El PEN Internacional, asociación de escritores fundada en Londres en 1921, cuenta con más de 170 centros en 100 países, entre éstos el Centro México, que abrió sus puertas en 1923 impulsado por Alfonso Reyes. El PEN Club ha jugado un papel sustantivo en la lucha por la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos de periodistas y escritores. En este sentido, y ante las circunstancias sociales, el PEN México tiene en sus manos una gran responsabilidad.
En mayo, al término de la gestión de Magali Tercero como presidenta del PEN México, se convocó a sus 45 miembros a participar en una votación por correo electrónico en la que contendieron dos candidatos: los poetas María Rivera y Pedro Serrano. El conteo favoreció a la primera, pero surgieron voces impugnando el proceso, aunque ninguna se expresó en el seno del Centro México. La nueva presidenta entró en funciones. Entretanto, el caso llegaba a los más altos niveles del PEN Internacional.
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En las denuncias se habló de corrupción, miembros registrados de último momento y cuotas pagadas con premura. Durante los meses de junio y julio, según se asienta en un comunicado del PEN México a sus miembros, Magali Tercero recibió notificaciones del director ejecutivo del PEN Internacional, Carles Torner, sobre la detección de irregularidades en la jornada electoral. El Centro mexicano asegura no haber recibido impugnaciones de sus miembros y explica que “las supuestas irregularidades referidas por Torner consisten en que Tercero publicó, en el informe final de la jornada, para dar certeza y transparencia al proceso, el sentido de todos los votos; y que nuevos miembros, incorporados antes de la jornada electoral, tomaran parte en el proceso. Ninguna de estas acciones constituye una violación a nuestros estatutos”.
El 8 de agosto, se informa a Magali Tercero sobre la decisión de proponer a la asamblea de delegados del próximo congreso internacional, en Manila, Filipinas, la suspensión del PEN México. La respuesta de la parte mexicana consta en una carta fechada el 25 de septiembre, dirigida a Jennifer Clement, presidenta del PEN Internacional; Katlin Kaldmaa, secretaria, y Carles Torner, director ejecutivo. “Rechazamos tajantemente que durante nuestro proceso electoral se haya incurrido en alguna irregularidad”; y más adelante, haciendo referencia a la violación de privacidad de los correos electrónicos, declaran: “Estos acontecimientos constituyen una maniobra de intromisión en la vida interna de nuestra organización, completamente inaceptable”. En el mismo escrito, que incluye, al final, los nombres de quienes conforman la asamblea PEN México, entre otros Homero Aridjis, Víctor Manuel Mendiola, Aurelio Asiain, Elsa Cross y Gabriel Zaid, lamentan que “en las condiciones de brutal violencia que atraviesa México, el PEN Internacional intente inhibir los canales de comunicación entre escritores mexicanos y de otras latitudes, capaces de incidir, con su solidaridad, en la defensa de la libertad de expresión que es cotidianamente vulnerada en nuestro país por fuerzas criminales”.
En los párrafos finales, el PEN México presenta una “enérgica protesta al comité directivo del PEN Internacional por su intromisión en la vida interna del PEN México y alerta a todos los demás Centros PEN de los riesgos y peligros para su autonomía y libertad, bajo su indebida política intervencionista”.
Fechada el 5 de octubre, desde Manila, Filipinas, el PEN Internacional envía a Magali Tercero un comunicado en el que informa que “la Asamblea de Delegados votó la suspensión de PEN México”, y aclara que la presidenta internacional se abstuvo del proceso y la votación.
Ante el aviso oficial de suspensión firmado por Katlin Kaldmaa, que se hace público el 8 de octubre, el Centro mexicano da a conocer su postura. Informa que el PEN Internacional se niega a dar respuesta a las denuncias de intervención, violación de su autonomía y censura, “hechos que dieron origen a una represalia autoritaria, concretada en la suspensión del Centro”. Enseguida se refiere a la utilización ilegal del PEN México, “usando su nombre en comunicados internacionales, sin autorización”, como es el caso del conflicto de Cataluña que llevó a la renuncia de Mario Vargas Llosa al PEN Internacional, o la liberación del político kurdo Selahattin Demirtas, afirmando que el PEN México lo había adoptado como miembro honorario. “Nuestra organización”, concluye, “continuará trabajando conforme a su autonomía jurídica, con independencia intelectual de cualquier clase de intromisión”.
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En una conversación telefónica, el escritor y activista ambiental Homero Aridjis, presidente emérito del PEN Internacional, lamentó la suspensión del PEN México, del que también fue presidente, y consideró que fue “una decisión grave y arbitraria”. Él mismo, dijo, emitió su voto en las pasadas elecciones a las que calificó de “limpias y transparentes”. Consideró, además, que el caso tendría que haberse sometido a debate en el congreso antes de tomar una decisión unilateral sin la presencia de delegados del PEN México. Finalmente, concluyó, el PEN México, más que nunca, es necesario como un bastión de la libertad de expresión y defensa de los derechos humanos.
