La cultura y el arte entre trincheras*

Entrevista

En esta entrevista realizada en enero de 1938, Carlos Pellicer, Fernando Gamboa y Octavio Paz hablan de la Guerra Civil española, de la que fueron testigos.

José Chávez Morado, Elena Garro, Octavio Paz, José Mancisidor, Pla Beltrán, Fernando Gamboa, su esposa Susana y Silvestre Revueltas.
Luis Cardoza y Aragón
Ciudad de México /

El 16 de enero de 1938 el suplemento Dominical del periódico El Nacional, dirigido desde hacía un año por el escritor guatemalteco Luis Cardoza y Aragón, entonces de 37 años edad, reprodujo en extenso la conversación que el propio Cardoza sostuvo por esos días con tres de los asistentes mexicanos al II Congreso internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, celebrado en Valencia, Barcelona, Madrid y París en julio de 1937.

Los tres mexicanos compartieron algunas de sus experiencias y puntos de vista con respecto a la Guerra Civil española, el estado de la cultura en medio de la guerra y otros temas vinculados a México y su panorama cultural.

Asistieron a la conversación el poeta Carlos Pellicer; el joven crítico de arte Fernando Gamboa, de 29 años de edad, quien poco después habría de ser el ejecutor principal de la política de asilo del presidente Lázaro Cárdenas para los refugiados españoles, y organizador del desembarco del Sinaia en Veracruz, en junio de 1939; y el joven poeta Octavio Paz, de 24 años, quien había sido invitado al Congreso a instancias de Pablo Neruda. Se esperaba también la participación en la entrevista del compositor Silvestre Revueltas, pero no pudo llegar por encontrarse enfermo.

Se percibe en esta charla cierto optimismo ante una posible victoria de la República y una resistencia a creer que las fuerzas de la Falange habrían de ganar la guerra. La conversación abarcó muy diversos temas, desde la reciente exhibición del Guernica en París, la inminente publicación de Poeta en Nueva York de García Lorca, la ceguera en México para reconocer a su propio talento —hablando de José Clemente Orozco y su prestigio en Europa—, la necesidad de crear becas para los creadores artísticos mexicanos, o las irregularidades de los premios literarios en México.

Al cumplirse 80 años del desembarco del Sinaia en Veracruz y el inicio del exilio español en México, recupero esta formidable conversación a cuatro voces por su gran valor histórico.

Edgardo Bermejo Mora


Se encuentra en México, recién llegada, la delegación de intelectuales mexicanos de izquierda que asistió al Segundo Congreso Internacional por la Defensa de la Cultura, celebrado en Valencia, Barcelona, Madrid y terminado en París, en julio del año que acaba de morir. Esta delegación fue integrada por Silvestre Revueltas, Carlos Pellicer, Octavio Paz, Fernando Gamboa, José Mancisidor, Juan de la Cabada, José Chávez Morado y María Luisa Vera.

Carlos Pellicer, que este año nos dio el libro más interesante de poesía, Hora de Junio, y Octavio Paz, valor destacado de la poesía joven mexicana, fueron invitados especiales. Los demás miembros de la delegación mexicana pertenecen a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR). Carlos Pellicer fue invitado a iniciativa de los poetas españoles. Y Octavio Paz asistió por invitación directa que le hizo Pablo Neruda, uno de los organizadores principales del Congreso.

Tuvimos la fortuna de conversar con viejos camaradas y amigos como Carlos Pellicer y Octavio Paz, poetas representativos de México, hombres cuya actividad radical ha sido la cultura, cuyas participaciones en la política han sido siempre por las causas más nobles y más justas. Ambos, por su cultura e independencia de criterio, pueden ofrecernos una imagen exacta en lo posible de lo que acontece en España.

Muy lamentable nos pareció la ausencia de Silvestre Revueltas, pero su salud le impidió asistir a la nueva cita.

Fernando Gamboa conversó con nosotros y su presencia cubre en parte la falta de José Mancisidor, Chávez Morado y María Luisa Vera, delegados de la LEAR.

