Jorge López Páez, el escritor de la diplomacia mexicana

Literatura

El autor de El nuevo embajador y otros relatos recrea de forma admirable la vida cotidiana en las diferentes representaciones diplomáticas con las minucias de las tareas encomendadas.

Jorge López Páez, escritor mexicano, miembro de la Generación de medio siglo. (Foto: Octavio Hoyos)
León Guillermo Gutiérrez
Ciudad de México /

En México, desde el siglo XIX fue una tradición que los escritores fueran nombrados embajadores. En el siglo pasado, por solo mencionar algunos, se encuentran Federico Gamboa, Amado Nervo, Alfonso Reyes, Rosario Castellanos, Hugo Gutiérrez Vega, Sergio Pitol, Carlos Fuentes y Octavio Paz. Muchos otros, en los dos siglos anteriores fueron nombrados cónsules o agregados culturales. Algunos de ellos hicieron carrera en el Servicio Exterior, un ejemplo es Octavio Paz, quien trabajo en la diplomacia por más de 25 años y que renunció como embajador de México en la India, después de la masacre del 2 de octubre de 1968.

El caso de Jorge López Páez, es un caso singular, sin haber sido diplomático, en la historia reciente de nuestra literatura es el escritor de la diplomacia mexicana. ¿Cómo se dio esto? En primer lugar, Jorge fue un viajero incansable, todavía a sus 90 años, en silla de ruedas, viajó a Europa, en segundo lugar, su amistad cercana con miembros del Servicio Exterior Mexicano, quienes le narraban sus aventuras y anécdotas personales durante sus misiones diplomáticas, el tercero y más importante, su inagotable imaginación y creación literaria. De una simple anécdota fue capaz de crear historias extraordinarias de un realismo tal, que el lector se siente atrapado por ese mundo donde los personajes son completamente humanos, dejan ver sus debilidades, caídas, pasiones, cualidades y defectos.

Jorge López Páez, en cuentos y novelas, recrea de forma admirable la vida cotidiana en las diferentes representaciones diplomáticas con las minucias de las tareas encomendadas, y no solo eso, de todos es conocido que quienes pertenecen a ese ámbito se consideran parte de una élite superior, de ahí que López Páez haga retratos de la personalidad de cada uno de ellos; de las intrigas que se fraguan como en las antiguas cortes reales. Cada paso se da en arenas movedizas. López Páez revela la vida pública, privada e íntima de embajadores, consejeros, ministros y secretarias. Algunos se convierten en personajes llenos de gracia, otros en caricaturas pretenciosas y varios ostentan la personalidad de la mexicanísima política mexicana en tiempos de Luis Echeverría. Las mujeres ocupan un primerísimo plano, son guapas y de mucho mundo, lo que no les quita su instinto femenino de seducción, donde se dan cita las rivalidades y las argucias. Se saben el objeto de deseo de los hombres y con astucia se mueven con el propósito de lograr su objetivo. Algo que resalta es la presencia de hombres gays. Lo que dota a las narraciones de un condimento por demás original. Pero no por eso se debe clasificar como literatura gay. Sería un grave error. Como la mayoría de su narrativa el ingenio y la ironía permean en cada historia.

Jorge ocupó mucho de su tiempo y de su escritura en lo que podemos llamar literatura de la diplomacia mexicana, la cual está integrada por dos novelas (¡A huevo, Kuala Lumpur!, 2012, y Clara Deschamps Escalante, 2022) y seis relatos (dos de ellos se encuentran en el libro Sin ganas en Ghana, 2022). Cabe mencionar que algunos textos sobre este tema aún permanecen inéditos.

Entrando en terreno, el cuento “Mi Primer y Último Embajador”, fue publicado en 1995, en El Semanario Cultural de Novedades. En el relato, desde una playa junto a un pinar, Antonio Valenzuela recuerda su experiencia de su primer puesto en el exterior como encargado de la parte cultural. Describe la embajada como un ghetto de celos, rivalidades y mezquindades. Narra la intensa vida social de la diplomacia donde destacan mujeres hermosas y elegantes. Antonio, se ve envuelto en un melodrama, salpicado de picardía y humor, a causa de las aventuras amorosas extramaritales del embajador, que hace que su esposa lo busque pistola en mano. En este cuento, en que se privilegia el diálogo, vemos cómo se entrecruzan la vida diplomática con la personal; las pasiones privadas se convierten en públicas. El relato tiene un guiño de las películas mexicanas en blanco y negro de la época del cine de oro. Me imagino en el elenco a Arturo de Córdova en el papel del embajador; Ernesto Alonso, como el agregado cultural; Marga López, la esposa; y la intrusa sería Elsa Cárdenas.