Jennifer Clement, presidenta del PEN Internacional, y María Rivera, presidenta del PEN México, accedieron a entrevistas exclusivas para Laberinto.
Declara Jennifer Clement:
“Se han violado normas universales de una elección democrática. Son hechos comprobables que hay miembros registrados de último momento y cuotas pagadas con premura, así como que a miembros de antaño no les fue cobrada su membresía a tiempo. De esto se conforman las denuncias y sí, tenemos pruebas. La elección se impugnó de forma abierta, es decir, con la membresía, y se habló abiertamente a los miembros de las irregularidades un día antes de que cerrara el proceso. Lo único que encontraron los miembros que alzaron la voz fue un rotundo rechazo, y por eso fueron con las autoridades de PEN Internacional. Entiendo que Pedro Serrano esperó a que la investigación tuviera lugar, porque estaba enterado de las denuncias de otros miembros y se mantuvo al margen. Al saber que los resultados confirmaban las irregularidades, ha manifestado abiertamente su rechazo y ha aclarado su postura”.
Por otra parte, María Rivera asegura que “ningún miembro se suscribió al PEN México el mismo día de las elecciones”, y añade: “La confusión proviene de la mentira asentada en el comunicado del PEN Internacional, en el que dicen que cierto número de personas votaron en las elecciones al mismo tiempo que entraban a formar parte del Centro PEN México. Esto es completamente falso. Los nuevos miembros de PEN México se incorporaron antes de las elecciones que se llevaron a cabo del 29 de mayo al 1 de junio. El PEN Internacional hizo un uso indebido y mentiroso de la información de las elecciones al hacer público el sentido de los votos con la intención de desprestigiarnos y cuestionar la legalidad de nuestro proceso. Nuestra elección no fue impugnada en nuestra asamblea por absolutamente ningún miembro”. Y sobre el caso de Serrano, dijo: “Pedro Serrano se postuló como candidato a las elecciones y perdió. Teniendo el derecho para hacerlo, tras las elecciones, no impugnó el proceso electoral ante nuestra asamblea. Serrano renunció al PEN México en septiembre”.
Al preguntarle sobre la posible violación de los estatutos que rigen al PEN México, Jennifer Clement responde:
“Hay normas de gobernanza que se dan por descontado en los estatutos de cualquier organización en pro de los derechos humanos en el mundo para llevar a cabo una elección democrática. No violar el secreto de voto y no inscribir nuevos miembros cuando el voto ya empezó son normas de gobernanza básicas de un proceso electoral. Esas son las razones por las que la secretaria internacional presentó a la asamblea la propuesta de suspender a PEN México”.
Para María Rivera, “la suspensión es una represalia autoritaria ante las denuncias que PEN México formuló sobre una serie de actos indebidos cometidos por PEN Internacional en perjuicio de PEN México, y ante el fracaso manifiesto de su directiva, encabezada por la estadunidense-mexicana Jennifer Clement, su máxima autoridad, y ex presidenta de PEN México, de apoderarse de nuestra organización para convertirla en dócil instrumento ante las asociaciones indebidas que han hecho con gobiernos y causas políticas en todo el mundo. Específicamente, con el gobierno de México, buscaban desaparecer la independencia intelectual y política de PEN México”.
El PEN México refiere también la versión de una actitud revanchista derivada de su postura frente al caso de la causa independentista catalana y la renuncia de Mario Vargas Llosa.
Para María Rivera, “el deslinde de PEN México del comunicado en el que usaron nuestro nombre sin autorización (para apoyar a los catalanes) evidenció que PEN Internacional estaba mintiendo en sus comunicados como lo denunció la ex presidenta Magali Tercero y también Mario Vargas Llosa en su carta de renuncia. Mintieron de igual modo cuando informaron que PEN México había elegido como miembro honorario al político kurdo Selahattin Demirtas, cosa totalmente falsa. La presidenta de PEN Internacional utilizaba a PEN México como si fuera de su propiedad y les molestó que lo hayamos hecho público en enero de este año”.
Jennifer Clement asegura: “No sé qué relación puede tener una cosa con la otra. Mi informe a la asamblea detalló la correspondencia con Vargas Llosa en enero a raíz de mi visita a la cárcel a dos escritores catalanes y el comunicado de prensa presentado a continuación. Pero no levantó el más mínimo debate en la asamblea, puesto que se trata de un caso básico de vulneración de la libertad de expresión que así también es vista por International Trial Watch, Amnesty International y el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas, entre otros. Los centros de PEN y especialmente el comité de escritores encarcelados siguen muy de cerca la situación de los dos presos”.
