Latonia Moore: “He ganado el Grammy dos veces, trato de seguir creciendo como persona”

Entrevista

La soprano texana participa en la ópera 'Dead Man Walking', de Jake Heggie, que podrá verse en transmisión en vivo este 21 de octubre en el Auditorio Nacional.

Latonia Moore, soprano estadunidense. (Karen Almond | Met Opera)
Ciudad de México /

Dos veces ganadora del Grammy, Latonia Moore forma parte por tercera ocasión en cuatro años del elenco del título que abre la temporada de la Metropolitan Opera House de Nueva York, hoy con Dead Man Walking (2000), de Jake Heggie, arranque también de sus transmisiones en vivo a todo el mundo.

“Aunque mi personaje de Hermana Rose no canta mucho, ella es el punto de toda la ópera: enseña a la Hermana Helen que no todo el perdón viene de Dios; nosotros también juzgamos y tenemos que mostrar compasión, perdonar y dar oportunidad a la redención”, explica la soprano de Porgy and Bess y Fire Shut Up in My Bones, que ganaron el Grammy a Mejor Grabación de Ópera, y de Champion.

Además, el estreno de esta ópera en el teatro neoyoquino, con libreto de Terrence McNally basado en el libro homónimo de la religiosa Helen Prejean sobre Joseph De Rocher, condenado a muerte por asesinato, será la cuarta ocasión también que Latonia Moore aparezca en transmisiones en vivo desde aquel 2012 cuando tuvo que reemplazar a la lituana Violeta Urmana en el personaje epónimo de Aída.

“Fue algo muy extraño. Porgy and Bess (en 2019) sí estaba considerada para la apertura, pero Fire Shut Up in my Bones (en 2021) no; Peter Gelb (gerente general de la MetOpera) cambió de opinión y dijo que era muy importante, después de la pandemia, reabrir con algo positivo, con una historia estadunidense. Dead Man Walking tampoco se suponía que abriría temporada, se iba a estrenar hace tres años pero fue cancelada por la pandemia. Además, será la cuarta transmisión en vivo de una ópera mía (con su debut en Aída, 2012). Soy muy afortunada. Me siento muy honrada de pertenecer a la familia de la MetOpera, es muy especial, siempre soñé con estar aquí, es el sueño de todo cantante”.

Texana, con mexicanos en su familia, fanática de la zarzuela, ansiosa de ver esta temporada Carmen y la primera ópera en español en la MetOpera, Florencia en el Amazonas, se declara opera mom y opositora a la pena de muerte, vigente en 27 estados de su país; sin embargo, con sinceridad admite que “vaciló” al conocer las historias de familiares de las víctimas de De Rocher en la preparación de Dead Man Walking, una historia que Tim Robbins llevó ya al cine en 1995 con Susan Sarandon y Sean Penn.

En conversación con Laberinto, la soprano está feliz con la apertura a cantantes y compositores negros en la principal casa de ópera de Estados Unidos y una de las de mayor prestigio del mundo, que —como dijo antes Terence Blanchard a este reportero— atribuye a la pandemia y al asesinato de George Lloyd.

La ópera en dos actos podrá verse en México este sábado 21 de octubre, a las 11 horas, en el Auditorio Nacional, recintos estatales y salas de cine, en producción de Ivo van Hove, con Joyce DiDonato (Hermana Helen), Ryan McKinny (Joseph De Rocher), Susan Graham (Madre de De Rocher) y Latonia Moore (Hermana Rose), bajo la batuta de Yannick Nézet-Séguin, director artístico de la MetOpera.

Dead Man Walking inaugura así la temporada 15 de transmisiones de la MetOpera en México desde 2008, que esta vez tiene una importancia mayor, pues podrá verse el sábado 9 de diciembre Florencia en el Amazonas, la primera ópera en ese escenario cantada en español, de un mexicano, Daniel Catán.

¿Quién es Hermana Rose?

En Dead Man Walking no es un personaje que cante mucho, pero ella es el punto nodal de toda la ópera: es la primera que menciona que el perdón viene de dentro. Hermana Helen dice todo el tiempo que el perdón solo viene de Dios, que solo Dios puede juzgar, pero, la verdad es que nosotros juzgamos, así que cuando alguien está en problemas y reza a Dios, puede rogar todo lo que quiera, pero si quieres una respuesta real, física, verbal, sería una respuesta existencial, un sentimiento espiritual. La diferencia aquí es que Hermana Helen representa a Dios, al Espíritu Santo; y yo, Hermana Rose, tengo que enseñarle a ella que no todo es perdón de Dios, que tú tienes que perdonar, tú tienes que mostrar compasión y dar oportunidad a la redención. Y de perdón, compasión y redención trata esta ópera.

