El bailarín Isaac Hernández encarnó a principios del año al titán Prometeo en la coreografía Mere Mortals (Simples mortales) del Ballet de San Francisco, que dirige su pareja Tamara Rojo, y también finalizó el rodaje de la película Sueños, de Michel Franco, que protagoniza junto con Jessica Chastain.
El premio Benois de la Danse 2018 volvió a México a presentar la edición 2024 de su espectáculo Despertares, que emprendió desde 2011 y que volverá a acoger el Auditorio Nacional el 23 de agosto.
Despertares se ha hecho adictivo, confiesa el bailarín tapatío con orgullo por lo logrado desde 2011. (Irónicamente, la película que filmó con Franco se llama Sueños.)
En entrevista, el ex primer bailarín del National English Ballet, quien el 30 de abril cumplió 34 años, reseña las dificultades para consolidar un proyecto como Despertares, revela que su mayor miedo en el ámbito de la situación electoral, política y social en el país es que se pueda perder una generación de jóvenes por atender otros temas y también adelanta que está trabajando en la biografía de sus padres.
Descarta crear una compañía propia en México o en algún otro lugar del mundo, como hicieron sus colegas Carlos Acosta o Julio Bocca, pero está abierto a dirigir alguna que ya esté consolidada.
Días después de la conversación, Isaac Hernández dio a conocer por su cuenta de Instagram el pasado 11 de junio que dejaba el Ballet de San Francisco y la portavoz de la compañía, Kate McKinney, indicó que el tapatío no renovó su contrato, que expira el 1 de julio.
Se estrenó como Prometeo en la coreografía de Aszure Barton para el Ballet de San Francisco. Prometeo robó el fuego a los dioses para devolverlo a los hombres; enojado, Zeus lo castigó, lo hizo encadenar a una roca y que un águila le comiera el hígado, ¿Es algo así con Despertares?
Bueno, aquí espero que terminen bien las cosas, porque siempre hay incertidumbre cuando se desata algo que no se ha vivido antes. Por ahora, la respuesta hacia Despertares ha sido fascinante. Cuando empecé el proyecto, íbamos en contra de todos los pronósticos. La gente me decía que hiciera carrera internacional, que disfrutara del momento, que México era un país muy complicado, que no era agradecido, que no perdiera mi tiempo, que a la gente no le gustaba el ballet, que no había público. Y eso era algo que escuchaba en todas partes. Nos enfrentamos a un proyecto caro, porque es de muchísima calidad, porque realmente queremos ofrecerle al público los mejores bailarines del mundo.
¿El ballet es un regalo caro a la humanidad?
Despertares es una inversión considerable. Y mucha gente me decía: “Hazlo menos excelente, trae a la segunda división, no traigas a los mejores y más caros”, Pero yo tenía muy claro que si luchábamos por ofrecer al público mexicano la mejor versión de esos artistas, nos ganaríamos su confianza y habría continuidad en el proyecto. Varias veces he tenido mucho miedo, el riesgo es enorme, de que el público pierda la confianza o el interés en el espectáculo, pero afortunadamente no ha sido el caso.
Volviendo con Prometeo ¿le ha comido el hígado Despertares?
Alguna vez sí, seguramente, pero curiosamente me gusta trabajar bajo presión, resolver problemas de último minuto, ingeniar, diseñar, planear cómo es posible un proyecto como este. Cada edición tiene sus retos únicos, depende de diferentes panoramas sociales y económicos de nuestro país. Cada edición tiene sus retos con el mismo elenco. También apoyos, financiamientos, ventas de boletos, hay muchos frentes abiertos para poder lograr un proyecto como este. Y para mí es emocionante. Muchas veces me he cuestionado por qué lo hago, muchas veces me he llegado a sentir desilusionado, frustrado, pero siempre es muy emocionante el proyecto y verlo realizado, y ver el apoyo del público.
Ver Despertares como algo que no sucede en ninguna parte del mundo más que en México, hace que todo este trabajo sea hasta adictivo, cada vez que termina, empezamos a planear el del siguiente año. Eso para mí, de cierta manera, es como el castigo eterno, tomando esa imagen de Prometeo, porque el proyecto ya no me pertenece, hay artistas que merecen ese tipo de escenarios para presentarnos su mejor versión, hay públicos que los está esperando, hay jóvenes que se han inspirado, motivado a través de los artistas que han participado. Despertares se ha convertido en una constante en sus vidas. Y para mí ya es una responsabilidad que eso tenga continuidad, que esto que hemos empezado en un país como México continúe teniendo presencia en la vida cultural de la nación.