Fernando Gamboa: Creo haber percibido claramente dos grandes acontecimientos, dos grandes hechos positivos, en la España que visité, en lo que se refiere a mi especialidad: la pintura. El primero de estos hechos que quiero señalar es la obra de la creación lograda por los pintores españoles. Una obra engendrada por las necesidades de la guerra, una obra que la guerra ha hecho posible. El segundo hecho es el siguiente: la inmensa labor de protección, conservación, investigación, estudio y catalogación de una cantidad insospechada de tesoros artísticos de España.

Octavio Paz: Es algo extraordinario la cantidad de obras artísticas recogidas en pueblos y aldeas, en casas particulares, en colecciones privadas que la República ha protegido, salvado.

Luis Cardoza y Aragón: ¿De la nueva pintura? ¿Exposiciones? ¿Autores clásicos?

Gamboa: Carlos Pellicer y Octavio Paz te dirán de la actividad editorial. Yo creo que se han impreso libros muy notables, buena parte de ellos ocasionados por la guerra. En las artes plásticas pasa algo semejante. No todo se ha reducido al cartel, aunque la guerra necesita para ser llevada una gran propaganda que haga conocer al pueblo todos los aspectos de la lucha.

Carlos Pellicer: En carteles se han hecho maravillas. Y la guerra ha permitido al gobierno republicano la organización de exposiciones prodigiosas como esa del Greco que se abrió en París hace pocos meses. Como para volverse loco. Los mejores Grecos en España, reunidos, ordenados y colocados magníficamente.

Cardoza y Aragón: Indudablemente la guerra ha permitido la organización de estas exposiciones, la restitución a su dueño de estos tesoros artísticos que eran patrimonio de algunos cuantos. Pero, claro está, con la encarnizada lucha, la mayor parte de la obra artística actual tiene que ser de circunstancia, ocasional. Y lo importante sería para nosotros conocer algo de lo significativo de esta obra. Algo de ella resistirá el tiempo. Y la gran obra vendrá con el renacimiento español cuya fase primera la vemos tan palpablemente ya en la lucha.

Paz: Obra de circunstancia, es cierto, en su mayor parte. No podía ser de otra manera. Pero que espectáculo tan noble nos ofrece el pensamiento español al mantener muy en alta la dignidad del arte. La poesía que se escribe hoy en España es de las mejores del mundo.

Pellicer: (…) Cierto que la poesía que se escribe hoy en Espala es en un 90 por ciento una poesía de circunstancia, con sus fallas naturales, aunque Mallarmé asegure que las obras maestras nacen de las circunstancias. Pero la poesía es también disciplina, tesonero empeño, y no solo se es poeta, dijéramos, por la gracia de Dios.

Cardoza y Aragón: La pintura al fresco de Pablo Picasso en el Pabellón Español de la Exposición de París (1) es una de estas obras ocasionales, nacida por la guerra, y, a pesar de haber sido pintada durante ella, posiblemente ofrece un gran interés, posiblemente es una obra importante dentro de la vida artística del gran creador español. La serie admirable de grabados de Goya, Desastres de la Guerra, parece que la empezó a grabar a partir de 1820 viviendo ya en Burdeos.

Gamboa: Es una obra singular a mi juicio. Ha tenido crítica muy contradictoria, pero siempre elogiosa (…).

Pellicer: A mí no me gustó el fresco del gran pintor. Me recuerda muchas cosas, entre otras los grafitos africanos. Me parece que hay una investigación desesperada, angustiosa.

Paz: Europa sigue hablando de esta obra mural. Hasta Cocteau escribió un ensayo. Recuerdo que decía en un párrafo: “cuando el artista condena o satiriza a un hombre, es para la eternidad”.

Gamboa: Frente a La destrucción de Guernica desfilaron y seguirán desfilando docenas de miles de personas que visitan la Exposición de París. La obra de Picasso es, naturalmente, una de las grandes curiosidades. Magnífica propaganda y magnífica pintura. Gutiérrez Solana (2), un temperamento semejante al de Goya, habrá de tener tiempo aún para fijar, como el aragonés, algunos aspectos del drama español. Si con Goya se manifestó potencialmente la inteligencia española, con Gutiérrez Solana vuelve de nuevo a surgir esta gran tradición. Muy pronto se hará una exhibición de su obra (…).