¿Cómo describiría en conjunto la música de Heggie?

Cuando me pidieron hacer esta ópera, primero vi toda la partitura, no solo mis partes, sino las de todos. La partitura era tan hermosa cuando la estaba leyendo. Comparadas las líneas vocales con la orquestación, noté que no estaban muy dobladas por los instrumentos de la orquesta. Así que no tenía que gritar ni competir con las 80 personas que están en el foso de la orquesta. Jake fue muy inteligente y brillante para escribir estas líneas vocales de bel canto primero y después la orquestación. Viendo a futuro, todo compositor debería aprender de él, es muy importante. Incluso gente como Puccini no siempre se preocupaba por la voz, hay pasajes en que la orquestación de Turandot o Madama Butterfly es muy grande, y los cantantes de ópera no usamos micrófono. La partitura es muy clara; Heggie tenía la idea del bel canto y puso la voz primero. Oh, Dios, es música muy hermosa, en específico para mi personaje, para mi técnica vocal, casi demasiado dulce, está tan maravillosamente escrita. Como soprano, mi voz es baja, pero aquí se mantiene alto, más bella, más fuerte. Disfruté mucho.

Igual que sus óperas anteriores, Dead Man Walking trata sobre gente real. ¿Cómo maneja eso?

Es algo difícil. En Fire Shut Up in my Bones, Champion y Dead Man Walking traté de incorporar características de la gente real, pero mi interpretación es la que quedó. Sí, tomé cosas de la gente real, pero mi trabajo es dar vida al personaje como yo lo veo. Hago el mismo acercamiento con personajes no vivos o que nunca lo estuvieron, como Cio-Cio San, que no está basado en una chica llamada Cio-Cio San, pero sí en una mujer real que vivió en Nagasaki en el siglo XIX. Sí hay un poquito de mí, pero tomando en cuenta cómo sería una geisha. Mi es trabajo cantar al personaje, traerlo a la vida, yo soy la humana, el ser vivo que lo está haciendo. Y si lo voy a hacer creíble tiene que haber mucho de mí en él.

Todos los cantantes de ópera, Yo, Latonia, somos capaces de traer personajes a la vida, incluyendo a Madama Butterfly, porque como verás no soy Madama Butterfly para nada, ja, ja, ja. Soy una mujer negra, de 45 años, pero la encarno como si realmente fuera ella. Es el mismo acercamiento que hago con Tosca o con Hermana Rose, siempre tiene que haber algo de mí en ellas. Hermana Rose tiene líneas muy elaboradas, dice, por ejemplo: “A veces perdonar está en los gestos más pequeños”. Entonces, tuve que encontrar mi propia manera de decirlo, no solo por el sonido, sino que debe venir de lo más profundo de mí. Si solo interpreto al personaje y pretendo ser alguien más, eso es falso. Mi trabajo es hacerte creer que soy real, quién digo que soy y, para ser, tengo que ser el personaje.


¿Qué conexión encuentra entre sus personajes de Serena (Porgy and Bess), Billie (Fire Shut Up in my Bones) Emelda (Champion) y Hermana Rose (Dead Man Walking)?

Que todas son negras, ja, ja, ja. Pero son mujeres diferentes. Serena —en la ópera dicen que tiene hijos, no se sabe cuántos, pero en el libro tiene ocho— es muy pobre, lucha por sobrevivir, esa es toda la historia. Billie Blow, con cinco hijos, tiene que trabajar en una fábrica y lidiar con marido que la engaña; o Emelda Griffith, que abandonó a todos sus hijos para andar con más hombres, no tiene que ver nada con Billie o Serena ni mucho menos con Hermana Rose, que es una monja. Para mí son cuatro mujeres diferentes que interpretó de manera diferente también, no es lo mismo interpretar a Billie que a Serena o Hermana Rose, mucho menos a Emelda, la más egoísta, frívola manipuladora y avara, un personaje que está en la frontera de ser una villana. Así que su única conexión es que son negras.

¿Y entre todas ellas quién termina siendo Latonia Moore?

