La cita equivocada de José Emilio Pacheco en el Metro de la Ciudad de México

En febrero de 2018, en la estación Universidad aparecieron unos versos atribuidos al autor de El reposo del fuego. ¿Cómo y por qué sucedió esto?

Cita equivocadamente atribuída a José Emilio Pacheco en Metro Universidad.
Jesús Quintero
Ciudad de México /

Efímera o permanente, la información en internet es fuente de aciertos y dislates. Los segundos repercuten en las redes sociales si en el yerro reluce el nombre de algún autor o algo peor: se integran a los datos que los lectores dan por incuestionables, constituyendo una especie de masa pedregosa que se incorpora al paisaje y que será arduo demoler.

Los ejemplos son abundantes y van desde el enojo de una totémica personalidad literaria porque se le atribuyeron unos versos escritos para el espectáculo de un ventrílocuo, hasta obligar al retiro de las librerías de un volumen dedicado a la presencia de México en la trayectoria de un prestigioso autor porque una de las colaboraciones le endilgó la paternidad de un poema que no era suyo.

Menos dañina acaso, pero no indiferente a la vox populi, es esta pequeña historia: en febrero de 2018, a raíz de un programa dedicado a llenar con emblemas algunas estaciones de su red, el Sistema de Transporte Colectivo Metro decoró la estación Universidad con motivos alusivos a la Universidad Nacional Autónoma de México con el propósito de que “las nuevas generaciones conozcan más de lo que representa esta institución educativa”.

En una trabe cercana a los torniquetes de entrada a la estación se podía leer “y veo a los jóvenes corriendo sin parar por la vía franca, rumbo a la felicidad”, con la autoría de José Emilio Pacheco.

Innecesario es decir que los versos mal ensamblados no eran del polígrafo mexicano. Provienen de “Ventanales en lo alto” (“High windows”), de Philip Larkin (1922-1985), radical poeta británico que fue capaz de clamar con orgullo: “No leo más que poesía inglesa y no me importa lo que no sea inglés”.

¿Cómo se cruzaron los cables para que unas líneas de Larkin fueran atribuidas a un autor que fue continuador de las tareas de traducción de José Joaquín Pesado, Balbino Dávalos, Alfonso Reyes y Octavio Paz? La respuesta se encuentra en un ensayo de Pura López Colomé centrado en la relación de José Emilio Pacheco con el tiempo, publicado en la revista Letras Libres en mayo de 2008. Allí, incompleto, es citado el poema de Larkin:


     ... Cuando veo una pareja de muchachos

     y pienso seguro él ya se la coge y ella

     toma píldoras o usa algún dispositivo,

     sé que es este el paraíso.


     que los viejos han soñado,

     echando por la borda poses y ataduras

     como si fueran una máquina anacrónica,

     y veo a los jóvenes corriendo sin parar


     por la vía franca, rumbo a la felicidad...


El amanuense responsable probablemente gugleó el nombre del poeta más la palabra “jóvenes” y voilá!, sin tomarse la tarea de leer el ensayo le dio a Pacheco esos versos que parecen ajenos a su lenguaje y a esos adolescentes desesperanzados que habitan El viento distante (1963) y El principio del placer (1972).

AQ

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