Paz: A un kilómetro del frente de Madrid se llevan a cabo las mejores representaciones del teatro español. Tienen una importancia capital los espectáculos realizados con títeres, contemporáneos y clásicos, adaptación, etcétera. Entre los estrenos últimos tenemos una versión de Numancia de Cervantes, hecha por Rafael Alberti, José Bergamín, Antonio Aparicio y Manuel Altolaguirre. Han escrito muchísimo para este teatro del frente.

Gamboa: Buen número de pintores de la generación anterior se dedica a trabajos de conservación y restauración de cuadros.

Cardoza y Aragón: Nos ha impresionado a todos, lo veo muy especialmente leyendo revistas europeas, el esfuerzo de la República para llevar la guerra sin descuidar ningún aspecto del genio y del patrimonio artístico de España. Publicaciones de todas clases, teatros, exposiciones, conciertos.

Paz: Han llegado los Romanceros de la Guerra Civil a México. Seguramente tú has visto publicados muchos de estos poemas. Y empiezan a venderse en librerías, y en revistas como Hora de España y Nueva Cultura. No sé si pueda leerse el diario La Voz, diario de los intelectuales que se edita en Madrid. El Mono Azul es actualmente el suplemento literario de este diario. Madrid es el nombre de otra revista excelente. Acaba de circular el segundo número y el tercero está en proceso. La edita la Casa de la Cultura. María Zambrano cuida del número próximo. El gran poeta Antonio Machado, a quien la República encontró en la mayor pobreza, una de las voces líticas más altas de la Europa contemporánea, acaba de publicar un volumen de ensayos: La guerra, en que su personaje, Juan de Mairena, discurre sobre temas diversos relacionados con el drama español. Algunos de estos ensayos se publicaron en Hora de España. En los ensayos de Juan de Mairena se siente siempre un fervor muy español, un cristianismo implícito, la unidad singular del espíritu castellano.

Pellicer: Antonio Machado es un comunero, un nuevo comunero. Eso es todo.

Paz: Antonio Machado ve en el fascismo, como característica, un odio fundamental por todos los valores del espíritu, a pesar de su apoyo espiritualista. Ve en el fascismo un retorno a un paganismo sin trascendencia alguna.

Pellicer: ¡Qué lejos Grecia y Roma!

Paz: He quedado sorprendido de la actividad artística. Si antes de la guerra Jules Supervielle y otros grandes poetas consideraban la joven poesía española como la más interesante y robusta del mundo, ahora con la guerra la poesía española se ha enriquecido con una experiencia que empieza a fijarse en ella de manera bellísima y perfecta. No se ha empobrecido, no obstante el asesinato de Federico García Lorca. Surgieron nuevos nombres importantes. ¡Lo que vendrá después de la guerra! Un verdadero renacimiento con el triunfo popular. Hay una poesía nueva, original, con influencia de los maestros latinos, Virgilio, que se manifiesta en poetas como Serrano Plaja, como Emilio Prados…

Cardoza y Aragón: Acaso sea sólo una influencia de los clásicos castellanos, de Fray Luis de León, por ejemplo.

Octavio Paz en Madrid, en julio de 1937.

Paz: Percibo un sabor muy castellano en ellos. Acaso como Fray Luis, estos poetas contemporáneos han leído y traducido a los maestros latinos con especial afecto y leído así al propio Fray Luis de León.

Cardoza y Aragón: ¿Qué nuevos libros se han publicado en las últimas semanas?

Paz: De Alberti acaba de publicarse De un momento a otro (Madrid, 1937). Este volumen encierra su poesía de temas revolucionarios, escrita a partir de 1932. Poesía de circunstancia la mayor parte. Pero de un poeta de gran fuerza. Algunas páginas de este libro son seguramente de las mejores de Alberti. Tan puras como las mejores de Sobre los ángeles. Es reciente también una antología: Poetas de la España leal. En este libro se encuentran las voces de los más grandes poetas españoles de hoy: Machado, Alberti, Altolaguirre, Cernuda, Prados, León Felipe, Moreno Villa, Gil-Albert, Serrano Plaja, Miguel Hernández, Lorenzo Varela, Francisco Aparicio. Hemos mencionado ya el Romancero de la guerra civil, editado por Emilio Prados. De los combatientes se editó un volumen: Poesía en las trincheras, escrito por los soldados.

