La fascinación que algunos sentimos por la buena literatura es difícil de explicar, máxime cuando ni siquiera podemos acordar qué es la esencia de esa literatura. Como mera curiosidad, me puse a buscar entrevistas en las que diversos personajes de las letras nos dan una revelación o un axioma sobre la literatura. Omito los nombres.
Hoy día la literatura es una cosa de nicho a la que muy poca gente accede.
La literatura es puro gozo, puro disfrute, por encima de todo.
No me interesa que la literatura nos dé una píldora moral, sino que me haga entrar en contradicciones.
Nombrar nuestras existencias a través de la literatura nos permite crear nuestras imaginaciones y nuevas formas de estar en el mundo.
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La literatura es un microcosmos donde se condensa la experiencia.
Creo que la literatura es continuación o apertura de la realidad, un intento de mantener lo que en la vida cotidiana se nos pierde.
La literatura es como un sacerdocio; algo muy sagrado.
En la literatura y en la imaginación literaria el elemento crucial es la escritura.
La literatura es expresar algo de una manera distinta, es la búsqueda de un lenguaje.
Lo que separa la simple escritura de la literatura es la existencia o no de un halo poético.
La literatura es una simbiosis entre el lector y el escritor.
Hay literatura cuando alguien abre una novela y se emociona con lo que está leyendo.
La literatura, para mí, todavía es una experiencia privada profundamente poderosa que nos permite pensar en silencio y en calma asuntos urgentes, sin el apuro de la vorágine de la información y las redes sociales.
La literatura es nuestra verdadera memoria como personas y como sociedad.
Humanizar al enemigo es algo que vemos cada vez menos en el mundo, y la literatura es la mejor manera de conseguirlo.
En la literatura se encuentra ese territorio donde las cosas no son del todo lo que son.
La literatura es como una colmena: hay algunos escritores abejas reina, muchas obreras y también zánganos.
La literatura es como el buen vino, necesita tiempo.
La literatura es rodear lo que uno quiere decir.
La literatura es como la máxima forma de comunicación posible.
La literatura es el patio de recreo donde se juega y donde uno explora cosas que ni siquiera entiende.
Si tuviera el infinito espacio de las publicaciones digitales, la lista de axiomas continuaría hasta siempre. Algunas me parecen acertadas; otras, grandilocuencia vacía, otras no las entiendo y algunas son una simpleza. Tomo nota para mi siguiente entrevista, porque periodistas y lectores suelen esperar de nosotros alguna señal de inteligencia cuando hablamos de literatura.
AQ