El oscuro hermano gemelo de Sergio Pitol

Entrevista

Recientemente se publicaron los primeros dos tomos de las Obras completas de Juan Manuel Torres. El encargado de la edición crítica de estos volúmenes, José Luis Nogales Baena, habla de la importancia del escritor veracruzano.

Juan Manuel Torres, escritor, traductor, guionista y cineasta. (Wikimedia Commons)
Adriana Cortés Koloffon
Ciudad de México /

Poco conocida y localizable es la obra de Juan Manuel Torres (Minatitlán, Veracruz, 1938-Ciudad de México, 1980), autor de un libro de cuentos intitulado El viaje (1969) y una novela, Didascalias (1970), así como de relatos publicados en revistas de los años sesenta, entre otras, S.NOB. La editorial Nieve de Chamoy, la Universidad Veracruzana y el Gobierno del estado de Veracruz reeditan sus obras completas en una edición crítica a cargo de José Luis Nogales Baena. De Mónica Braun se incluye una entrevista con Irma Torres, hija del escritor. Acaso su muerte súbita a los 42 años de edad en un accidente automovilístico no ayudó para que su obra llegara a más lectores, “no pudo difundir su propia obra, por esta razón, como sucede con tantos autores”, comenta Nogales Baena. El tomo I contiene sus relatos, ensayos de Julio Ortega, Julieta Campos y José Luis Martínez Suárez, entre otros autores, acerca de su vida y obra, además de una cronología. El tomo II reúne sus traducciones y correspondencia. El tercero, en preparación, incluirá su novela Didascalias.

—Juan Manuel Torres: ¿el oscuro hermano gemelo de Sergio Pitol?

Es una etiqueta que le puso el escritor Héctor Orestes Aguilar. Vila-Matas dijo alguna vez que él es el segundo oscuro hermano gemelo de Pitol. Según Orestes, Torres es el primero; me parece una idea muy acertada en tanto que capta la relación entre maestro y amigo. Vila-Matas reconoce la influencia de Nocturno de Bujara, de Pitol, en la obra de Torres en cuanto al cruce de géneros literarios. Si haces una lectura cruzada, en el Nocturno Pitol le rinde un homenaje literario a su amigo. Uno de los personajes es el mismo Sergio y el otro es Torres ficcionalizado —además acababa de fallecer unos meses antes—. En ese cuento Pitol habla de sus conversaciones en Polonia y de cómo ellos se reunían e inventaban relatos entre ellos.

—¿Hay un mito alrededor de Juan Manuel Torres, el escritor?

No creo que haya una sobrevaloración. Al reeditar sus obras completas lo que se trata es de ubicar al escritor en su tiempo y de señalar los logros de esa literatura en ese momento. ¿Hay un mito? En cierta forma sí, entre colegas, amigos y escritores que hablan de él. Sergio Pitol lo convierte en un mito al introducirlo como personaje en su obra, como un juego literario, un gesto de amistad. Cuando él lo hace en los 80 eso es muy original, después lo hacen Roberto Bolaño y Vila-Matas.

—¿Cómo lo descubrió usted?

Por Sergio Pitol. Hacía una tesis doctoral sobre él y en distintos lugares lo nombraba. En algún momento descubrí que era un escritor de verdad. Disfruto mucho conectando lecturas y autores.

—¿Cuál considera el valor literario de su obra?

Cuando estudié historia del arte me marcó mucho el libro de E.H. Gombrich quien decía que no hay obras mejores o peores sino que en cada época, en cada tendencia, dentro de los objetivos que un artista se traza hay mejores o peores artistas. Dentro del periodo en que Torres publica hay escritores geniales, pero a mi modo de ver en esa época Torres ofrece cosas distintas a las de otros escritores. Hasta donde yo alcanzo a saber él es el primero que explora el género conocido hoy como autoficción.

'Obras completas de Juan Manuel Torres. Tomo 1: Cuentos y relatos'. (Nieve de Chamoy, Instituto Veracruzano de la Cultura, Universidad Veracruzana)

—El tomo I incluye su novela corta, El viaje, no muy bien recibida por Carlos Monsiváis, recién se publicó en 1969...

Pero también es cierto que Carlos Fuentes y Sergio Pitol la elogiaron. La crítica de Monsiváis parecería una rencilla personal.

—Se le critica a El viaje una confusión provocada por el juego entre realidad y sueño en su prosa. ¿Ficción experimental?

Tenía influencia del nouveau roman, del cine de la época: la nouvelle vague y del cine soviético, El hombre de la cámara de Dziga Vértov, por ejemplo. Cuando estudió cine en Polonia fue alumno de Andrzej Wajda. Esta manera de experimentar nuevas formas de escritura era común también en otros autores de su tiempo, recordemos al Farabeuf de Salvador Elizondo. Mi teoría es que tras la mala recepción de Didascalias y viendo que se iba a morir de hambre con la literatura, Torres se dedica más al cine. Sergio Olhovich, su mejor amigo durante los 70, lo recuerda abocado al cine.

—¿Cuál fue su vínculo con El año pasado en Marienbad?

El año pasado en Marienbad, de Alain Resnais, era una película que le gustaba mucho. Allí las escenas paralelas solo se comprenden si se las piensa como posibles deseos incumplidos. Creo que Torres hace algo muy parecido en El viaje y en Didascalias. Una forma de soñar conscientemente.

'Obras completas de Juan Manuel Torres. Tomo 2: Traducciones y correspondencia'. (Nieve de Chamoy, Instituto Veracruzano de la Cultura, Universidad Veracruzana)

—¿Cómo llega a la revista S.NOB?

Creo que a través del cine, de sus colegas de los cineclubs de la UNAM; varios de ellos crean y participan en S.NOB. Allí publica ¿Ha practicado usted la licantropía?, un texto muy borgeano construido como cuento-ensayo donde mezcla el argumento con la fantasía. Es un juego con los lectores, aunque desde el ámbito literario es algo serio porque quiere ofrecer una teoría sobre la forma en que leemos. En los relatos que publica en S.NOB también trata temas relacionados con los textos de Georges Bataille igual que lo hacen otros escritores de la Generación de Medio Siglo.

—Creo que a muchos de sus personajes femeninos no los trata bien. ¿Cuál es su percepción?

Me gusta mucho la lectura de la académica Laura Cázares quien concluye que los personajes femeninos que ocupan un segundo plano en su obra a fin de cuentas llegan a ser relevantes. Sus relatos permiten la posibilidad de interpretarse de distintas formas. Por ejemplo, a mí me parece que en El verano los dos chicos no llegan a un acto sexual; en cambio, Laura Cázares opina lo contrario. Es lo interesante de sus cuentos, ofrecen finales ambiguos.

—Si él viviera, ¿qué le preguntaría?

Dónde están las cartas que Sergio Pitol le envió. Las he buscado, no sé si alguien las tiene o si se desaparecieron en la hoguera. También si iba a terminar sus novelas inconclusas. Héctor Perea, en su ensayo incluido en el primer tomo, afirma que cuando murió en 1980 ya había escrito lo que tenía que escribir.

AQ

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.