Cardoza y Aragón: Me parece muy importante el hecho de que a Picasso, uno de los más grandes artistas contemporáneos, España le haya tenido siempre un poco alejado, sin apreciarle o quererle como merece. Acaso por su postura se le consideraba como un desarraigado, como descastado, como afrancesado, dijéramos. Y tal hecho nos sitúa, súbitamente, en México, al considerar algunos de nuestros pintores que se les tiene como descastados, no mexicanistas, y algunos de nuestros poetas, y muchos de ellos, en mi opinión, de los mejores.

Gamboa: Esto nos llevaría muy lejos. Lo cierto, preciso, innegable, es que toda la intelectualidad española, los máximo pintores, músicos, poetas, escritores, están con la República, con el gobierno de la España leal.

Paz: Y no solo los intelectuales más valiosos de España, sino de Europa, incluyendo Alemania e Italia, y lo mejor de América Latina, del mundo todo.

Cardoza y Aragón: Lo de Picasso lo veo muy interesante, no porque me parezca extraña su adhesión al gobierno leal, sino por el contrario: infalible, cierta y profunda. Pero sobre todo porque con la lucha se ha comprendido mejor, y para muchos por vez primera, el españolismo extraordinario de Picasso. Y en esa lección algo debemos aprender para apreciar lo nuestro. Pienso en Orozco, en Siqueiros.

Pellicer: José Clemente Orozco y Diego Rivera me interesan más que los maestros contemporáneos de la pintura europea. Ya te conversaré de mi visita a la Galería Albertina, de Viena, para que se sepa, los que aún lo ignoran, lo que vale Orozco.

Paz: Luis Cernuda, para mí el mejor poeta de España en la actualidad, entre los poetas de la nueva generación, ha pasado meses en el frente. Serrano Plaja es ahora comisario en el Quinto Cuerpo del Ejército en Teruel. Le acompañan Lorenzo Varela y Sánchez Barbudo, secretario de redacción de Hora de España. Los artistas más exigentes, los más puros, han respondido perfectamente al llamado del pueblo. Serrano Plaja es el autor principal de la ponencia presentada colectivamente por los jóvenes poetas y escritores españoles al Congreso de Valencia. Creo que es un ensayo excelente.

Gamboa: Cada brigada posee su periódico impreso y su periódico mural. Los comisarios son los animadores, los trabajadores intelectuales de esta labor de las trincheras. Pablo de la Torriente Brau (3) fue muerto en el frente cuando desempeñaba su cargo de comisario.

Cardoza y Aragón: ¿Los católicos españoles y la guerra civil? ¿Qué me dices, Carlos, de ellos? ¿Sus contados intelectuales?

Pellicer: Lo mejor de España está con la República. Los testimonios son innumerables. Recordaré algunos nombres significativos entre los intelectuales católicos. Osorio Gallardo (4), José Bergamín, escritor de reputación europea, han defendido tesoneramente a la República. El canónigo Rocafull de la catedral de Córdoba, humanista eminente (5); el padre Luis Sarasola (6), viejo amigo de Unamuno, biógrafo de San Francisco de Asís. El gobierno de la República ha salvado a más de 80 mil objetos de culto.

Cardoza y Aragón: Comprendo. Hay ensayos, uno de ellos muy conocido, de Dujardin (7), en que nos demuestra con suma claridad y lógica perfecta que Cristo estaría con la España leal. (…) El fervor del español, fervor exasperado, hondo, lo encontramos en los anarquistas, en los marxistas, en los católicos, en los fascistas, pero el pueblo español se ha liberado de la Iglesia.

Paz: El dogmatismo católico ya no tiene fuerza.

Cardoza y Aragón: Eres tú, Carlos, el único escritor católico que nos interesa en México. Y por lo mismo tu viaje al Congreso de Valencia, tu opinión sobre la actitud de los católicos españoles (…) tiene singular importancia. (Sobre todo tú) que has vivido lejos de la política, interesado solo en la cultura.

