La corrupción del arte VIP | Por Avelina Lésper

Casta diva | Opinión

Para crear una gran obra no es suficiente pensarla: hay que hacerla, echando mano de la técnica y el talento cuyo resultado nos cautiva.

Maurizio Cattelan, 'La Nona', escultura elaborada por Daniel Druet. (Especial)
Ciudad de México /

La violencia de la máquina que sostiene el fraude del arte contemporáneo VIP llegó al límite: establecer jurídicamente que el autor de una obra no es el que la hace, sino el que la piensa. El escultor Daniel Druet demandó a la Galería Perrotin y al Museo de la Moneda de París porque en 2016 le comisionaron todas las esculturas de la gran exposición de Maurizio Cattelan, y no publicaron su nombre como realizador de las esculturas.

Las piezas son las obras más icónicas de la carrera de Cattelan, un artista conceptual VIP que se jacta de ser “un flojo” y “no saber ni pintar ni dibujar”.

Entre las esculturas realizadas por Druet está la “La Nona”, que representa al Papa Juan Pablo II derribado por un meteorito. En la historia del arte Cattelan es conocido principalmente por sus esculturas hiperrealistas, de las cuales no ha realizado ninguna. Ante la demanda de Druet por la autoría, las galerías, colecciones de arte y artistas VIP, firmaron una carta abierta que se publicó en Le Monde, declarando que si ganaba Druet se vendrían abajo el arte conceptual, “una corriente muy importante del arte”, y eso afectaría a cientos de colecciones públicas y privadas, destruiría carreras de incontables artistas. Así es, y por eso mismo Druet debió haber ganado el juicio.

Han caído gobiernos, dictadores, religiones, ¿por qué no puede caer un estilo de arte que no es arte, realizado por artistas que no son artistas? El juez cedió a esta presión económica, porque lo que actuó ahí fue el dinero que esto representa, y dictaminó que el autor de las obras es Cattelan porque él las “pensó”. Pasaron por encima de la Ley de Derechos de Autor, pisotearon los Derechos Humanos del escultor, sólo para salvar la inversión de un grupo de personas, porque al arte le hicieron un gran daño.

El autor de las esculturas es Daniel Druet, porque la idea es lo de menos, de hecho son chistoretes. Druet es un escultor premiado con una larga carrera y oficio, sin su conocimiento de la técnica, las esculturas nunca habrían tenido el efecto y la repercusión que tuvieron, al grado de consagrar a Cattelan. La galería presionó también por dar la cara a sus clientes, que han pagado fortunas por esas piezas para que ahora resulte que son de otro artista y todo este lío, eso deprecia mucho a las obras.

Pensar una idea no es arte, arte y artista es el que puede pensar una idea, resolverla y llevarla a término, consagrarla en una obra. Es una falacia que puedan existir artistas que piensan y no hacen, porque para hacer hay que pensar, y mucho. El arte conceptual es una vergonzosa perversión del concepto de creatividad y libertad. Este juicio, este dictamen ominoso pone en evidencia la corrupción del arte VIP y que lo único que lo sostiene es el dinero, porque el día que caiga, cientos de colecciones de arte, es decir millones de dólares en obras, se convertirán en nada, en una anécdota penosa de una sociedad decadente.

AQ

  • Avelina Lésper

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