También en 1995, publica en el Semanario Cultural de Novedades el cuento “Tres casos”, divido en dos partes, las cuales no tienen relación entre sí; la segunda, llamada “Tercer caso: explosivo”, funciona como un cuento independiente. La estructura es epistolar, se compone de seis misivas enviadas por Irene a su hermana Ofelia, desde Varsovia. En ellas da cuenta de su vida sentimental, de las fiestas y los amoríos del personal de la embajada. En cada una escribe sobre las estaciones y el clima cambiante de los terribles fríos del invierno y la calidez del verano en Polonia. Es un relato intimista, como corresponde a las cartas escritas en el tono confesional a un ser querido.

El cuento “El nuevo embajador” se publicó por primera ocasión en el Semanario Cultural de Novedades, el 2 de octubre de 1999. Posteriormente dio nombre al libro El nuevo embajador y otros relatos, publicado por el Fondo de Cultura Económica, en 2004. Es un relato que avanza a través de los diálogos entre los diversos funcionarios de la embajada de México en Polonia. Los hechos se suceden en los tiempos del régimen socialista, cuando era “notable el lujo refinado y la pobreza circundante”. En cuanto a su trabajo como diplomático, Ernesto, el narrador, dice: “Si uno es algo neurótico se vuelve más en el ambiente enrarecido de las embajadas”. Con el tono divertido que caracteriza las narraciones de López Páez, da cuenta de las peripecias y deslices sexuales del embajador con prostitutas en las saunas de Varsovia. Es un cuento cuyas acciones, en las que se ve envuelto el embajador, lo convierten en una la tragicomedia.

En 2022, la emblemática revista La palabra y el hombre de la Universidad Veracruzana, publicó uno de los cuentos inéditos de López Páez, “La suerte del Manchas”. Este cuento difiere de los anteriores en varios sentidos. Es un relato eminentemente de tema gay. El narrador, quien es embajador y cónsul general en Chicago, nos introduce a la intimidad de la relación entre dos hombres sin aspavientos ni estridencias, alejado de los estereotipos. Se destaca la sutileza con la crea personajes que viven el vínculo amoroso como cualquier otra pareja. El giro de tuerca de la historia es sorpresivo, como la vida misma; no sabemos lo que nos depara el destino a la vuelta de la esquina.

También en 2022, la Universidad Veracruzana publicó el libro de relatos Sin ganas en Ghana, que contiene siete narraciones, dos de ellas sobre el tema de la diplomacia, una que le da título al libro, y el cuento “En el sur de Asia”. El largo relato “Sin ganas en Ghana” cuenta de manera prolija las andanzas del diplomático Pedro Venegas Iturriaga en la época de Luis Echeverría. Narra su estancia en Moscú durante veintitrés meses, y el sorpresivo cambio a la Embajada de México en Ghana como consejero. El protagonista da cuenta de los pormenores dentro de la embajada, de sus integrantes y del protocolo diplomático con otros miembros acreditados en Ghana. El relato lo podemos considerar en el género de las memorias, género muy cultivado en México en el siglo XIX y principios del XX. Es un relato fluido, ameno, lleno de anécdotas, cercano al costumbrismo decimonónico, donde el yo rememora las vivencias de una etapa determinada. Con sutileza, la homosexualidad impregna el relato.

Jorge López Páez publicó dos novelas referentes a la diplomacia mexicana: ¡A huevo, Kuala Lumpur! y Clara Deschamps Escalante. La primera publicada por el Fondo de Cultura Económica en 2012. De la que Ana Mónica Rodríguez escribe: “Una serie de aventuras e historias clandestinas suscitadas en diversos lugares de México y de Europa conforman los escenarios donde habita Enrique, personaje central de la novela. López Páez narra con destreza, ironía y picardía una serie de historias que forman parte de la realidad: las pasiones ocultas, el abuso infantil, los problemas familiares, así como las incidencias en torno al abandono y la soledad”.