Pellicer: la sesión inaugural del Congreso de Valencia se caracterizó por su fervor por la democracia. El discurso de Bergamín, el del holandés Johannes Brouwer (8), católicos ambos, fueron de los más importantes. Brouwer estuvo al principio con Franco, conoció perfectamente el pensamiento de los rebeldes, sus hechos. Es un escritor de reputación europea, su testimonio es de gran fuerza, irrefutable. Creo que en México se le conoce un poco por su obra sobre Cortés.

Paz: Recuerdo casi textualmente el letrero que vi sobre las fachadas de los templos en Castilla la Vieja: “Cuidad de los servicios de este edificio porque su belleza pertenece al pueblo español”.

Pellicer: No obstante la lucha, qué gran libertad hay en la España leal.

Paz: Se escribe, se publica todo. ¿Se conoce en México el poema “La insignia” de León Felipe? Grandes fragmentos me gustan, poéticamente por supuesto. Y esa es la única manera de gustar de la poesía.

Cardoza y Aragón: ¿Qué les parece la poesía joven de México en relación a la poesía joven de España?

Pellicer: No hay en México dos poetas jóvenes de la fuerza de Luis Cernuda y Rafael Alberti… aunque se enojen algunos muchachitos.

Paz: A propósito de lo circunstancial del noventa por ciento de la poesía española actual, quiero insistir, nuevamente, sobre la dignidad que posee esa poesía ocasional.

Cardoza y Aragón: Recuerdo haber leído en Hora de España un ensayo de Manuel Altolaguirre, sobre la poesía de los poetas más nuevos, de la poesía nacida en las trincheras. Altolaguirre regañaba a Miguel Hernández por la pobreza poética de algunas de sus estrofas.

Paz: Altolaguirre me dijo que muy pronto imprimirán un volumen inédito de Federico García Lorca, Poeta en Nueva York.

Cardoza y Aragón: ¿Y Neruda? ¿Tu viaje (Carlos) por la Europa Central?

Pellicer: Neruda es el más grande poeta joven de América. Estuve en Viena. Oí a Wagner y me parece ya insoportable. Me sigue gustando Tristán e Isolda. Recuerdo mucho mi visita al Museo Etnográfico. Las salas dedicadas a México son excelentes. En ellas se encuentra el penacho de Moctezuma, regalado por Cortés a Carlos V. Y hermosísimos mosaicos de plumas como no pueden verse en nuestro Museo Nacional.

Cardoza y Aragón: ¿(Carlos) qué ibas a decirme de tu visita a la Albertina en relación a José Clemente Orozco?

Pellicer: La Colección Albertina, de Viena, es posiblemente la mejor colección de grabados del mundo. El director de la colección me dijo que había adquirido dos litografías de Orozco y que consideraba dicha adquisición como la más valiosa de los últimos años.

Cardoza y Aragón: En México se le empieza solo a conocer.

Pellicer: Así son las cosas aquí.

Gamboa: Tenemos tan cerca ciertos valores que no nos damos muchas veces cabal cuenta de lo que representan y realmente valen.

Cardoza y Aragón: El Estado debería pasar mensualidades a unos cuantos hombres que tenemos para que, sin preocupaciones, se dedicasen a hacer lo que les viniese en gana, en vez de andar dando clasecillas.

Paz: No puedo olvidar nuestra visita en La Habana a Juan Ramón Jiménez. Su conversación fue una interrogación constante acerca de sus amigos en España. Al presentarle a Carlos Pellicer, le dio un abrazo y le dijo que saludaba al gran poeta de América. Y a propósito de las cosas que pasan en México, Pellicer envió Hora de Junio, al certamen anual de literatura, para competir en los premios nacionales. Y participó también en los Juegos Florares de Monterrey con resultados semejantes, (en ambos casos no obtuvo el premio).

Cardoza y Aragón: Nada más natural. Tales certámenes no nos prueban nada.

Gamboa: Se vuelven, con exagerada frecuencia, asuntos políticos. Y están viciados desde las bases de organización hasta la integración del jurado.

Cardoza y Aragón: Hay un nuevo plan para la organización de estos premios de literatura. Y una nueva ley acerca de la propiedad artística. Creo que esta vez, con un buen jurado, habrá de tener buen éxito.

Pellicer: Se diría que (en esta conversación) nos hemos olvidado del más grande músico de México: Silvestre Revueltas.

