Se le ve segura, empuñando la katana con firmeza. La mirada incisiva y la sonrisa casi engreída: Lola Vendetta está presta para el ataque.
A primera vista, la portada de Katanazo al Amor Romántico —la nueva novela gráfica de Raquel Riba Rossy— sugiere que nuestra querida protagonista volverá a poner en su lugar a machos, rabo verdes y malandrines violentadores. Lo que desconocemos antes de sumergirnos en estas páginas es que esta vez a Lola Vendetta no le será suficiente el filo de su katana para combatir las tinieblas que la acechan.
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Hay quienes piensan con palabras sobre el papel en blanco. Nacida en Igualada —un municipio de Barcelona—, Raquel Riba Rossy (1990) da forma a sus ideas a través de viñetas. En 2013, más o menos un año después de graduarse en Bellas Artes en la Universitat de Barcelona, creó a Lola Vendetta como una manera de expresar su frustración ante situaciones cotidianas de abuso y microviolencias. Su popularidad se extendió rápidamente en redes sociales, circunstancia que le permitió conectar con mujeres de habla hispana en todo el mundo.
A estas alturas, Lola Vendetta ya no es solamente un personaje de cómic. Por su resonancia y alcance, se ha convertido en una voz poderosa que visibiliza las injusticias y los mandatos sociales que afectan a tantas mujeres en el mundo. Con su katana, Lola desafía a sus enemigos de manera firme y a veces absurda. Al mismo tiempo, pone de manifiesto la violencia de género y los estigmas que aún pesan sobre el cuerpo femenino.
En Katanazo al Amor Romántico, publicado por Planeta Cómic, Raquel nos muestra a una Lola Vendetta vulnerable que se enfrenta a un monstruo del pasado: una historia de abuso que nunca había compartido. En medio de una pandemia mundial y una separación personal, Lola busca reconectar consigo misma en un viaje hacia el autoconocimiento y la sanación. Conversé sobre eso y otros temas con Raquel Riba Rossy.
Quiero empezar preguntándote sobre el nacimiento de Lola. ¿Qué pasaba entonces en tu vida?
Yo estaba saliendo de la Facultad de Bellas Artes. En la carrera no me dejaban practicar mucho la ilustración, la consideraban un arte menor. Cuando terminé, me apunté a un curso de ilustración en la Escuela de la Mujer en Barcelona. Fue en ese contexto, viviendo sola en la ciudad, cuando empecé a sentir mucho enfado por situaciones que me sucedían, como el acoso en el metro. Llegaba a casa y me desahogaba dibujando. Así nació Lola Vendetta, como una forma de canalizar esa rabia.
¿Qué impacto tuvo Lola en ese entonces?
Empezó como una forma de reírme de situaciones violentas y surrealistas que vivíamos mis amigas y yo. Dibujar a Lola me daba una sensación de poder en mi vulnerabilidad. Con el tiempo, empecé a desarrollar más el personaje, dándole una familia, una personalidad más compleja. Pero al principio, fue una respuesta visceral a esas experiencias. En un momento dado, llegué a casa después de un incidente en el metro y empecé a dibujar a una Lola que se vengaba de los abusadores de manera exagerada. Eso me dio un sentido de poder y de control sobre mi vida.
¿Qué pasó cuando te diste cuenta de que Lola resonaba en otras partes del mundo?
Fue sorprendente recibir mensajes de mujeres de distintas partes del mundo diciendo que se sentían identificadas. Me decían: "Dios mío, soy yo. He pensado tantas veces en hacer algo así". Esto me hizo ver que las situaciones que vivía no eran aisladas, sino universales. Este reconocimiento fue un impulso para seguir desarrollando el personaje. Me di cuenta de que muchas mujeres compartían esas experiencias y emociones, y que Lola podía ser una voz para todas ellas.
En este libro, Lola enfrenta situaciones muy duras, pero también tiene una red de apoyo. ¿Qué importancia le das a estas redes en la vida real?
Las redes de apoyo son fundamentales. Los maltratadores suelen aislar a sus víctimas, y recuperar el poder viene de tener personas alrededor que te sostienen y te validan. En el libro, quise reflejar esto mostrando cómo Lola, a pesar de su vulnerabilidad, encuentra fuerza en su red de amigas. Una de las grandes estrategias de los maltratadores es aislar a sus víctimas, hacerles creer que no tienen a nadie. Pero cuando te das cuenta de que tienes una red de apoyo, recuperas tu fuerza y tu capacidad para enfrentarte a la situación.
¿Cómo fue el proceso de hacer a Lola más vulnerable en esta novela gráfica?
Fue complicado. Lola siempre fue un personaje fuerte y chulesco, pero en este libro quise mostrar su vulnerabilidad extrema. Decidí que viviera un trastorno postraumático porque muchas mujeres fuertes también pasan por estas situaciones. Quería que se viera reflejada esa fortaleza y vulnerabilidad. Fue una decisión consciente mostrar que incluso las personas más fuertes pueden ser afectadas por el maltrato. No quería que solo las mujeres más vulnerables se sintieran identificadas, sino también aquellas que son fuertes y líderes en sus campos.
En el libro también introduces a la muerte como un personaje con acento argentino. ¿Qué te llevó a darle esta característica?
Me encanta jugar con personajes mitológicos. La muerte, en mis libros, es una niña pequeña con ansiedad, lo que le quita el miedo que normalmente inspira. Es una manera de tratar temas serios con humor y darle un giro inesperado. La muerte tiene un papel importante en el libro, representando esos momentos de desesperación y vulnerabilidad, pero también mostrando que hay un lado humorístico y absurdo en todo esto.
¿Qué papel juega la música en esta obra?
Siempre he querido poner banda sonora a mis libros. Durante el confinamiento, grabé un álbum con canciones que ya tenía en mente. Fue un proceso de colaboración con un productor y ahora esas canciones complementan la historia de Lola, dándole una dimensión extra. La música siempre ha sido una parte importante de mi vida y quería que también formara parte de mis obras. Las canciones reflejan las emociones y los momentos clave de la historia, añadiendo una capa adicional de profundidad.
¿Tienes planes para el futuro en cuanto a la música y la ilustración?
Me encanta crear música, pero no quiero hacer giras interminables. Prefiero crear música para mis libros y hacer conciertos esporádicos. Mi prioridad sigue siendo la ilustración y contar historias a través de mis personajes. Crear música es algo que disfruto, pero quiero hacerlo de una manera que no interfiera con mi vida personal y mi trabajo principal como ilustradora.
ÁSS