En Clara Deschamps Escalante, publicada en 2022 por el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), gracias a los empeños del albacea de Jorge López Páez, el diplomático Víctor Balvanera, asistimos a una historia donde la embajada de México en Hungría, irrumpirá su apacible monotonía con la llegada de la secretaria Clara Deschamps Escalante. La novela está estructurada en cinco capítulos y un epílogo. Cada apartado corresponde a una versión de los mismos hechos, en donde los protagonistas los narran desde su perspectiva particular. Así tendremos las versiones del embajador Ricardo Portilla; de Enrique Galán Echavarría, primer secretario; Rodrigo Villagómez, consejero; la secretaria Flor de La Loma Luna; y por supuesto de la misma Clara Deschamps Escalante. Lo que nos recuerda la sentencia de Protágoras: “el mundo está hecho a la medida de quien lo contempla y quien contempla al mundo lo está inventando”. En este caso los protagonistas, desde la vivencia personal de lo sucedido en el mismo tiempo y espacio, nos darán su singular interpretación de los hechos a través de lo vivido. El tiempo son los años 70, el espacio principal es Budapest, pero también lo son Londres, Bonn, Berlín, París y México.

Jorge López Páez, como buen escritor, en esta novela se supera. Si bien, toda su literatura es una exploración personal, en esta la agudeza y destreza narrativa los lleva a su punto más alto. Crea personajes memorables, los dota de una humanidad donde muestran sus flaquezas, sentimientos y emociones. Los protagonistas, jóvenes en su mayoría, casados, solteros, divorciados, tienen el erotismo a flor de piel; sucumben a la aventura amorosa y sexual. Están presentes la mentira, la intriga, la confidencia y la complicidad salpicados de humor y malicia. Los cinco capítulos (cuatro son epistolarios) tienen en común que, por un lado, cuentan su propia vivencia en Budapest, pero también de su propia intimidad de manera prolija, y por el otro muestran la visión que tienen de sus colegas. Es una novela de juego de espejos donde la importancia reside en la otredad. Así vemos a cada uno de ellos retratados en la mirada de los otros cuatro. Lo que hace fascinante la forma poliédrica que adquiere cada uno. En particular la figura de Clara Deschamps Escalante.

Jorge López Páez no solo nos presenta el mundo interior de cada personaje y las complejidades de las relaciones humanas, nos abre las puertas del ambiente diplomático y su sofisticación, no repara en dar detalles de la vestimenta, perfumes, lujosos restaurantes, exquisitos vinos, alta cocina. Por Clara Deschamps nos convertimos en turistas de Budapest de los años setenta, cuando imperaba el socialismo en Hungría. Nos habla de sus calles, de la arquitectura de los edificios, la indumentaria de hombres y mujeres.

La novela tiene el sello inconfundible de Jorge López Páez, en su humorismo y picardía, así como el uso de mexicanismos, anglicismos, galicismos y otras palabras en alemán. Lo que la dota de una riqueza lingüística. Otro acierto más es la recreación admirable de los roles de género del hombre y de la mujer en los años 70, con sus libertades y restricciones dentro de las clases sociales, en este caso de una élite de la burguesía mexicana incrustada en la diplomacia.

Estoy seguro que esta novela póstuma, será recibida por lectores y críticos con el mismo entusiasmo que El solitario Atlántico, su novela canónica.

Jorge vivió muchos años, 94, tuvo una vida llena de satisfacciones, amó y fue amado, fue un viajero incansable, un tanto sibarita, siempre gustó de los buenos restaurantes, de las buenas comidas, de los licores ni se diga. Cultivó la amistad con generosidad. Sus grandes amigos fueron Luisa Josefina Hernández, Alejandro Rossi, Luis Villoro, Sergio Pitol, Juan Soriano, Sergio Galindo, Juan José Arreola, entre otros. En vida recibió el reconocimiento a su obra con los premios más importantes. En sus últimos años la salud ya estaba quebrantada. Fue una etapa difícil y dolorosa. No obstante, persistía una fuerza interna que lo impulsaba a no darse por vencido. Seguía escribiendo y gozando sus estadías en Acapulco.

Hoy conmemoramos el centenario de su natalicio, pero su obra tendrá todavía una larga vida. Feliz aniversario Jorge López Páez, admirado y entrañable amigo.

León Guillermo Gutiérrez

Doctor en Literatura Iberoamericana por parte de la UNAM. Poeta, académico y ensayista, ha sido profesor-investigador en la Universidad de Texas en Austin, Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad Veracruzana, y Universidad Autónoma del Estado Morelos. Desde 2008 es miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

AQ

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