Cardoza y Aragón: Lamento mucho no haberle visto. Será más tarde. Cuando se alivie. Sé que llevó un diario durante su viaje y permanencia en Europa. Revueltas escribe muy bien, muy inteligentemente. Tiene mucha ironía, ironía sana, esa agilidad mental y peculiar de los gordos con talento. Seguridad, certeza y decisión.

Paz: Triunfo positivo fue el de Revueltas. ¿Quién que le trate no admira su talento, su gran capacidad creadora, su temperamento que se manifiesta siempre? Una gran personalidad. Y auténticamente nuestro.

Pellicer: Un ángel gordo. Alguna vez le habrán de salir alas.

De izquierda a derecha, Juan de la Cavada, Silvestre Revueltas y José Chávez Morado a bordo de un barco hacia España. (BDSR)


Paz

: la Sociedad Filarmónica de Madrid le hizo miembro honorario. Dio una serie de conciertos: en Valencia, con la Orquesta Sinfónica; en Madrid, con la Sinfónica de Madrid, no sé si cuatro o más. No recuerdo muy bien. Y luego dos conciertos de música de cámara en Madrid, así como dos transmisiones para América, con la Sinfónica de Madrid. De lo que más me gusto fue su 

Duelo a García Lorca

.

Gamboa: Cuando Revueltas estuvo en París se proyectó en esos mismos días la película Redes (9). La música gustó muchísimo también.

Paz: Darius Milhaud (10), a través de Robert Desnos y Alejo Carpentier, buscó a Revueltas. Le interesó tanto su música que por medio de la Casa de la Cultura de París, se hizo lo posible por organizarle unos conciertos, para que Revueltas dirigiera algunas de sus obras. Desgraciadamente, por falta de entendimiento y apoyo de ciertas gentes nuestras, y en ocasión tan singular, no fue posible organizarlos.

Cardoza y Aragón: He leído algunas críticas europeas sobre Redes. En todas se comenta la música de Revueltas. Veré si quiere darme algunas cuartillas de su diario. Quisiera publicar también el romance que Pellicer leyó en una de las sesiones del Congreso.

Pellicer: La leí con fervor, pero apresuradamente. No tengo ni original, ni copia. Además, no me gusta nada.

Paz: Hay una versión estenográfica.

Cardoza y Aragón: ¿Y ahora aquí, (todos ustedes) en México?

Pellicer: A dar clasecillas.


*Título de la Redacción

Notas:

  1. Se refiere al Guernica, y a la Exposición Internacional de París en 1937. Aquí Luis Cardoza y Aragón atina al señalar que la pieza se convertiría en una de las obras fundamentales del arte español del siglo XX.
  2. José Gutiérrez-Solana, pintor expresionista español (1886). También participante en el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París en 1937. No tuvo tiempo, como lo sugería aquí Fernando Gamboa, de convertirse en el gran pintor de la Guerra Civil, murió en 1945.
  3. Escritor y periodista cubano, murió a los 35 años de un tiro en el pecho al combatir del lado republicano en la batalla de Majadahonda.
  4. Ángel Osorio y Gallardo, abogado y político demócrata cristiano. Formó parte del gobierno de la República en el exilio al término de la guerra, y murió en Argentina en 1946.
  5. El canónigo José María Gallegos Rocafull fue expulsado de la Iglesia católica española por su apoyo a la República, al término de la guerra se exilió en México donde fue profesor de filosofía en la UNAM. Murió en la Ciudad de México en 1963.
  6. Luis Sarasola Acarregui (1883-1942), fraile de la orden franciscana, teólogo e historiador vasco, apoyó a la República y viajó al estallar la guerra a los Estados Unidos. En 1938 fue invitado como catedrático en Historia de España por la Universidad de Columbia. Murió en 1942 recluido en un monasterio franciscano en Cuba.
  7. Edouard Dujardin, escritor simbolista francés (1861-1949).
  8. Johannes Brouwe, escritor e hispanista holandés (1898-1943).
  9. Redes (1936) dirigida por Fred Zinnemann y Emilio Gómez Muriel.
  10. Compositor francés (1892-1974).

ÁSS

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