

Tenoch Huerta, Sebastián Aguirre, Ilse Salas y Leonardo Ortizgris en 'Güeros'. (Cortesía: Catatonia Films)
Fernando Zamora
Ciudad de México /

El arte ofrece orden donde suele haber caos. En ello radica la importancia del montaje en el cine, lo cual se verifica en un premio como el Oso de plata a la contribución artística que acaba de ganar en Berlín el mexicano Alonso Ruiz Palacios. Una película de policías fue premiada por sus innovaciones en el montaje que es, como decía Eisenstein, el arte mismo del cine.

Una película de policías es, además, una nueva inversión de Netflix en talento mexicano, pero no va a estrenarse hasta otoño, de modo que vale la pena, por lo pronto, preparar nuestra retrospectiva personal de Ruizpalacios aguardando así, como se debe, la llegada de Una película de policías.

Güeros es la primera propuesta en esta pequeña muestra. Es una pieza que, de modo inteligente, reflexiona en torno a la fraternidad. La maestría de Ruizpalacios en Güeros estriba, primero, en el manejo de actores. Tenoch Huerta interpreta a Sombra, paradigma del joven mexicano que se ha quedado sin universidad a causa de una huelga que ni le va ni le viene. Sin nada que hacer, Sombra se la pasa bebiendo y fumando en su departamento hasta que aparece su hermano Tomás cargado de una culpa que, por cierto, aparece a todo lo largo de la obra de Ruizpalacios.

Tomás es interpretado por Sebastián Aguirre quien, gracias a que está magníficamente dirigido, consigue transmitir una suerte de desconcierto existencial que hace de Güeros una de las mejores películas nacionales en el rubro de “juventud atribulada”, de Bildungsroman. Y es que más allá de lo simbólico de una huelga que, en efecto, paralizó al país; y más allá del encuentro fortuito de estos hermanos que viven unidos por una canción que nunca escuchamos (la rola que hizo llorar a Dylan), hay química. Y mucho más: una fotografía espectacular, reflexiones profundas e hilarantes y, en suma, el arte de uno de los cineastas más prometedores en el panorama nacional. En muchos sentidos, Güeros es la culminación de las búsquedas artísticas de Ruizpalacios, un egresado del CUEC que comenzó a explorar temas personales (pero al mismo tiempo universales) desde que filmó su cortometraje El último canto del pájaro Cu.

Si al final de Opus Nigrum, Yourcenar sugiere que nada puede decirse de lo que hay más allá de la muerte, Alonso Ruizpalacios se atreve a intentarlo. Y nos conduce más allá. Hasta el océano que recibe a Ulises, su protagonista. Esta idea (la de conducir al espectador hasta lo inefable) podría parecer tan pretenciosa que resulte chocante. Y sin embargo el resultado es magnífico. Lleno de recursos artísticos, nos regala paz. Y el gozo de una pequeña joya que con tan bajo presupuesto puede hablar del tema humano por excelencia: la muerte.

Pero, para estar atentos a la maestría de Ruizpalacios, es necesario conocer también aquello por lo que acaba de ser premiado en la Berlinale: el montaje. Por eso es necesario conocer Verde, la historia de un robo que pudo suceder. En ella el director se encuentra, otra vez, con algunos de sus temas recurrentes, la culpa, la toma de conciencia, la necesidad, más que de dinero, de paz. Con estas tres obras, el espectador está preparado para ver en otoño la película que acaba de ganar el Oso de plata en Berlín. En esta discreta retrospectiva se excusa al espectador de ver Museo, claro, una película tan fallidamente comercial como los capítulos de series televisivas que ha tenido que dirigir.

'Güeros', y los cortometrajes 'Verde' y 'El último canto del pájaro Cú' pueden verse en Filminlatino.

​AQ

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