Y en esta historia ¿quiénes son los dioses que castigan a Isaac Hernández por traer el ballet a los mexicanos y quién es el águila que devora su hígado cada que Despertares vuelve a crecer?
Depende. Siempre pensé que un proyecto como éste iba a ser muy obvio de entender. Y me he dado cuenta que no, la gente no entiende sus beneficios diversos tan claramente. Me ha tocado no solo convencer a autoridades de que le den apoyo a este tipo de proyectos, subvenciones; también me ha tocado convencer a patrocinadores privados que vale la pena que este tipo de espectáculos llegue a la sociedad mexicana, me ha tocado convencer a los padres de familia que apoyen a sus hijos en sus gustos, en sus pasiones, que nos acompañen. Esa águila y esos dioses pueden tomar diferentes formas.
¿Cuál sería la peor?
Para mí, lo más importante es que no sea el público el que castigue; esa relación y esa constante conversación con el público es lo que más trato de proteger y de cuidar. Mi manera de cuidar eso es ofreciéndoles un contenido excelente, emocionante, fascinante, diverso, único. Todo lo demás lo puedo arreglar de una manera u otra, pero si el público no está interesado en ver lo que yo ofrezco, en conocer más de mi trabajo y ver el contenido de Despertares, entonces eso es como estar crucificado en una roca, con el águila comiéndose mi hígado constantemente. Sería devastador para el proyecto.
Cuando recibió el Benois de la Danse en 2018 Despertares ya estaba consolidado y llevaba varios años. ¿De qué forma influyó el premio para facilitar u obstaculizar el proyecto o aun para generar envidias?
El premio fue particularmente especial para mí precisamente por eso: porque me dio la oportunidad de llegar a millones de mexicanos en verdad; y de posicionar el ballet como un tema de conversación incluso entre familias, entre la sociedad. Y siempre es muy bonito poder ofrecer eso en un país como México. Somos un país en el que nos sentimos muy orgullosos de los logros de los mexicanos y poder ser parte de eso, fue importante. Ese año 2018 hicimos dos funciones de Despertares y fue increíble estar en el escenario y presentar el Benois al público, es de mis mejores recuerdos. Obviamente, eso trae consecuencias, y las consecuencias también pueden ser la expectativa del público; creció también la responsabilidad de hacer el ballet más accesible, de crear oportunidades para que no sea una vez cada cierto tiempo que un mexicano pueda llegar a ese premio, sino que cada vez haya más.
¿Cómo encaró eso?
Ahí me puse a trabajar más en las becas, en las posibilidades de acceso para los jóvenes que se iban inspirando con mi historia y que no solo quedara como logro personal; crecí Despertares de una manera muy importante. Pero, también lo más difícil de ese premio es ¿qué sucede después? ¿Qué sucede cuando ya has logrado el máximo premio, cuando ya no puedes sorprender al público de ninguna otra manera hablando en ese sentido? No hay otro premio como el Benois de la Danse. Y se viene la guerra entre Rusia y Ucrania, donde (no hay) la división entre política y cultura, se han mezclado muchísimo. Hay tantos temas que han cambiado desde entonces, que hacen que la conversación con el público sea diferente. Eso ha sido un reto para mí, porque en ese momento era una conversación muy práctica.
¿Cambió su acercamiento con el público?
Con el Benois de la Danse te han nombrado el mejor bailarín del mundo, todo mundo quiere ir a ver qué sucede, cómo das continuidad a esa narrativa, cómo logras que el público se mantenga interesado en lo que sucede con tu carrera, con el ballet, o consumiendo este tipo de entretenimiento. Ahí es donde las cosas se ponen interesantes. Yo ya traía una narrativa muy clara, que era poder ofrecerle al público una noche excelente en el Auditorio Nacional, poder hacerlos sentir muy orgullosos de lo que yo estaban haciendo en Londres, o en la Ópera de París o en Rusia (ahora posiblemente iré bailar en el Metropolitan (en Nueva York). Eso siempre ha sido una constante para mí, pero obviamente un premio como el Benois, facilita y hace la comunicación más directa y más práctica con el público.
Carlos Acosta (Yuli), quien como usted bailó también en el English National Ballet, regresó a Cuba y creó su compañía. ¿Usted tiene planes de fundar una compañía en México u otro lugar?
