Nuestros libros recomendados de esta semana incluyen a Pérez-Reverte, Joyce Carol Oates, Virginie Despentes y Adolfo Gilly.
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Sidi
En una España en ciernes, dividida en reinos y ocupada mayormente por los moros, Ruy Díaz de Vivar fue el guerrero capaz de imponer su liderazgo a un grupo de hombres curtidos en las grandes batallas.
Sidi va tras su rastro, casi siempre envuelto en la leyenda, con un ritmo que le debe mucho al cine de John Ford y, por qué no, a las noveletas de Marcial Lafuente Estefania. Como en otras ocasiones, Pérez-Reverte tiene el don de recrear una época entera.
Arturo Pérez-Reverte | Alfaguara | México | 2019 | 371 páginas
Riesgos de los viajes en el tiempo
La libertad de expresión, la protesta pública, la disidencia moral o política son condenadas en la sociedad futura en la que se mueven los personajes de esta novela de franca naturaleza distópica. Su protagonista, Adriane Strohl, ha sido condenada a cuatro años de reclusión por los delitos de incitación a la traición y cuestionamiento de la autoridad. Desde su exilio en una remota ciudad, narra las desventuras propias y las de su familia hasta dar con la imagen del Estado totalitario.
Joyce Carol Oates | Alfaguara |México | 2019 | 317 páginas
Fóllame
Aunque es un referente del feminismo tardío, hay que juzgar a Virginie Despentes a partir de su faceta más brillante: la de novelista. Fóllame es una de sus obras tempranas, aclamada por las mentes menos conservadoras, y narra la huida de una actriz porno y una prostituta por las carreteras de Francia mientras dejan una estela de violencia, sexo duro y alcohol. La escritura directa, por momentos brutal, guarda mucha relación con la estética del punk.
Virginie Despentes |Literatura Random House México | 2019 |199 páginas
Felipe Ángeles, el estratega
Como una novela debe leerse esta biografía del general revolucionario. Gilly lo ve como “una de las figuras más solitarias y trágicas entre los jefes de la Revolución”. Esta opinión le otorga un aire novelesco. Ángeles pasó por dos bandos durante la Revolución: primero apoyó a Madero y terminó acompañando a Villa. Esos cambios fueron por coherencia: como maderista decidió no perseguir a los zapatistas y al final eligió estar del lado de los perdedores.
Adolfo Gilly | Era | México | 2019 | 800 páginas
—RP