Democracia es un término acuñado hace veinticinco siglos en Grecia y que ha tenido mayor o menor uso dependiendo del momento histórico y de la geografía. Luego de la era dorada de los griegos, cayó mayormente en desuso, y hay una enorme cantidad de países que nunca han utilizado el vocablo ni el concepto como parte de su cotidianidad.
El diccionario de la Academia de 1732, definía la democracia como: “Gobierno popular, como el de las repúblicas de los cantones suizos”. El diccionario cita al pensador político Saavedra Fajardo, que sin duda argumenta con ideas platónicas, pues nunca habría vivido en un mundo democrático.
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Habla Saavedra de que la democracia llega como reacción a un mal gobierno tiránico. “De donde resulta que, viéndose el pueblo tiranizado dellos, les quita el poder y quiere que manden todos, eligiendo para mayor libertad la democracia, en la cual, no pudiéndose mantener la igualdad, crece la insolencia y la injusticia”.
Él habla de la buena administración de los cantones suizos “porque allá no hay abogados”. Además había menos peso en la administración, por lo que no hacía falta tanto ministro y burocracia. Los griegos construyeron murallas y el Partenón sin una secretaría de obras públicas; se organizaban bien para presentar obras de teatro en los festivales sin necesidad de un ministerio de cultura; Hipócrates no trabajaba para el IMSS. Tampoco había una SEP que buscase emborregar gente en el menor factor común.
Era la ventaja de vivir en una ciudad-estado con apenas la población de García, Nuevo León, sin que por eso García tenga la capacidad de engendrar a Esquilo, Sófocles, Eurípides, Aristófanes, Anaxágoras, Sócrates, Platón, Aristóteles, Aspasia, Pericles, Jenofonte, Protágoras o Tucídides, aunque no omito que ahí nació Blue Demon, que habría sido digno rival de Milón de Crotona.
El diccionario de hoy, define democracia como “sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo”, pero bien pudo mantener el texto de 1732: “Gobierno popular, como el que existía en las repúblicas de los cantones suizos”, pues son quimeras tanto su etimología griega como su versión latina, “imperium populare”.
Lo que hoy consideramos democracia casi nada tiene que ver con el pueblo soberano, pues soberano es aquel que ejerce la autoridad. Lo que llamamos democracia es una convocatoria periódica para elegir una oligarquía o plutocracia o dictadura o anarquía o tiranía o cleptocracia de partido que habrá de gobernar por un periodo establecido, siempre ávida por alargar ese periodo.
AQ