Si bien los Centros PEN son autónomos e independientes, la presidenta del PEN Internacional reitera que “esa autonomía es esencial. Cada Centro desarrolla sus formas de organizarse, su participación en los comités y campañas de PEN Internacional y su programa de actividades, pero la autonomía no exime a ningún Centro de seguir las normas de gobernanza de PEN ni de entablar un diálogo con nuestras estructuras internacionales cuando surge un conflicto”.
¿Puede funcionar el PEN México sin el aval del PEN Internacional? María Rivera responde: “PEN México es una institución autónoma e independiente de escritores mexicanos, con personalidad jurídica propia, regida por sus estatutos y, como tal, su funcionamiento no depende de PEN Internacional”. Para Jennifer Clement “no parece que tenga sentido seguir sus labores al margen de PEN Internacional”.
Para finalizar, le pregunto a Jennifer Clement ¿qué significa la suspensión del Centro México?
“Dejarán de formar parte de nuestras actividades internacionales. La secretaria internacional ha manifestado la voluntad de entablar un diálogo con la esperanza de que algún día la suspensión pueda ser levantada por otro voto de la misma asamblea”.
¿No habrá marcha atrás en la decisión de suspender al PEN México? “La Asamblea de Delegados siempre puede levantar la suspensión con un nuevo voto, puesto que la asamblea es soberana. Para que eso ocurra, imagino que convendría que un diálogo fructífero se entablase y desapareciesen las razones que llevaron a la suspensión de PEN México en el congreso de Manila”.
María Rivera respondió en los siguientes términos: “Nuestra organización continuará trabajando conforme a su autonomía jurídica, con independencia intelectual de cualquier clase de intromisión y, como desde 1923, defendiendo los principios de la libertad de expresión y la libre circulación de las ideas, oponiéndose a cualquier forma de censura, defendiendo una prensa libre, y ejerciendo la crítica de gobiernos, administraciones e instituciones”.
¿Estarías dispuesta a renunciar a la Presidencia del PEN México y llamar a nuevas elecciones en caso de que se requiriera como una forma de legitimar a la institución?, le pregunto.
“PEN México es una institución totalmente legítima, con personalidad jurídica propia y tiene enorme importancia histórica. Por supuesto, no me prestaría a ser cómplice de la inaceptable intervención ni de la flagrante violación de nuestra autonomía, ni a negociar su independencia intelectual, cediendo ante la arbitrariedad y la injusticia”.
Respuesta de Maria Rivera al reportaje publicado por Laberinto
Estimado José Luis Martínez S.
He leído el reportaje de la periodista Guadalupe Alonso, publicado el día de ayer 18 de octubre en el sitio electrónico de Milenio, titulado “La disputa por el PEN México” para el que fui entrevistada. En él, para mi sorpresa, encuentro omisiones graves, imprecisiones y falsedades. La información, de carácter público, puede corroborarse a través de los siguientes comunicados:
- https://penpiensa.com/2019/10/07/pen-mexico-denuncia-la-intervencion-violacion-de-su-autonomia-y-censura-de-pen-internacional/
- https://penpiensa.com/2019/10/09/787/)
Asimismo, la entrevista que concedí para el reportaje fue recortada, por lo que le solicito sea publicada esta carta.
1) No es verdad que haya habido “denuncias de corrupción” como señala la cabeza del reportaje. Ningún miembro de nuestra asamblea levantó ninguna denuncia tras las elecciones, de ninguna naturaleza, en ningún lugar. Las “denuncias” que PEN Internacional aduce son anónimas y no es información pública. La periodista presenta como hechos objetivos, con mínimo rigor periodístico, la versión de PEN Internacional.
2) PEN México denunció a PEN Internacional en comunicado del día 6 de octubre por la intervención, violación y censura de la que fue víctima. La periodista Alonso omite este comunicado y asienta, en su cronología esta falsedad “ante el aviso oficial de suspensión firmado por Katlin Kaldmaa, que se hace público el 8 de octubre, el Centro mexicano da a conocer su postura”.
3) Alonso omite del reportaje, inconcebiblemente, la denuncia que PEN México hizo de la de la intervención de PEN Internacional en su proceso electoral, cometida por una empleada de la organización, contenida en nuestros comunicados. Cito la parte de la entrevista que Alonso suprimió: “La falsa 'impugnación' de las elecciones de PEN México fue fabricada desde el PEN Internacional por Alicia Quiñones, empleada del organismo internacional, y miembro de PEN México. Fue ella quien bajo acoso, amenazas y mentiras, anunció, una hora antes de que se cerrara la elección, que PEN Internacional suspendería a PEN México, desconocería a su presidente, tras obtener información del correo donde se recibían los votos, manipulándola y utilizándola para que PEN Internacional pudiera intervenir en nuestra organización”.
