El periodista mexicano Jorge Ramos aseguró que le parece exagerada la idea de comparar a México con Venezuela, más allá de que el presidente Andrés Manuel López Obrador siga la vieja tradición del presidencialismo mexicano, con pocos contrapesos, y “eso nunca ayuda a la democracia”.
“López Obrador no es Hugo Chávez, no es Nicolás Maduro y México no es Venezuela. No soy de los que creen que la democracia en México esté en peligro, López Obrador ha hecho la promesa de no buscar la reelección y quiero creerle. Los mexicanos iniciamos una revolución bajo el lema de ‘Sufragio efectivo, no reelección’, y esa sigue siendo una de las reglas no escritas de la política mexicana, así que me parecen exageradas las comparaciones de México con Venezuela”.
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A propósito del lanzamiento del libro 17 minutos. Entrevista con el dictador (2021), en el cual hace el recuento de lo sucedido aquel 25 de febrero de 2019, cuando Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, terminó abruptamente con una charla y se confiscó todo el equipo de Univisión, el conductor del noticiario de esa televisora reconoció que las elecciones en México demostraron que la joven democracia mexicana está funcionando y que, efectivamente, hubo una corrección de rumbo.
“Pero por los resultados, no sólo en el Congreso sino por las gubernaturas, está claro que vamos a tener más de lo mismo por los próximos tres años y medio, y los periodistas debemos estar preparados para eso, porque nos toca a los periodistas hacer las preguntas difíciles”.
En entrevista, Jorge Ramos enfatizó que el periodismo sirve para cuestionar a quienes tienen el poder, no importa si se trata de Maduro, Trump, Biden o López Obrador: “y es cuando no cumplimos esta regla que nos metemos en problemas, si siempre estamos del otro lado del poder, éticamente estamos protegidos”.
“López Obrador no entiende que los periodistas, cuando lo criticamos, es porque ese es nuestro trabajo, no es que tomemos posiciones partidistas: nos toca hacerle a él las preguntas difíciles, aunque no le gusten”.
Acerca del volumen, publicado por Grijalbo, destacó que la primera tragedia no es periodística, sino que Nicolás Maduro sigue manando en Venezuela, abandonada por más de cinco millones de personas que han dejado el país desde que llegó al poder: “es grave y triste que gobiernos como el de México sigan apoyando a Maduro y que no se atrevan a criticar las violaciones a los derechos humanos, que incluyen desde asesinato a torturas”.
“Lo otro es que el libro es mi filosofía periodística, la manera en que debemos enfrentar a los dictadores: con dureza, con preguntas duras y sin dejarlos escapar”.
En su vida profesional, Jorge Ramos ha tenido malas entrevistas, en que los entrevistados se molestan o se paran o se van, pero nunca una en la que hasta se queden con las cámaras o le quiten las tarjetas de video, “en la que me detenían y deportaban sólo por hacer las preguntas difíciles”.
“El problema en las dictaduras es que estás solo, no hay quién te pueda ayudar. Además, le había mostrado a Maduro una lista de más de 400 prisioneros políticos y podríamos ser siete más sin ningún tipo de protección. El grave error fue pensar que el dictador no nos iba a tratar como dictador. Nos censuró, violó nuestros derechos humanos y nos robó”.
A pesar de la sustracción de los 17 minutos de entrevista por parte del gobierno de Maduro, finalmente sí se pudo transmitir, porque habían grabado otra versión de la entrevista “y esa versión es la que llega a nuestras manos (desde el palacio de gobierno) y la que pudimos transmitir finalmente”.
“Nosotros creímos que habíamos perdido y que Maduro había ganado, hasta que ocurre una traición dentro de Palacio y tres personas allegadas a él logran rescatar la entrevista y nos la hacen llegar después de un trayecto muy complicado, por tres países, hasta nuestras oficinas en Miami”.
Toda esa historia, más parecida a un thriller político, es lo que ofrece Jorge Ramos en el libro 17 minutos. Entrevista con el dictador.
ÁSS