¿Quién soy? Soy de Houston, crecí en una familia de cinco hijos, éramos muy pobres, pero de alguna manera la libramos. Tuve una infancia fantástica en la escuela, me metí a todo lo que podía: música, idiomas, entraba a competencias de francés, de matemáticas. Era toda una nerd. Ahora tengo dos hijos, soy una opera mom. También participo en las directivas de escuelas de arte, me ocupo mucho de las nuevas generaciones, porque en este punto de mi carrera, a los 45 años, puedo seguir cantando, pero de la manera en que puedo realmente hacer la diferencia es contribuir a la siguiente generación de cantantes. Soy una mamá cantante de ópera texana con una preocupación enorme por la ópera como una forma de arte. He ganado dos veces el Grammy, trato de seguir creciendo como persona.

Como cantante de ópera a veces uso eso para dar salida a mi energía, incluso a mi rabia, el enojo, es mejor fuera que dentro, ese tipo de cosas es una bella forma dejarlos en el arte. Cuando estoy en el escenario dejó todo mi estrés, mis dudas ahí. Soy una persona como Tosca y su “Vissi d’arte”, absolutamente vivo para el arte y estoy segura que moriría sin él. Mucha gente cree que cantamos por dinero, ja, ja, ja. La ópera no es así. Sí haces dinero, pero se va muy rápido. Creen que es por fama; tampoco. No te persiguen los paparazzi en la calle. La verdad, si Anna Netrebko camina en mi barrio en Houston nadie sabría quién es y probablemente la asaltarían, ja, ja, ja. No es por fama ni por dinero; es por liberación, subir al escenario y mostrar lo que puedes hacer para liberar lo que tienes dentro. Esa es la razón. Lo haces para compartir, conmover, hacer sentir a la gente algo. Para eso es el arte.

Estados Unidos es el único país en América donde aún hay pena de muerte. ¿Cómo se siente respecto a esto dentro de Dead Man Walking?

Soy de Texas y en Texas hay pena de muerte. Siempre he estado en contra de la pena de muerte, pero cuando empecé a hacer esta ópera y escuché a las familias de las víctimas, vacilé. Quiero decir que aún estoy contra la pena de muerte, supongo, pero cuando me involucré con esta ópera, empecé a preguntarme si la pena de muerte debería existir o no. Quizás sí, me encontré a mí misma aceptándola, porque ahora tengo niños, y si Joseph De Rocher hubiera hecho a mis hijos lo que hizo, yo habría querido venganza, literalmente lo habría querido muerto. Así que (esta ópera) me suscitó muchas preguntas, en lo personal, pero al final, me ayudó interpretar a alguien como Hermana Rose, porque ella dice que el perdón viene de ti y tienes que comprender que la gente hace cosas malas, pero eso no las hace malas.

Luché mucho con eso y con lo que siento respecto a la pena de muerte. Pero, al final, la muerte nunca es la respuesta, no debes combatir necesariamente fuego con fuego, no tiene que ser ojo por ojo. A veces es mejor que esa persona viva con lo que hizo. Realmente medité sobre eso. Susan Graham, brillante, es la madre en esta ópera, dice: odia al crimen, no al criminal, no podemos matarlo porque hizo mal, sí, mató a alguien, ya sufrimos demasiado, basta de muertes, se acabó. Cuando escuché esa parte y me puse los zapatos de todos en esta ópera, concluí que nadie debe matar a nadie, y, si pasa, matar al asesino no ayuda, ¿más asesinatos, para qué? Tendrías más muertos ¿en qué ayuda ello? Tengo muchos sentimientos encontrados, pero, al final, la pena de muerte es tan cruel como el asesinato, porque es quitar la vida prematuramente a alguien, es asesinarlo también. El asesinato está mal. Punto. Pero si se tratara de mis hijos, querría alguna forma de venganza, realmente lo haría.

Este elenco es muy especial ¿cómo se siente en él y con esta producción?