4) Fue el propio PEN Internacional quien creó la falsa acusación, el caso no llegó a sus “más altos niveles”, sino que se fraguó desde los más altos niveles de PEN Internacional a través de la empleada de la presidente Jennifer Clement, quien gestionó la acusación. PEN México cuenta con la documentación probatoria.
5) El reportaje omite, asimismo, las denuncias que PEN México hizo de la ilegal intervención de la secretaria internacional Katlin Kaldmaa en nuestras comunicaciones privadas, y la censura política cuando en agosto de este año PEN Internacional rechazó nuestra resolución —suscrita por PEN San Miguel y PEN Guadalajara— en la cual denunciamos, además de la violencia que sufren los periodistas en nuestro país, los constantes ataques y descalificaciones hacia la prensa, y los defensores de derechos humanos, llevados a cabo por el actual gobierno de México.
6) Es falso que se haya enviado la convocatoria a 45 miembros. La periodista confunde el número de miembros actuales con los que tenía en ese entonces PEN México e ignora el número de miembros activos que contaban con derecho a voto. Asimismo, la ex presidente Magali Tercero no “recibió notificaciones” del director ejecutivo del PEN Internacional, Carles Torner, sino que entabló comunicación escrita con él.
7) Cabe aclarar que las elecciones no fueron “impugnadas” por nadie. El único espacio legal para crear una “impugnación” es dentro de la organización mexicana, en nuestro país, no en Londres. Reproduzco lo que dije en la entrevista que la señora Alonso editó: “Ninguno de los hechos señalados por PEN Internacional son irregulares, ni indebidos, ya que no incumplen con nuestros estatutos, que son las normas legales que rigen la vida interna de nuestra organización y no las 'ordenanzas' de PEN Internacional, que no tienen ningún carácter legal en PEN México”.
Con respecto a los dichos de la señora Jennifer Clement, sólo cabe aclarar lo que son, francas mentiras: no hubo ninguna impugnación de la elección en PEN México, no es verdad de que las normas de “gobernanza” rijan a los centros PEN, que son autónomos; no hay “normas universales”, sino estatutos y leyes de los países. Como la periodista Guadalupe Alonso no le hizo las preguntas obvias, le dejo a continuación las preguntas que cualquier periodista le hubiese hecho:
1. ¿Por qué el PEN Internacional tomó, sin autorización, la voz y el voto del PEN México para apoyar la lucha catalana y, en otro momento, para integrar a un político turco como miembro honorario de la organización mexicana?
2. ¿Por qué la presidenta del PEN Internacional, que fue presidenta del PEN México, en su administración mexicana dio por buenos los estatutos y los procedimientos que rigieron de idéntica manera la elección que la llevó a ser presidente del PEN México, y ahora los considera no válidos?
3. ¿Por qué los estatutos PEN México, que tienen validez legal, deberían ser anulados por las supuestas ordenanzas del PEN Internacional, que no tienen validez legal en los países del mundo?
4. ¿Cómo es posible que la Sra. Alicia Quiñones supiera desde antes de que concluyera el proceso electoral que el PEN México sería suspendido, si no ganaba su candidato, como queda constancia en su amenaza?
5. ¿Por qué la Sra. Quiñones maneja los envíos de información de Katlin Kaldmaa, secretaria internacional del PEN internacional, como lo evidenció el periódico Reforma en su nota publicada el 9 de octubre?
El Sr. Mario Vargas Llosa tiene razón: el PEN Internacional es mentiroso y levanta calumnias. Ninguna prueba más clara y contundente de la intervención y el conflicto de interés de su presidente, que este reportaje donde Jennifer Clement se exhibe asentando hechos falsos sucedidos en un centro autónomo, defendiendo a un candidato local, como si fuese un cacique y no la presidente de una organización internacional.
María Rivera
Presidente
PEN México
Sr. José Luis Martínez S.,
Con respecto a la carta de María Rivera sobre mi reportaje “La disputa por el PEN México”, publicado el día de ayer en la edición digital del suplemento Laberinto, reconozco el error de haber mencionado 45 miembros votantes, pero no comparto sus puntos de vista acerca de mi trabajo, que en todo momento busca el equilibrio al abordar la controversia entre el PEN México, presidido por María Rivera, y el PEN Internacional, presidido por Jennifer Clement. Las dos escritoras fueron entrevistadas por escrito y en ambos casos, por cuestión de espacio, las entrevistas fueron editadas, sin alterar en ningún momento sus ideas.
No deseo extenderme más ni participar en ninguna polémica, por lo que remito a los interesados al mencionado trabajo.
Atentamente:
Guadalupe Alonso Coratella
ÁSS