No, curiosamente no. Nunca me llamó la atención ese ámbito de mi profesión. Tengo el antecedente también de Julio Bocca, él hizo lo mismo; cuando estaba en el mejor momento de su carrera, creó una compañía y fue muy difícil, fue una situación personal muy difícil para él. Entonces, me gustaría probar un modelo diferente. Me gusta mucho la producción, la creación de oportunidades a través de estas becas para que los niños puedan acceder al ballet en San Francisco Ballet, voy a seguir creciendo ese proyecto. Pero, de ahí a tener que estructurar todo un organismo u operarlo, hacer todo el financiamiento de él, no me ha interesado. Por lo pronto, no es algo que esté considerando. Sí me gustaría llegar a dirigir una compañía que ya esté estructurada en algún lugar del mundo, pero crear una, ser responsable de una compañía personal, no es algo que considere.
En el actual clima político en México, ¿cuál es el mayor miedo de Isaac Hernández?
Que se pierda una generación creativa, de jóvenes. Eso es lo que me da miedo. Hay tantas necesidades en todo el mundo, tanta incertidumbre, que lo primero que se arriesga son los proyectos de los jóvenes a tener acceso a oportunidades, a poder dedicarse a lo que les guste. Ante ese tipo de incertidumbre, la gente opta por lo seguro y no por sus sueños, y ahí es cuando se arriesga la pérdida de talento, de ideas, de vocaciones, de progreso. Me gustaría pensar que lo que suceda en los próximos años nos va permitir darles la oportunidad a los jóvenes a que ejerzan esas pasiones, esas ideas, que tengan las herramientas para innovar, para crecer, que el futuro nace en esas situaciones. Cuando hay precariedad, incertidumbre la gente se va a lo que conoce, lo más predecible, lo menos riesgoso, el progreso se queda estancado.
El otro día vi a su amigo Manolo Caro, con quien hizo Alguien tiene que morir (2020), en la premier de Fiesta en la madriguera. ¿Cómo va su carrera en la actuación, en el cine?
Hace unos meses terminé de filmar con Michel Franco una película en San Francisco y México, con Jessica Chastain; ahora están terminando de editarla. Estoy esperando a que salga ese proyecto, para poder tomar otra decisión en ese ámbito. Siempre he dicho que estoy abierto a hacer proyectos de interpretaciones, siempre y cuando vea que son interesantes, que yo vea que es tanto artístico como social, y que me interese debatir, cuestionar, participar con ello. Sí me encantaría volver a trabajar con Manolo. Y con Michel Franco también, de hecho terminamos de filmar la película y quedamos en el acuerdo de que en el futuro vamos a volver a trabajar juntos. Me encantaría volver a hacerlo.
Las películas de Michel Franco son muy duras, desesperanzadoras, aunque excelentes. ¿Qué papel le tocó?
La película se llama Sueños. Y, sí, es un tanto compleja la historia, pero fue un trabajo muy especial, porque me dio la oportunidad de trabajar con un director brillante, como es Michel, con un equipo brillante; trabajar con Jessica Chastain también fue una experiencia muy especial. Ser protagonista de un proyecto así es un sueño hecho realidad, a pesar de que la historia es dura, es un poco difícil y hubo situaciones que me costó mucho poder interpretar. Pero, siempre fue algo bien especial y también lo fue compartir con gente que es excelente en lo que hace. Para mí es un privilegio estar cerca de gente que conoce su trabajo y que lo puede ejercer de esa manera.
¿Cuándo tendremos su biografía? Muchos bailarines la tienen ya a su edad. ¿Piensa en ello?
Sí. Pero, más que mi biografía, será sobre la vida de mis padres. Ellos han sido el motor y responsables de que mi vida profesional haya sido posible. Sí me gustaría hacer algo por ellos, de hecho, es uno de los proyectos que ya estamos desarrollando y que necesitan un poquito de tiempo. Y, sí, lo tenemos en mente y lo estamos empezando a trabajar.
La décima edición de 'Despertares' se celebrará el viernes 23 de agosto, a las 20:30 horas, en el Auditorio Nacional, y contará con las presentaciones de la compañía Ligthbalance, Alina Cojocaru, Alessandro Frola, Natalia Osipova, Catherine Hurling, Dores André, Tiler Peck, Esteban Hernández, Braylon Browler, James Streeter, Juliano Nunes, Katherine Barkman, Jason Kitterlberg, Roman Mejia, Germain Louvet, Kayla Mack, Max Cauthorn, Michelle Dorrance acompañada de músicos en vivo, Chey Jurado, Sae Eun Park, Emily Suzuki, la pianista Ana Gabriela Fernández y Aszure Barton Artists.
AQ