Es maravilloso. Cuando por primera vez nos reunimos, estaban Joyce DiDonato y Susan Graham, las conozco, pero nunca había trabajado con alguna de ellas, me sentía en la Luna al estar en la misma habitación con estas dos mezzos súper estrellas. Ryan McKinny. Y Rodney Gilfry, oh, Dios, tampoco con él había trabajado. Wendy Bryn Harmer, Krysty Swan son grandes cantantes. Incluso los cover son excelentes. Es un elenco fantástico, asombroso. Y trabajo otra vez con Chauncey Packer, con quien estuve en las otras tres óperas que mencionaste: en Porgy and Bess fue mi esposo; en Champion fue el amante del protagonista, y ahora es el padre de una de las víctimas. Es un elenco de súperestrellas,

Pero también amo que hay un arcoíris de gente. Créeme, amo hacer óperas negras, no me malinterpretes, pero también donde todos son de diferentes colores, con personajes que no están basados en sus colores de piel. Incluso Hermana Rose, si fuera blanca, no importaría, no tengo que ser negra en esta ópera, aunque es negra. Además, toda esta gente representa diferentes géneros de ópera; cantar con todos estos iconos es absolutamente maravilloso, talentos de todo Estados Unidos, de todos colores y tallas, me da una gran sonrisa, es un placer y un honor. No soy la estrella, ni siquiera la segunda o la tercera voz, y se siente bien, porque no tengo presión. Mi trabajo es apoyar a mi elenco y eso hago, se siente bien. Estoy orgullosa de todos y todos están orgullosos de mí. Es un gran sentimiento.

¿Qué representa para usted la apertura a compositores negros en la MetOpera?

Como dijo Peter Gelb, tardó mucho. Esto debió pasar hace muchísimo tiempo, ocurre ahora gracias a la pandemia y a que después de la muerte de George Floyd todo cambió en Estados Unidos, cambió en las artes y, definitivamente, cambió en la ópera y en la MetOpera. Peter Gelb tomó nota de lo que estaba pasando y llamó a muchos artistas negros, la gente pidió apertura y él escuchó, aunque Peter dijo que no se trataba de contar historias de gente negra, sino de estadunidenses. Sí, él hizo más esfuerzos para traer más compositores y artistas negros, pero lo hizo casi de manera patriótica, porque la MetOpera por mucho tiempo solo celebraba a Europa y a Estados Unidos ni siquiera de cerca. El momento definitivo llegó. Y Fire Shut Up in my Bones fue la forma más hermosa de reabrir esta casa de ópera y su temporada, porque es una historia profunda, una historia de Estados Unidos, con la que cualquiera se puede relacionar, no tienes que ser estadunidense para saber qué es el incesto, la homosexualidad, batallar con tus emociones.

Y en cuanto a Champion, es la mismo, fue hermoso contar una historia que nos avergüenza, no nos gusta poner la homosexualidad en el escenario, por alguna razón, en el negocio de la ópera. Y llevar el deporte al escenario, con ese ring de Champion, fue absolutamente fantástico. Ahora vamos con X: Life and Times of Malcolm X, también basada en un personaje real. Para mí será muy especial, porque fue escrita hace 40 años y cuenta la historia de una figura política, lo cual es fantástico. Amo que hayan programado una ópera de un compositor negro que existe desde hace tanto, es una de las primeras, original. Anthony Davis es brillante. Por desgracia, no pude participar en X, porque estoy haciendo Dead Man Walking, pero Davis está escribiendo una pieza para mí con la Cincinnati Symphony Orchestra, brillante, que se llama Broken in pieces, la estrenaremos en mayo. Estoy muy emocionada.

Latonia Moore tiene curiosidad por saber qué sigue, qué más hará la MetOpera, que en 2018 comisionó por primera vez en 140 años obras a compositoras: Jeanine Tesori (Grounded, basada en el drama de George Brant) y Missy Mazzoli (Lincoln en el bardo, sobre la novela de George Saunders), por estrenar en 2025 y 2026.

“¿Y cuál será el futuro para la ópera de compositores negros? ¿Pondrán óperas más antiguas otra vez, como Treemonisha (1972, Scott Joplin)? No sé, creo que las cosas van bien, si me lo preguntas. Pero espero también más elencos con cantantes negros en papeles de personajes blancos, eso es muy importante, ya tenemos en esta temporada a Angel Blue como Magda, en La rondine, como Micäela, en Carmen, y como Liù, en Turandot; o en Romeo y Julieta (a Nadine Sierra, Will Liverman, Alfred Walker y Frederick Ballentine). Me gustaría ver gente diferente, diferentes razas. Me gustaría ver este arcoíris de artistas estadunidenses. Sí, amo ver gente del otro lado del océano, soy fan de Sonya Yoncheva, pero me gustaría que se promoviera más a artistas de todo Estados Unidos”, dice la soprano.

AQ

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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